viernes, 30 de diciembre de 2011

Music when the lights go out

Como he mencionado en algunas entradas de este humilde blog, amo la música. La mayor parte de mi vida gira en torno a ella. No concibo realizar mis actividades sin la compañía de esa amiga que no espera nada de mí, que me quiere incondicionalmente y que se adapta a lo que vivo, pienso y siento.

Este año que casi termina, asistí a muchos conciertos. Hay gente que gasta su dinero en comida, pero yo no lo hago, porque engorda. Hay gente que gasta sus recursos en ropa, pero yo no lo hago, porque no me gusta o no me queda. Hay gente que gasta lo que tiene en viajes, pero yo no lo hago porque nunca hay tiempo. En fin, cada quien tiene su manera de satisfacer sus gustos; la mía es, por supuesto, ir a conciertos.

Me gusta estar en la multitud, esperando a que aparezca el artista en el escenario. Cuando empieza a sonar la música, me entrego al momento. Cuando me entrego a la música, se me olvida todo. En especial lo malo. Se me olvida aquella persona que me engañó y a la cual no quiero volver a ver nunca. Se me olvidan los pensamientos negativos. Se me olvida, por ejemplo, ese amigo que dice quererme pero le avergüenza que otros lo sepan. Se me olvida que me siento mal. Se me olvida que me duele algo. Se me olvida, en pocas palabras, la flaqueza del espíritu.

Otro aspecto que me encanta de los conciertos es que recuerdo cosas buenas. Y, lo mejor de todo, que esas cosas buenas superan por mucho a las cosas malas que se me olvidan. Cuando la música invade mi ser, recuerdo que estoy viva y que estoy ahí, formando parte de una historia. También, recuerdo a A. que, más que mi amigo, es un ser que le da luz y sentido a mi existencia, y que sin importar lo que suceda, estará a mi lado siempre. Recuerdo los momentos en los que he sido más feliz. Recuerdo la risa, la dicha, el gozo perfecto. Recuerdo que la música me hace invencible. Recuerdo que la música me da fe, me da sentido.

Dosmilonce fue un año prolífico. Vi a muchas bandas favoritas. Tomé miles de fotos. Canté cientos de canciones. Bailé cientos de compases. Tuve cientos de memorias agolpándose en mi mente. Experimenté cientos de sensaciones. Y vi a Morrissey... no tengo palabras para describir semejante acontecimiento. Por más de quince años soñé con ese momento. Por más de quince años deseé encontrarme en el mismo espacio que él. Por más de quince años deseé corear sus canciones. Por más de quince años deseé ser parte de una historia. De su historia. Y, desde luego, pasaron más de quince años para que escuchara esta canción en vivo:


Everyday Is Like Sunday - Morrissey

Seguramente, dosmildoce será un año pletórico en recitales. No puedo predecir si será bueno o no tan bueno, pero mientras existan esos momentos entre la multitud, esos instantes en los que las luces se apagan y de pronto todo se inunda de una canción, esos instantes en los que la música cobra vida, nada más importa...

Que 2012 sea un año musical, ése es mi mayor deseo.


Lau dixit.

New York City Boy

You'll never have a bored day...



Para que vean que no todo lo que me pasa es triste...


En el año 1999 no todos fiesteábamos como si fuera 1999, pero nos la pasábamos bomba. La canción que le da título a este post me recuerda a un tiempo muy bonito, en el que estuve rodeada de amigos, en el que sonreía más y me preocupaba menos, un tiempo en el que mi cabello y mi ropa y mi look y todo en mí era perfecto. En ese entonces, la vida en sí era perfecta y contagiaba a mi ser y a mi existencia de esa perfección.

No quiero quejarme de lo que vivo ahora, porque todo sucede por una razón. Todos cambiamos. Todos mutamos de carácter. Las cosas que nos gustaban ahora nos disgustan. Lo que dijimos que nunca haríamos es justo lo que hacemos en este tiempo. En este momento. Todo se transforma porque así tiene que ser y porque, de otro modo, la existencia se convertiría en un caos. Nunca te bañas en el mismo río y nunca nada permanece igual. Todos necesitamos cambiar. Todos debemos cambiar. Podemos conservar algunos aspectos del pasado, siempre y cuando les demos nuevo aire, siempre y cuando exista una transformación.


New York City Boy - Pet Shop Boys

Esta canción sin duda me trae a la mente ese año alegre en el que me sentía plena... feliz... dichosa. No me preocupaba elegir una carrera, ni hacerme rica, ni volverme famosa. De hecho, no me preocupaba nada. Lo único en lo que podía pensar era la plenitud. La felicidad de tener amigos. La felicidad de tener motivos para reír, motivos para bailar, motivos para vivir. En ese entonces, sólo sabía hacer una cosa: sentirme dichosa con la vida. Con mi vida.

A veces extraño poquito esa vida...

Soy una cursi. :'(


Lau dixit.

martes, 6 de diciembre de 2011

El fin

Decías que no querías un "té para tres". Decías tantas cosas. Todas eran mentira. Todas tus palabras fueron deshonestas. Todas.


Té para tres - Soda Stereo

No, yo no te voy a dedicar Rata de dos patas ni Cheque al portador. No voy a darte esa importancia. No voy a pensar más en ti. Ni en tu canallada. Ni en que me viste la cara. Ni en las promesas. Ni en los momentos ¿agradables? que pasamos juntos. No voy a pensar en nada. No después de escribir esto. No después de desahogarme. De sacar mediante palabras el dolor que me hiciste sentir. La humillación. La traición.

Alguna vez me enviaste una canción. Mencionaste la letra y dijiste que ojalá no fuera mi caso. No lo era. Yo no estaba enamorada de alguien más. Tú sí. Yo no fui la que hizo mal. Yo no fui quien mintió. No sé cómo te atreviste a dudar de mí. No sé cómo pudiste hacerlo, cuando claramente eras tú el deshonesto. Te aprovechaste de mí. Me lastimaste hasta donde te fue posible. Pero no me importa. Me levantaré. Me sacudiré el polvo que dejaste. Me sacudiré tu recuerdo. Te sacudiré de mi vida. Y cada vez que escuche a Interpol, me saltaré la canción. Evitaré escucharla. Afortunadamente, no me gustan tanto. En cambio, las canciones de Radiohead se quedan conmigo. Mi amor por ellas es muy grande, y sin duda puede derrotarte, vencer, aniquilar tu recuerdo. Radiohead me pertenece porque no lo asocio contigo.


