martes, 21 de julio de 2009

¡Noooooooooo!

Me cae que cuando uno abandona el blog cosas terribles suceden.

No sé los amables lectores de este humilde espacio, pero yo ya estoy hasta el gorro de encontrarme con el "Termómetro del amor" en cada pinche página que visito. Lo peor del caso es que no puedo determinar qué es más molesto, si el corazoncito cambiando de color y de tamaño, o el desagradable ruidito que hace la cosa esa, porque además no tienen compasión de los pobres humanos que se encuentran con ese banner y por ningún lado se le ve algún botoncito para quitarle el volumen.

Pero bueno, como si eso no fuera suficiente, resulta que el mentado AdSense incluyó ese estúpido anuncio en mi página. Estoy consciente de que mi blog no es una fuente de sabiduría (al menos no de la que se encuentra en los libros y todo el mundo venera), pero no es justo que le den en la madre de esa manera. Si de por sí casi nadie visita mi página, con esa chingadera menos.

¿Será que alguien se apiade de nosotros e invente algún amuleto como esos que tienen una sábila y listoncitos rojos para atraer lectores a nuestro blog y eliminar de éste anuncios indeseables? Espero que sí.

Lau dixit.

viernes, 10 de julio de 2009

Thriller cat

A propósito de Máicol Yacson, no me podía quedar sin postear esta imagen que me pasó mi camarada, mi sangre, mi compadre, mi amigo del alma, mi cuaderno de doble raya, Arthur. A él Maicol no le caía ni bien ni mal, más bien le vale madre, así que es una imagen neutral, por aquello de que se me pueda juzgar como incongruente.

En fin, basta de tanto verbo y vayamos al sustantivo:


En esta página pueden encontrar más lolcats como ese.

¡Sean felices!, ¡besitos y adiosín!

Lau dixit.

jueves, 9 de julio de 2009

Máicol Yacson


¿Qué puedo decir?

No me voy a poner a averiguar si era pedófilo, o si le cagaba la madre ser negro, o si estaba calvo y usaba peluca, o si era drogadicto, o si se le estaba cayendo la nariz como a la Capuzano, o... en fin, no quiero saber nada de eso.

Para mí, Máicol Yacson fue un gran artista que dejó huella en millones de personas. Su música hizo feliz a muchos, algunos de sus actos ayudaron a personas que de verdad lo necesitaban, sus videos y bailes innovadores sorprendieron a varios e hizo miles de cosas que si bien no cambiaron la vida de la gente, al menos la hicieron sonreír. Para mí, algo o alguien que puede arrancar una sonrisa a otra persona no puede ser tan malo.

Los demás están en su derecho de pensar bien o mal de Yacson, pueden condenarlo e incluso juzgarlo, pero yo también estoy en mi derecho de querer quedarme con lo bueno que hizo, con los recuerdos agradables de mi niñez y con sus bailes dificilísimos que algún día me tienen que salir a la perfección. Prefiero recordarlo por sus éxitos y no por su desgracia ni por lo malo que haya hecho, pues mi justicia no rige el mundo y de alguna manera pagó y pagará por sus errores.

Por otra parte, algo que sí me cagó la madre fue el hecho de que hicieran un circo de su funeral y que todos sus "amigos" fueran a poner cara de idiotas y a decir que era maravilloso y yada yada y la chingada, porque obviamente eso no lo habrían hecho en ninguno de sus juicios, ¿o sí? Para muchos, mejor dicho, para los hipócritas, no hay mejor oportunidad para decirle a una persona que es lo máximo que cuando ya está muerta.

Esto poco a poco se va a olvidar, Máicol pasará a la historia y todos lo recordarán como lo máximo de lo maximo, como el chief de chiefs, como lo mejor de lo mejor, y mientras eso sucede, le dedicaré esta canción de Depeche Mode, que anda sonando ahorita y que tiene una letra llegadora:



Peace will come to me
Peace will come to me

I'm leaving bitterness behind
This time I'm cleaning up my mind
There is no space for the regrets
I will remember to forget

¿Que por qué le dedico una canción de Depeche a Máicol Yacson?

Porque puedo. (Muajajajajaja.)

Descansa en paz, Máicol. Gracias por hacerme sonreír.

Lau dixit.

lunes, 6 de julio de 2009

Vivir para cagarla (episodio 9)

Esta humilde sección siempre ha pretendido dejar una enseñanza en los amables lectores de este blog. El día de hoy veremos otra experiencia que nos indica que hay que aprender a cerrar el hocico.

Supongo que no soy la única persona que, debido a la naturaleza de su trabajo, se ve en la necesidad de establecer sus relaciones amistosas por messenger. Y no es que esté mal, pero en el trabajo, al menos en el mío, no se puede hablar de cualquier cosa porque existen unas personitas que se encargan de revisar las conversaciones de los empleados para verificar que no se filtre información.



¿Cuál es la primera enseñanza?
Cerrar el hocico, porque como con las Palantiri de El Señor de los Anillos (¡qué referencia tan nerd!), no sabes quién puede estar viendo lo que escribes.

Tengo un amigo que es a todo dar (bueno, no siempre, sólo cuando no habla de dinero y pendejadas que derivan de los temas de dinero), y un día me hizo una serie de preguntas que contesté una por una. Una vez que terminó el cuestionario, me dijo que si no me molestaba que fuera tan curioso, a lo que le contesté que no, que era mejor que me preguntara porque así me evitaba la pena de tener que empezar a hablar de mí por iniciativa propia. Hasta ahí todo iba bien.

