lunes, 13 de agosto de 2012

Fin de ciclo

Hoy fue mi cumpleaños. Justo hoy, que terminaron los Juegos Olímpicos. Por mucho tiempo he renegado de esta fiesta deportiva, para ser exactos, desde que Bernardo Segura fue descalificado de la manera más humillante en la caminata de 20 km de Sidney 2000, ya cuando había ganado la medalla de oro; pero, a pesar de esa indignación perpetua, la clausura de la edición de este año, cobró otro significado para mí.

Mucha de la música que me gusta proviene del Reino Unido. Al ver en la ceremonia de clausura a varios artistas que han estado presentes en diferentes momentos de mi vida, sentí alegría en mi interior, y pensé que no había nada mejor para simbolizar el cambio que implica el aumento de edad que experimento hoy. Un ciclo se cerró y comienza otro. De igual forma, una fiesta terminó, pero comenzará otra en cuatro años. No soy la misma persona del 2011, y creo que tampoco seré la misma en 2013. Afortunadamente, todo cambia. Todo se transforma. Y lo mejor es moverse, dejarse llevar por esas transformaciones. Abrazar lo nuevo y dejar ir lo antiguo. Como leí en un blog alguna vez, realizar las mudanzas que necesita el alma.

Van varias noches que escucho aullar a unos perros cerca de mi casa. Existe una creencia, no sé si arraigada, de que los canes lo hacen cuando un espíritu anda cerca. He pensado que esto sucede porque los fantasmas de mi pasado se están retirando, porque estoy dejando ir recuerdos, sentimientos y personas, y no porque ya no me importen, sino porque me di cuenta que tengo que dejarlos libres para avanzar. No puedo decir que mi vida será mejor o peor, pero sin duda será diferente. A pesar de todo, despedí con júbilo al año que se fue, y recibí aun con más alegría al año que llegó. La clausura, y sobre todo la música de los Juegos Olímpicos, ayudó mucho. Creo que es una buena señal.

Este año no quiero tener más dinero, ni estar flaca, ni que se me quiten las arrugas, ni tener poder, ni nada similar; este año quiero dar más, ayudar más, comprender más, conocer más, saber más, reír más y, en general, aportarle más al mundo. Este año quiero ser yo, pero desde una perspectiva diferente, fresca. Este año seré yo, y con voluntad y trabajo interior, seré una mejor yo. Lo intuyo. Lo sé, porque ha salido el Sol.


Here Comes The Sun - The Beatles

Lau dixit.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Come talk to me


Las hermanas de mi abuela decían que los niños no debían hablar ni opinar, así que mi infancia fue callada. Conforme crecí, mi bisabuela me decía que era muy seria y se hacía evidente su preocupación cada vez que preguntaba "¿Y tienes amiguitos en la escuela?". Sí los tuve, pero al igual que con el resto del mundo, yo no decía una sola palabra.

Ahora que soy adulta, hablo más. Hablo de música, de películas, de gatitos, de cosas genéricas, sin embargo no hablo de mí. Escribir me resulta más sencillo porque no tengo que articular ningún sonido y nadie me mira cuando lo hago. Y no es que sea incapaz de dar la cara, simplemente así me moldearon. No lo lamento del todo. Guardar silencio me ha enseñado a observar. A abrir los ojos y darme cuenta de que no estoy sola en este planeta. Que no soy la tristeza del mundo. Que no soy sólo yo.


Come Talk To Me - Peter Gabriel

A pesar de que no hablo, me gusta que las personas que me rodean lo hagan. Me agrada escuchar, recrear en mi mente todo lo que me platican. Siempre he pensado que todos tenemos ciertas habilidades por una razón. La mía es escuchar y, por qué no, observar. Yo lo disfruto mucho, aunque en ocasiones también me duele, porque me gustaría hacer más. Y también me gustaría hablar más de vez en cuando.

La canción que incluyo en este post fue escrita a raíz de una situación que Peter Gabriel vivió con su hija. Quizá lo que sucede conmigo en nada se asemeja a lo que narra la letra, pero también se trata de falta de comunicación. No transmito a nadie lo que pienso ni lo que siento. Y no sé si está bien o está mal, puesto que con el tiempo me he vuelto más sensible a otros aspectos, sin embargo, así tuvo que ser. Estoy ahí para escuchar a otros, para sentir empatía, para ofrecer apoyo. Amo hacerlo porque me gustan las palabras ajenas. Y también me gusta la gente, aunque a veces no pueda comprenderla del todo.

No pienso en el futuro, por ahora me ocupo del presente y, mientras tanto, construyo ideas, oraciones, párrafos y textos enteros en mi mente, y ahí permanecerán hasta que sea preciso que se conviertan en sonido. Sé que algún día, una persona pronunciará las palabras mágicas y cobrarán vida. Sé que algún día, alguien me dirá simplemente: "Come on, come talk to me...". Y hablaré. Lo sé.

Lau dixit.