C'mere - Interpol

Te quedaste con cosas mías. Cosas materiales, afortunadamente. No te quedaste con mi dignidad. No te quedaste con mi amor. No te quedaste conmigo. No sé exactamente con qué te hayas quedado, pero me importa poco. Te convertiste en algo parecido las pruebas de un libro. Se guardan por ahí. Se les olvida. Pasa el tiempo y, de pronto, descubres que ahí estaban, pero las desechas, porque ya no tiene ningún caso guardarlas: la obra está terminada. Lo nuestro no fue una obra, distó mucho de serlo. Ya en lo único que pienso es en que me devuelvas mis cosas. Y si no lo haces, qué más da. No seré yo quien esté actuando mal.


Devuélveme la pasta - Los Planetas

No voy a escuchar canciones tristes. No pienso dedicarte nada, ni tiempo, ni pensamientos ni nada. No voy a llorar. Tengo demasiadas cosas qué hacer por mí. Tengo mucha música que dedicarme. Tengo muchas melodías, como la siguiente, que hablan de libros, de escritura y de páginas. De páginas y páginas. De páginas que deben desecharse, como las nuestras. De páginas que deben corregirse. De páginas que vale la pena conservar, como las que empiezo a escribir justo ahora.


Faust Arp - Radiohead


Espero que te vaya bien.

Adiós.


Lau dixit.

lunes, 3 de octubre de 2011

Expectation

Fluctuations are aching my soul...

Tame Impala


No espero nada. Cada que me descubro sintiendo expectativas, planto los pies sobre la tierra y me convenzo de que eso no es bueno para mí. No me gusta esperar nada. De nada. De nadie. Prefiero que las cosas lleven su propio rumbo, que fluyan con energía propia.

A él lo quiero. Lo quiero. Pero no deseo esperar nada de su parte. Nada. Y sin embargo, cada que se sale de los esquemas, me desconcierta, me siento triste, justo del modo en que sería todo si tuviera expectativas. Y me lastima. Me duele. No espero nada de él y me duele que esté triste. Que no me hable. Que no responda lo que escribo. Me duele sentirme tan fuera de su vida.



Expectation - Tame Impala (La letra se puede ver aquí.)

Todo surgió entre nosotros de repente. Ignoro qué vaya a suceder, si vayamos a estar juntos mucho tiempo o qué nos depare la existencia. Tampoco sé si sea la persona que el universo haya enviado para mí. En ocasiones me siento como describe la letra de la canción que le da título a este post: expectante, terriblemente sola por momentos. Quiero acompañarlo, estar ahí, para él. Pero él a veces se resiste. No puedo obligarlo a que acepte todo lo que me gustaría darle. No puedo obligarme a mí a ofrecerle algo que él rechaza. Como siempre, dejaré que todo fluya. Y aceptaré el resultado, sea cual sea.

Como dice esta canción, aunque yo no desee esperar nada, a veces lo hago, me arreglo para él, me preparo para estar con él y se me olvida todo, incluso mis propias reglas. Pero ya no quiero pensar en eso, no quiero pensar en nada, porque implica que sienta expectativa y que ésta crezca y me haga daño. Yo sólo quiero quererlo a él. Y que sea feliz. En verdad quiero que lo sea... podría decir que, por ahora, es lo único que espero.

Lau dixit.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Caminar bajo la lluvia

Ayer, como muchos viernes, hice mi caminata del trabajo a la casa. Son aproximadamente nueve kilómetros de distancia de un punto a otro. Nueve mil metros que aprovecho para pensar. Para estar conmigo misma. Para observar. Para ver la vida pasar.

Casi siempre camino por Insurgentes. Cuando lo hago, me sorprendo al descubrir matices diversos, ángulos nuevos e imágenes innovadoras en cada paseo, a pesar de que podría resultar monótono recorrer siempre los mismos lugares.

Enfrente del Suburbia de Holbein, hay una fuente que todo el tiempo está seca, sin embargo, ayer tenía agua. La canción que escuchaba en ese momento, la lluvia que caía, la noche y todo lo que sentía en mi interior, crearon una atmósfera única, generaron una felicidad pura. Como dice la melodía de este post, no me había sentido tan viva en mucho tiempo, no recordaba lo increíble que es existir, existir en un instante, existir en el instante correcto...





But Not Tonight
- Depeche Mode

Oh God, it's raining
But I'm not complaining
It's filling me up
With new life

The stars in the sky
Bring tears to my eyes
They're lighting my way
Tonight

And I haven't felt so alive
In years

Just for a day
On a day like today
I'll get away from this
Constant debauchery

The wind in my hair
Makes me so aware
How good it is to live
Tonight

And I haven't felt so alive
In years

The moon
Is shining in the sky
Reminding me
Of so many other nights
But they're not like tonight

Oh God, it's raining
And I'm not containing
My pleasure at being
So wet

Here on my own
All on my own
How good it feels to be alone
Tonight

And I haven't felt so alive
In years

The moon
Is shining in the sky
Reminding me
Of so many other nights
When my eyes have been so red
I've been mistaken for dead
But not tonight


Las caminatas continuarán. La alegría de vivir se quedará por mucho tiempo. Las canciones, las palabras, los suspiros, los pasos, me recordarán lo bien que se siente existir, saberse de este mundo, disfrutar lo más inmenso, disfrutar lo más pequeño, como una gota de lluvia en la mejilla que simula un llanto de alegría.

Sí, beibi, esto fue por ti.

Lau dixit.

domingo, 21 de agosto de 2011

If You're Feeling Sinister


But if you are feeling sinister
Go off and see a minister
He'll try in vain to take away
the pain of being a hopeless unbeliever.