Obviamente mi amigo me tomó la palabra con eso de que no me molesta que me pregunten cosas, y empezó a formular preguntas acerca de mi vida y hábitos sexuales. La verdad no tengo ningún problema con mi sexualidad, pero creo que el messenger no es el lugar más apropiado para hablar de esos temas, y menos si alguien revisa todo, absolutamente TODO lo que ahí escribes. Pero pues ni pedo, ahí estuvo Lau de pendeja contestando.

De lo anterior puedo sacar dos conclusiones:

1. Las personas que revisan las conversaciones seguramente piensan que soy una caliente incontrolable que ni en el trabajo puede dejar de pensar en sexo.

2. Mi amigo se la estaba jalando mientras yo le hablaba de mis gustos y preferencias.

Sé que no debí contestar esas preguntas, pero la neta quería que me dejara de estar chingando para seguir con mi chamba. Y así sucedió, dejó de interrumpirme.

¿Cuál es la segunda enseñanza?
No confiar en alguien que te pregunta acerca de lo que te gusta en el plano sexual, porque:

1. Se imagina que hace contigo todo lo que le platicas.

2. Se la jala con una mano y con la otra te escribe.

3. En cualquier momento se sentirá con derecho de proponerte un acostón, porque piensa que cualquiera que hable de su sexualidad sólo busca un acostón.

(Puede suceder lo que se describe en uno o todos los puntos anteriores.)

A la próxima tendré presente que NUNCA le debo decir a alguien, y mucho menos a un ejemplar del sexo masculino, que no me molestan las preguntas, porque corro el riesgo de que salga con una pendejada como esta, y peor aún, terminar respondiendo cosas que sé que no debo responder.

¡Ups! Creo que se ha derivado otra enseñanza...

¿Cuál es la tercera enseñanza?
Decirle PRIMERO QUE NADA a cualquier persona que se quiera poner a hablar contigo de temas escabrosos que TE REVISAN LAS CONVERSACIONES EN EL MESSENGER.

¡Chale! ¿Por qué siempre se me olvida decírselo a la gente? ¡Cuántas preguntas pendejas y situaciones obscenas me habría evitado!

Lau dixit.

Abre los ojos

¿Cómo puede uno a veces ser tan ciego?

Todo me indica que no me quiere, y ahí sigo, por si se ofrece.

Ese "por si se ofrece" nos ha dado en la madre a los mexicanos y creo que es la causa de muchos de nuestros problemas. Siempre guardamos pendejaditas, chucherías, ropa, recuerdos y demás porque pensamos que alguna vez los volveremos a usar, pero esa vez nunca llega.

¿Por qué cuesta tanto dejar ir?

"Dejar ir" sería una buena estrategia para erradicar el "por si se ofrece" que nos afecta tanto y en muchas ocasiones hasta nos estanca, sin embargo, no la tenemos fácil, porque todo lo que guardamos y acumulamos está unido a nosotros, la mayoría de las veces, por un sentimiento o un recuerdo con una gran carga emocional.

Aunque sea doloroso y muy duro, hay que "dejar ir", porque de otra manera la cosa se jode más y más.

¿Cómo se puede saber si ese "por si se ofrece" es real?

Tal vez no hay manera de saberlo, pero lo que puede ayudar es pensar detenidamente y poner las cosas en perspectiva: si la causa del "por si se ofrece" no da señales de querer darle utilidad a eso que uno está guardando, es mejor aplicar una dosis de "dejar ir" porque la causa del "por si se ofrece" pertenece al pasado, y vivir aferrado al pasado sólo ocasiona dolor y grandes pérdidas de tiempo taaaan valioso en nuestros días.

A veces el "por si se ofrece" vuelve a tener utilidad, no lo niego, pero la cuestión es no estar esperando a que eso pase, más bien ocuparse en otras cosas; el tiempo es el mejor consejero y la mejor medicina para sentirnos felices si aquello vuelve a ser útil o tomar las cosas con madurez si aquello no vuelve a ser útil nunca.

Un "por si se ofrece" jodió mi vida, ¿ahora qué hago?

Seguir viviendo. Abrir los ojos. Ese "por si se ofrece" no es bueno para ti, casi ninguno lo es. Busca hacer cosas nuevas, aprender más, conocerte más. La vida es muy corta para desperdiciarla en guardar cosas que quién sabe si se vuelvan a usar, o en pensar en lo que pasó o en lo que pasará. El "por si se ofrece" no nos permite vivir el presente, que es lo que debemos hacer.

De ahora en adelante, lo más sano será dejar de guardar cosas "por si se ofrece" o cambiarlas por "cosas que estoy usando ahora y me son útiles". El tiempo es algo que se aprecia más cuando se pierde, así que hay que aprovecharlo.

Lau dixit.

Nuevo entretenimiento

Prometí que postearía algo acerca del concierto de Metallica, pero no lo haré. Ya pasó un mes y no tiene caso que escriba nada, ya se dijo mucho por todos lados. Lo único que puedo decir es que disfruté mucho el concierto, realmente fue una gran experiencia que me dejó un agradable sabor de boca.

Pasando a otros asuntos, me encantaría proponer a los lugares donde se juegan maquinitas este juego que conocí gracias a mi camarada Oswald, que siempre me pasa cosas interesantes y divertidas:



Y hasta tiene segunda parte:



¿A poco no es una lindura?

Lau dixit.