Stuart Murdoch


Esta semana he estado insoportable. Siniestra, como dice la canción que le da título a este post. He sido una hopeless unbeliever.

Sucedieron cosas tristes. Cosas de las que no podría hablar. Ni siquiera en este espacio, en mi blog tan querido, tan fiel. Y me he sentido mal. Muy mal. De salud y de ánimo. Pero finjo que estoy bien. Finjo para ver si me la creo y todo, de alguna manera, se compone.

Nunca y siempre. Dos palabras con significado aterrador. Dos palabras que, en contados casos, se pronuncian en serio. Pensé que nunca me volvería a sentir de esta manera y me traicioné. Pensé que siempre podría mantenerme ecuánime y me equivoqué. Dentro de toda la desgracia del asunto, creo que soy afortunada, porque esto pasará.

No espero nada. No espero sentirme mejor. Tampoco espero sentirme peor. No espero que haya un hombro para llorar o una persona que escuche. Eso a lo que llaman amistad es tan pasajero como una moda y, al final, siempre son las mismas personas, contadas personas, a las que les cuentas lo que te sucede, si no todo, al menos una parte. Acuden a ti sin que las llames. Y te dan palabras reconfortantes. Te brindan alivio. Te quitan un peso de encima. Les importas.

¿Seguiré sintiéndome igual? No lo sé. Pero lo he escrito. La escritura es una buena terapia para el dolor. Es una forma de exteriorizar lo que pasa por tu mente. Lo que te molesta. Lo que te preocupa. Lo que te entristece. La no expectativa. La decepción. Más no expectativa. Más tristeza. No me quejo de este momento. Es un recordatorio de que sigo aquí. Y aunque no espero nada, sigo aquí, haciendo lo mío.

Nada es para siempre. Nada es para nunca. Nada.


If You're Feeling Sinister - Belle & Sebastian (La letra se puede ver aquí.)

Sigo sintiéndome mal. El remedio para los males no puede ser instantáneo, porque no podríamos ver la reflexión de lo sucedido. Algo dentro de mí duele. Sigue doliendo mucho. Pero, el dolor, al igual que todo, se va.

Lucky me.

Lau dixit.

sábado, 20 de agosto de 2011

Mexican Moon


Oh, señor, I run but the damage has been done...

Johnette Napolitano


Dicen que todo se va de la misma forma en que llega. Con lo nuestro, o lo que pienso que fue lo nuestro, sucedió. Empezó de repente. Se esfumó de repente.

Extraño esos encuentros furtivos, esos instantes en los que me sentía tuya, en los que me deshacía al sentir tus manos, en los que me olvidaba de todo, en los que me abandonaba sin importarme lo que hicieras de mí. Extraño todo, extraño todo eso que nunca fue real, todo eso que nunca tuve... Pero debo dejar de hacerlo, debo dejar de pensar en el hubiera, en lo que habría sucedido si me hubieras querido aunque sea un poco.



Mexican Moon - Concrete Blonde (La letra se puede ver aquí.)

Me duele. Me duele el corazón. Me duele el alma. Me duele el recuerdo. Y, aunque la sensación no es agradable, me indica que sobreviví. Que sobreviví a ese accidente que fuimos. Que vivo. Y que, si lo deseo, puedo rehabilitarme. Curarme de lo vivido. Recuperar la salud de mi espíritu.

Desde ahora haré de cuenta que nada sucedió. Que nunca estuvimos juntos. Que nunca sentí. Que nunca pensé. Que todo fue un sueño de opio, una fantasía que es mejor dejar atrás. Con suerte, algún día lo creeré. Con suerte, algún día lo podré olvidar.

Lau dixit.

martes, 16 de agosto de 2011

We Used To Wait



A veces siento que odio esta ciudad. Que la odio desde lo más profundo de mi ser.

Después de pensarlo un rato, llego a la conclusión de que no la detesto, y que lo que en realidad odio es su gente.

Sigo pensando y me doy cuenta de que no odio la ciudad ni a la gente, sino que aborrezco el hecho de seguir aquí.

Odio estar aquí, en esta ciudad, con esta gente. Odio no irme.

Lo anterior es un gran pretexto para volar por otros aires. Para salir de aquí. Me odiaré si no lo intento.



We Used to Wait - Arcade Fire

Lau dixit.

lunes, 8 de agosto de 2011

Vivir para cagarla (episodio 14)


―¡Muchas felicidades! Espero que te guste tu regalo.

―¡Gracias, qué lindo suéter!

―Está bastante grande, pero si no te queda se puede cambiar.

―(Pendeja sin tacto, si me quieres decir gorda, al menos hazlo de una manera ingeniosa, no con esos comentarios mamones carentes de gracia. Me caga que gente como tú diga cosas así, qué pinche derecho creen que tienen para insultarme de esa manera, no mamen, no me ayudan en nada, sólo hacen que quiera comer y comer y seguir comiendo porque me siento miserable. Púdranse, no los necesito, mis gatos son mis mejores amigos, y tú, gran hija de puta, te puedes ir por donde llegaste, no necesito tu pinche suéter, vete a ver a quién más jodes porque yo no soy ninguna imbécil y me rehúso a ponerme de tu tapete, ya estuvo bueno que todos me quieran ver la cara. Come caca.) Gracias, no te hubieras molestado. Te quiero mucho.


Siempre que se acerca mi cumpleaños, me pongo a pensar en situaciones como ésta...

Lau dixit.

domingo, 7 de agosto de 2011


And I'm not scared...

Kurt Cobain


Desde hace muchos años ya no me agrada escuchar a Nirvana, pero esta madrugada, en este preciso instante, encuentro sumamente adecuada la canción que le da título a este post.

Sentirse solo. Feo. Loco. Sin amigos. Sin nada. Vaya tormentas las que nos creamos los humanos.




Lithium - Nirvana (La letra se puede ver aquí.)


No diré nada al respecto. Me parece que la canción tiene voz propia. Lucho contra una tormenta que en algún momento quedará atrás. Ya dirá el tiempo qué tan pronto sucede.

Como sea, puedo enfrentarlo. No tengo miedo.

No tengo miedo.

Lau dixit.

sábado, 6 de agosto de 2011

Married With Children

Goodbye, I'm going home...

Noel Gallagher



Hartazgo.

Llega un momento de la vida en el que una se siente harta. Harta de hacer lo mismo. Harta de leer lo mismo. Harta de escuchar lo mismo. Harta de ver lo mismo. Harta de amar lo mismo. La existencia se vuelve tediosa, pero sientes que no puedes hacer mucho, y te resignas. Aceptas ese triste destino porque, aunque lo que tienes ciertamente no te llena, al menos te da la sensación de que no tienes las manos vacías.


Aceptación.

Sabes que algo tiene que cambiar, pero ignoras cómo hacerlo. Todo lo que te molesta al principio es como un lastre, no te permite avanzar y, sin embargo, tampoco te permite retroceder. Aprovechas esa oportunidad. Le vas quitando peso a la carga. Te das cuenta de que no todo es todo. NO TODO ES TODO. Estás harta de algo y terminas con ello. Le pones punto final. Cierras ese círculo. Le das un cierre a esa historia. Descubres que no te quedas sin nada, como pensabas. Es difícil dejar ir. Cuesta mucho renunciar. Pero es lo mejor. Lo más sano para ti. Y ganas más de lo que pierdes. Y resulta que esa nada, de repente se convierte en todo.


Liberación.

Tal como lo dice la canción que le da título a este post, estabas harta. Y tendrás recaídas. En algún momento sentirás la necesidad de volver a lo mismo. Pero recapacitarás. Te darás cuenta de que eso ya no es para ti. Que te has liberado. Que lo que tienes ahora es real. Lo pasado sólo eran situaciones. Ilusiones. Impresiones. Pero nada de eso existía de verdad. Lo único real eras tú. Y permaneciste. Llegaste a este presente. Ahora sólo puedes aprovecharlo. Abrir ciclos. Cerrar ciclos. Dar un paso. Otro paso. Dejar de temerle a la nada. Empezar a amarte a ti.




Married With Children - Oasis (La letra se puede ver aquí.)


¿En qué etapa me encuentro? No puedo decirlo. Pero estoy mejor que antes. Y evoluciono. Alguien a quien quiero mucho me dijo que, al final, voy a estar bien. Le creo.

Lau dixit.

jueves, 4 de agosto de 2011

You And Whose Army?


Come on, come on...


Thom Yorke



A veces, cuando estoy a solas, lloro poquito. Otras veces, lloro a hurtadillas, sorteando las miradas de quienes se encuentran alrededor. El llanto no tiene nada de malo, pero es algo tan íntimo, tan mío, que no quiero que nadie me vea hacerlo.

El mundo es tan hermoso que en ocasiones duele. Sus pequeños detalles conmueven tanto, que los ojos no tardan en humedecerse. Tal como se describe en el poema...


Aspiración al llanto

Y ¿por qué no he de decirlo
si es verdad
que hay días en que tengo
muchas ganas de llorar?
Nadie me ha ofendido,
nada está fuera de su lugar:
el día se levanta claro y azul,
la noche coge amorosamente la luz,
pero, ¿por qué es que tengo a veces
tantas ganas de llorar?
Un llanto que así me llega, de tan lejos,
que ignoro la fuente de donde mana,
que se me figura él todas las penas del mundo,
¿por qué he de avergonzarme de verterlo
ante los hombres?
Pues ¿quiénes han de llorar sino los hombres,
sino aquel que por serlo comprende el tamaño de una pena
o el tamaño de una dicha,
las solas dos cosas que nos hacen llorar?
Pero no solo, amiga,
¿no te dije alguna vez que las lágrimas caen de rodillas
si las produce la desdicha, pero de pie
si la alegría?
¿Por qué esa hoja que lo mismo que una lágrima
se desprende del árbol
y suavemente se posa sobre la tierra,
me enternece ciertos días?
¿Por qué esa nube que boga por el cielo
como un velamen de plata,
lleva en el vientre lágrimas,
que buscan mis ojos para disolverse?
¿Por qué esa brisa inocente
tiene a veces fuerza de huracán?
Ya sé, amiga, que no son solo mis penas,
ni solas mis dichas,
sino las del mundo y las del hombre
las que así, a veces, sin quererlo,
me hacen llorar.

Andrés Henestrosa




You And Whose Army? - Radiohead (La letra se puede ver aquí.)


Caballos fantasma. La canción que elegí para esta entrada habla de caballos fantasma. Los cabalgo porque voy ligera. A veces, los cabalgo porque siento que no hay nada suficientemente firme como para sostenerme. Y lloro. Largamente. Silenciosamente. Y sigo llorando. Es mi manera de expresarme. De purificarme. De acercarme a mi alma. A mi espíritu.

No estoy deprimida. Ni siquiera estoy triste. No me pasa nada. Sólo necesito llorar. Sublimarme en gotas de llanto. Llorarle al mundo. Llorarle a la belleza. Llorarle a las pequeñas cosas. A las grandes cosas. Llorar y llorar.

Llorar porque sí. Porque sí.

Lau dixit.

lunes, 1 de agosto de 2011

I feel numb


Don't expect suggest...

The Edge


Hay días en los que no sientes nada.

Hay días en los que no piensas nada.

Hay días en los que no quieres nada.

Hay días en los que sientes que todo te está prohibido.

Hay días en los que te mueves en modo automático.

Hay días en los que se te olvida que existes.

Hay días que... sólo son días. Así, sin nada.




Numb - U2 (La letra se puede ver aquí.)


Existen momentos en la vida que se sienten como un doloroso letargo. Supongo que son pausas necesarias. Instantes para valorar lo que fue y prepararnos para lo que vendrá. Siempre habrá alguien que nos diga qué hacer pero, al final, seremos nosotros quienes lo descubramos, y lo llevemos a la práctica.

Esta semana me siento ausente. Tengo la sensación de que mi mente se quedó lejos, muy lejos. Y mientras lo hace, me quedo así, sin pensar, sentir o querer nada, porque cuando esté de vuelta, reclamará su territorio, y la libertad será más difícil de obtener. Y la lucha comenzará de nuevo. Pero saldré victoriosa.

Al final, como Kazantzakis, no esperaré nada, no temeré nada, sólo seré libre.

Lo único que quiero de la vida es vivirla.

Lau dixit.

sábado, 9 de julio de 2011

I Need Fun In My Life

The less you own the more freedom you have...

The Drums


De un tiempo para acá, me empujan mucho. En el camión. En el cine. En el Metrobús. En la panadería. En la tienda. En todas partes. Me imagino que es porque no me ven.

Al principio me molestaba sobremanera, pero dejé de darle importancia. Sin embargo, me puse a pensar (cosa que por más que intento, no puedo evitar) en la razón de los empujones, más allá del hecho de que no me ven, y descubrí algo importante: no quiero que me vean.

En ocasiones, el mundo me pesa mucho, y creo que es porque me lo tomo muy en serio. Tanto, que me estoy perdiendo la diversión. Y también me pierdo del hecho de ser vista. En términos nerdezcos, harrypoterescos o algo así, me puse una capa de invisibilidad que me hace pasar desapercibida al grado de que la gente me empuje y ni se dé cuenta. Y lo más triste del asunto es que todo eso se materializó. Me hice invisible. Ser invisible es casi como dejar de existir.

Todo lo que hago, lo que me entretiene, lo que amo, lo que me apasiona, lo guardo para mí. En el aspecto humano, no comparto mucho de lo que soy, aunque, por otra parte, me entrego totalmente cuando se trata de escuchar a otros, de ayudarlos, de tenderles una mano, de estar ahí, para ellos. Creo que eso no lo podré cambiar pero, lo que sí puedo hacer es divertirme más, mostrarme, compartirme con quienes me rodean y dejar que me vean. Perder el miedo. Soltar al mundo, porque siempre va a ser de un modo que no puedo alterar. Lo que tengo que hacer es dejar de tener para, precisamente, tener más. Dejar de tener ese desinterés por ser vista. Empezar a tener más diversión, más risas. No puedo cambiar muchas cosas. Lo único que puedo cambiar es mi propio mundo. Existir en él. La existencia, después de todo, es algo grandioso.



I Need Fun In My Life - The Drums (La letra se puede ver aquí.)


Anoche me sucedió algo que no esperaba. Fue algo bonito, no puedo negarlo. No me creó expectativas ni nada parecido, pero sin duda será algo que atesoraré en la memoria por mucho tiempo. Fue algo que me hizo recordar la diversión. Me hizo recordar que soy. Me gustó. Me gustó existir poquito.

Lau dixit.

domingo, 12 de junio de 2011

CJ

A veces veo a la vida como una fiesta. Un festejo que ofrece miles de posibilidades. Un lugar en el que uno puede estar rodeado de gente y aun así sentirse muy solo. O muy acompañado.

La existencia, también, es un auto en marcha. Un automóvil que puede irse derecho o tomar curvas. Un automóvil que en cualquier momento puede chocar con otro. Y entonces se produce un accidente. En ocasiones no estamos conscientes de que en estos colapsos también se puede encontrar belleza. Nos permiten recordar que estamos vivos. Que existimos. Que sentimos. Que seguimos respirando a pesar del golpe.

En mi vida ha habido accidentes. Y lo mejor de todo es que ninguno ha sido tan trágico como para no hallar algo hermoso. Estos eventos me recuerdan que existo. Me recuerdan que hay dos Lauras, la de adentro y la de afuera. Crezco con cada una de ellas. Vivo por cada una de ellas. Muero de amor por cada una de ellas. Me olvido de todo gracias a ellas. Agradezco cada colapso que he vivido con las dos. Me regocija que nunca me abandonen. Que permanezcan. Y que se queden conmigo mientras siga siendo Laura.

No importa si en la fiesta me la paso mal. Tampoco importa si me la paso bien. Esas dos Lauras son mi sostén. Bailamos con la misma música. Nos integramos a la misma plática. Nos subimos a la azotea juntas, sólo para ver los autos, para ver a la vida en su trascurrir. Nos mantenemos ocupadas en lo que encontramos por quién morir de amor. En lo que aparece alguien con quien crezcamos a la par. En lo que esa mano encuentra nuestra mano y la sostiene. En lo que ese beso encuentra nuestra boca. En lo que podemos pronunciar ese "te amo".



CJ - Los fabulosos Cadillacs (La letra se puede ver aquí.)

Lau dixit.

martes, 7 de junio de 2011

Perritos en bolsa

Ayer fui a una plaza comercial y me topé una chica de esas a las que todos los hombres voltean a ver, sobre todo por la diminuta vestimenta que las atavía. La observé con detenimiento, y noté que llevaba un perrito en una bolsa. Los que íbamos detrás de la muchacha podíamos ver la cara de tristeza del animalito que asomaba por un hueco del bolso que fungía como su medio de transporte, podíamos sentir la aflicción de la que era objeto.




No puedo pensar en nada más triste que una libertad limitada. Ir dándole la espalda a la vida porque alguien más te obliga. Existe la opción de la rebelión, pero implica sacrificar ciertas comodidades. Y también implica comprometer a nuestro verdadero yo. Ciertamente, la mascota no va a zamparse la mano de la dueña no sólo porque la encerrarían en la perrera, sino porque ser agresiva no es parte de su naturaleza. Tendrá que aceptar ese terrible porvenir como accesorio de una mujer a la que no parece preocuparle (o interesarle, más bien) nada. O luchar por la vía pacífica (y lenta).

La existencia está colmada de deseo. El deseo, como bien decía Buda, es sufrimiento. Podemos desear un perrito. Desearlo con todas nuestras fuerzas. Y cuando al fin lo tenemos, somos felices unos cuantos días. Después se nos pasa. Sucede lo mismo que con otros objetos y seres que también hemos deseado. Mientras no los sentimos nuestros, sufrimos. Cuando están en nuestras manos, cesa nuestro sufrimiento y comienza el de alguien más. A veces preferimos satisfacer mil deseos que conquistar uno solo. Y el sufrimiento es perpetuo.

Yo también deseo, no puedo negarlo. Cuando me doy cuenta de que al satisfacer un deseo surgirá otro, pongo las cosas en perspectiva. Veo que puedo hacer sufrir a otros, no sólo a mí misma. Igual que a un perrito en bolsa. No puedo privar a nadie de su libertad. No puedo confinar a nadie en una bolsa que no permite la movilidad ni la respiración. Los deseos son perritos que se ven limitados por accesorios de mujer. Son perritos que quieren echarse a andar y no pueden. Son perritos que necesitan ser amados y tratados con respeto. Cuando uno quiere y respeta a su perrito, cosas maravillosas suceden. El animalito se convierte en un ser de luz. El amor le aporta esa luz. Y es precisamente con amor que el deseo deja de ser sólo eso. Se convierte en un propósito. Cobra sentido. Y de este modo, deja de ser sufrimiento y se transforma en oportunidad.

Me gusta la idea de que un día de estos no existirán más perritos en bolsa porque todo el deseo del mundo se habrá ido, y habrá dejado en su lugar todo el amor que tanto hace falta. Me gusta la idea de conquistar deseos, más que satisfacerlos. Me gusta la idea de ser libre, de echarme a andar y dejar el sufrimiento atrás. Me gustan los perritos. Me gusta la vida. Me gusta todo. Qué dichoso momento es éste.




How Much Is That Doggie In The Window - Patti Page (La letra se puede ver aquí.)


Lau dixit.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Heaven Knows I'm Miserable Now

A veces me pongo a pensar en lo que sucedería si hiciera todo diferente a como lo hago ahora. Si no dejo pasar a toda esa gente que me empuja en el Metrobús y que no dice "Con permiso". Si le gano el taxi a la señora que siempre se me adelanta. Si no le doy el asiento a la adolescente que trae un bebé en brazos. Si no deposito unas monedas en el potecito de la ancianita que pide limosna. Si me robo las ideas de otros y digo que a mí se me ocurrieron. Si no le sonrío a nadie. Si no le doy nada a nadie. Si no me importa nadie.

Pensar en potencialidades. En posibles escenarios. Después, darse cuenta de que no sirve de nada. Finalmente, se trata del "hubiera" tan temido. Uno hace todo de cierta manera porque tiene una razón. O cree tenerla. En ocasiones pienso las cosas como si se tratara de un guión que puedo corregir. Pero recuerdo que ya está escrito y actuado. Y no hay modo de regresar. Las escenas que se me ocurren me hacen sonreír. Lo que he vivido me hace pensar. Me hace querer ser una mejor yo.



Heaven Knows I'm Miserable Now - The Smiths (La letra se puede ver aquí.)

A veces obtenemos lo que queremos y aun así nos sentimos miserables. A veces no obtenemos lo que queremos y somos más felices. El encanto de la imperfección. Qué más da si a nadie le importa si me muero. Qué más da si la gigantona acromegálica pasa por encima de mí en el Metrobús y no dice nada. Qué más da si la gordinflona me gana el taxi. Qué más da si le cedo el asiento a la madre adolescente porque ningún patán se pone de pie. Qué más da si las monedas hacen o no hacen ruido al caer dentro del potecito de la ancianita. Qué más da que se roben mis ideas. Qué más da que no me devuelvan una sonrisa. Qué más da si quiero ser generosa. Qué más da si no le importo a nadie.

Soy imperfecta y me la paso muy bien. Si serlo significa ser miserable, entonces lo soy. Lo seré siempre. Y todo el mundo lo sabe. Incluso el cielo.


Lau dixit.

Amazing

I'm a monster, I'm a maven, I know this world is changing...

Kanye West





Para Dave.


Ser uno mismo. Apegarse a lo que se cree. Apegarse a quien se es. Ser congruente. Qué cosa más odiosa es la congruencia. Pero necesaria. Es desgastante andar por la vida con mil rostros. O con mil personalidades. Y es duro, por otra parte, mostrarse sin máscaras. Pero ser congruentes es lo que, al final, tiene la recompensa más dulce.

En la vida coincidimos con miles de personas. Todo es un ir y venir. Hay gente que se va. Y hay gente que se queda. Hay gente que nos desagrada. Y hay gente cuya existencia nos alegra sobremanera. Lo que no encontramos en un lugar, sin duda está en otro. Es cuestión de buscarlo. O, quizá, de que llegue cuando menos se espera.


Al igual que todos, también me he encontrado con muchísimas personas en el camino. He sido muy afortunada de que algunas cuantas hayan sobresalido en mi existencia. Y son precisamente esas personas que no portan máscaras, las que han dejado una huella profunda en mí. Me han enseñado de todo, en especial, a vivir. A vivir en toda la extensión de la palabra.


Dice un cuento zen que a todos los hombres que uno conozca hay que verlos como hombres santos. Y así lo hago. Sin embargo, existen unos pocos cuya santidad me parece infinita. Y me parece curioso que, a pesar de que es gigantesca, simplemente no pueden verla. Creo que eso es lo mejor que les puede suceder. Cuando alguien se hace consciente de su grandeza, pierde la humildad. Y cuando se pierde la humildad, se pierde casi todo.


El hombre en quien pienso al escribir estas palabras también es santo. Y lo desconoce. O quizá, en el fondo de su corazón, lo sabe, pero en esa lucha entre la soberbia y la humildad, gana la segunda. Tiene un espíritu tan noble que termina por ocultar sus virtudes, por negar toda su grandeza, aunque es como el título de este post. Extraordinario.




Amazing - Kanye West (La letra se puede ver aquí.)




Decía Francisco de Asís que nada está más cerca de nosotros que el cielo. Que a pesar de que la tierra está bajo nuestros pies y caminamos sobre ella, el cielo está entre nosotros. Me gusta la posibilidad de que él haya pensado en los hombres santos, en la divinidad que yace en cada ser humano. No creo que exista alguien que no merezca ser santo. Francisco decía, también, que cuanto más bajo sea tu punto de partida, más alta será tu elevación. Cualquier persona puede aspirar a lo más sublime, sólo tiene que aferrarse a lo divino, a lo que se esconde en las profundidades del espíritu.



Quizá la iluminación, el nirvana, la santidad o cualquier grado superior de elevación no implican desprenderse del todo de la condición humana. Quizá, la condición humana es el camino más recto hacia dichos grados, porque se necesita entenderla primero para poder dejarla atrás y que en su lugar se manifieste el cielo, ese cielo que siempre estará entre nosotros, muy dentro de nosotros...


Lau dixit.

sábado, 30 de abril de 2011

Losing

One Art

The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

-- Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Elizabeth Bishop


El arte de perder. Hay muchas cosas a las que les llaman arte. El arte de amar. El arte de vivir. El arte de llorar. Pero sin duda, de todos los artes, el que más cuesta dominar es el de perder.

Despegarse. Separarse. Irse. Dejar de buscar. Dejar de desear. Dejar de añorar. Perder.

No sé si estoy perdiendo algo. No estoy segura de que lo haya tenido, en primer lugar. No se puede saber a ciencia cierta que se tiene algo. O a alguien. Ciertamente, yo nunca tuve nada. Ni palabras. Ni pensamientos. Ni nombre. Ni importancia. No fui nada. Una nulidad, quizá.

Perder. Seguir perdiendo. Perder ese amor. Perder las mentiras. Perder el secreto. Perder lo que nunca fue. En realidad no hay nada que perder. ¿Por qué llorar, entonces? ¿Por qué tener el espíritu desgarrado? ¿Por qué, si no hay nada, si nunca hubo nada? ¿Por qué no perderse? ¿Por qué no levantarse? ¿Por qué no secarse el llanto? ¿Por qué no irse? ¿Por qué no renovarse? ¿Por qué no volver a ser?

Hay que ensayar la pérdida. Ensayarla como una obra. Practicar hasta que se domine el arte. Empezar, como dice el poema, por cosas pequeñas, como unas llaves. Después, quién sabe, perder cosas más y más grandes. Gigantescas. Como un amor. Como el amor que destruye. Como el llanto que no se detiene. Como ese desgarre en el espíritu que no sana. Se pueden perder cosas aun más grandes. Cosas imposibles.

He comenzado los ensayos. La práctica me llevará a la perfección, al dominio del arte. Y, quizá, también me lleve a olvidar. Además de pérdidas necesito olvidos. Olvidar que amé. Olvidar que no me pensaron. Olvidar que no tuve nombre. Olvidar que no fui importante. Olvidar que nunca fui nada.

Ya qué importa.



How To Disappear Completely - Radiohead (La letra se puede ver aquí)

Lau dixit.

Heroes


We can be us, just for one day...

David Bowie/Brian Eno


Nunca he sido lectora asidua de cómics pero, al igual que mucha gente, conozco detalles de la vida de los superhéroes y voy a ver las películas en las que salvan al mundo de las peores calamidades o los villanos acérrimos. El otro día fui a ver Thor. Realmente no esperaba mucho. Pensaba que sería tan insufrible como algunos filmes de héroes de historieta. Me equivoqué. Y me quedé boquiabierta.

No haré ningún spoiler ni una crítica concienzuda. Creo que ni siquiera hablaré de la película. Al menos no como se hace en las reseñas cinematográficas. Más bien, me enfocaré en lo que rodea al hecho de ser un héroe.

Desafortunadamente, no sé mucho acerca de Thor, el dios nórdico del trueno. Lo reconozco con vergüenza. Sé, acaso, lo que me enseñaron en la prepa, ¡ah!, porque incluso en ese nivel educativo me obligaban a memorizar cosas, y tenía que conocer de pe a pa toda la genealogía de los protagonistas de los mitos que debía leer para aprobar Literatura. Pero no es nada. Sólo sé quién es su papá. Quiénes eran sus amiguitos en la escuela. Que quería mucho a su mamá. Y así.

Tampoco viene al caso hablar de lo anterior. La genealogía y los detalles mafufos, como de qué está hecho el Mjolnir, no tienen nada que ver con ser un héroe. Va más allá.

Por circunstancias adversas, en la película, Thor tiene que aprender que en la vida se necesitan grandes dosis de paciencia. Se necesita dejar ir. Se necesita, también, cambiar. Transformarse. Moverse. Renunciar. Y todo eso no se logra sin el primer aspecto, sin esa paciencia tan indispensable y tan olvidada.

Los héroes no sólo son los personajes con poderes que aparecen en los cómics. Tampoco se limitan a los hombres que forjan naciones. Mucho menos son los rostros que observamos en los billetes. Los héroes pueden ser personas como uno. Pueden estar en el camión, en el metro, en la mesa de al lado, en nuestra casa. Puede encontrárseles donde menos se imagina. Lo que les aporta la condición de héroes es el hecho de que se desprenden, de que renuncian. Renuncian todo el tiempo. No es casualidad que sean solitarios. Aunque tampoco es casualidad que tengan adversarios. En ocasiones, lo que alguien detesta en otros es justo lo que quiere ser.



Heroes - David Bowie (La letra se puede ver aquí.)

En el mundo siempre hay gente que no te soporta. Gente que te tiene envidia. Gente que se regocija cuando te va mal. Es algo de lo más común. Los héroes lo saben bien. Están conscientes de que sus cualidades a veces son un estorbo para ciertos seres. Pero eso no los detiene, porque hay trabajo por hacer. Y lo dan todo. Llegan a las últimas consecuencias. Derrotan al mal. Crean un bien. Y desaparecen. Los villanos no son una preocupación permantente para los héroes. Éstos saben que pueden vencerlos. Y lo hacen. Los adversarios no son obstáculos, son oportunidades para los héroes. Son el motor del cambio que experimentan los héroes.

Si hay algo que siempre me ha gustado de los héroes es que nunca esperan recompensa. Tienen en la cabeza cosas más importantes que el reconocimiento. Libran una batalla consigo mismos. Porque, a fin de cuentas, también son humanos. Y tienen una vida que atender. Deben cuidar de los suyos. Deben ver por los suyos. Y el bienestar de los suyos también requiere de ciertos sacrificios pues, al pertenecer al entorno del héroe, se encuentran en constante riesgo. Y es justo ahí donde aparece la renuncia. El héroe prefiere renunciar antes de que alguien de los suyos resulte herido. Por eso la soledad. Por eso el aislamiento.

Los héroes también enfrentan críticas. En este mundo no se le puede dar gusto a todos, y eso es un hecho. Hay quienes los atacan o ven lo malo en sus actos. Hay quienes valoran lo que hacen, porque se dan cuenta de lo que hay detrás. Hay seguidores y detractores. Pero el héroe va más allá. El héroe está un paso adelante de esa interacción amor-odio. El héroe sabe que, de hacer caso, puede encontrar su perdición. Y el héroe, a fuerza de golpes, aprende a ser paciente. Se transforma. Se mueve. Se entrega al cambio constante.

No digo que todos debemos hacer lo mismo que los héroes, pues cada quien tiene una historia que configura su existencia, y no puede proceder de un modo o de otro a menos que, en el fondo, sepa que es lo más adecuado. Pero podemos ser héroes a nuestra manera. Transformarnos para transformar lo que está a nuestro alrededor. Callar las voces de la cabeza. Escuchar a las voces del instinto. Y recordar que, aunque nos quieran ver caer, poseemos la fuerza necesaria para salir avante. Y tener siempre presente que hay seres que quieren imitarnos, pues aunque nos expresan odio, en su interior nos admiran y anhelan ser semejantes a nosotros.

Es en la adversidad cuando más nos transformamos. También es cuando más nos acercamos a ser héroes, porque somos puestos a prueba. Y conocemos de qué están hechos los demás. Y de qué estamos hechos nosotros. Tenemos oportunidades para renunciar, para ser pacientes, para cambiar. Tenemos la oportunidad de transformarnos en algo más grande. En algo mejor. Se nos presentan miles de opciones, de alternativas. Y si escuchamos con atención y a las voces correctas, nos quedaremos con las opciones correctas. Y haremos lo correcto. Y conoceremos el gozo. Y, al igual que existen pequeños dioses, seremos pequeños héroes. Pequeños en apariencia. Y gigantescos por dentro.


Lau dixit.

sábado, 23 de abril de 2011

Sister


I'm here.

Celie Johnson / The Color Purple



Miss Celie's Blues - Shug Avery (La letra de la canción se puede ver aquí.)


Hermana.

Querida hermana.

Amada hermana.

Hermana.

No olvides quién eres.

No dejes que te nieguen.

No permitas que te digan tonta.

No desperdicies tu tiempo.

Oh, hermana, tú vales.

Vales.

Tú existes.

Tú eres.

Eres humana.

Eres libre.

Eres fuerte.

Eres sabia.

Eres.

Eres...

¡Eres!

Y estás aquí.

Con mucho.

Con poco.

Estás aquí.

Y eres lo mejor que tienes.

Lo más valioso que tienes.

Lo único que tienes.

Te tienes.

Me tienes.

Nos tienes.

Tienes todo.

Hermana mía, tienes todo.

Tus manos están vacías.

Tu alma llena.

Tus ojos colmados de infinito.

Te quitaron mucho.

Te dejaron con mucho más.

Se llevaron todo.

Menos a ti.

Sigues.

Y sigues.

Y sigues.

Y amas.

Y ríes.

Y vives.

Y estás llena.

Y nunca terminas de llenarte.

Oh, hermana.

Hermana del alma.

Mi hermana.

Sigue caminando.

No te detengas.

Permanece.

Avanza.

Canta.

Ríe.

Y sigue riendo.

No ocultes tu sonrisa.

No te ocultes.

El mundo necesita verte.

El mundo ríe contigo.

El mundo avanza contigo.

El mundo cambia por ti.

El mundo es para ti.

El mundo eres tú.

Hermana, oh, hermana.

Canta un blues.

Baila un blues.

Llora un blues.

Ama un blues.

Y sé tú.

Sólo tú.

Tú.

Muy tú.

Una hermana.

Mi hermana.

La hermana.

La dama.

La mujer.

El ser.


Lau dixit.


lunes, 4 de abril de 2011

Libertango

El baile y yo tenemos una historia peculiar. No soy un as. Creo que tampoco sé bailar. Aunque en algún momento supe hacerlo. Lo hacía muy bien. Pero sucedió algo que me bloqueó mentalmente, que me impidió seguir bailando. Y de un día para otro, la danza quedó fuera de mi vida.

Recuerdo que, cuando era niña, en algunas tardes mi madre ponía sus discos y bailaba conmigo. Su favorito era el Tropicanías, de Óscar Chávez. Bailábamos Lágrimas negras, con mis piecitos torpes y todo el sentimiento que mi madre imprimía en sus soberbios pasos. Aquellos fueron momentos invaluables que me guiaron poco a poco hacia el gusto por el baile.

Años después, ya en secundaria, bailaba a la perfección los ritmos que estaban de moda en esa época. Pero un día asistí a una fiesta que organizó una compañera y todo cambió. Mi hermano fue por mí y se asomó al patio, justo donde estaban todos los invitados al festejo. Y también estaba yo, haciendo gala de los talentos con los que había sido dotada. Él se burló y el mundo se me vino abajo. No volví a bailar.



Libertango - Astor Piazzolla

Ya de adulta, mi argumento para no bailar, además del trauma causado por la mofa de mi hermano, fue que el baile no le salva la vida a nadie. Probablemente es una insensatez, pero yo buscaba cualquier pretexto para salvarme del ridículo y la exposición pública de mis talentos perdidos. No sé si hice bien o hice mal, sin embargo, me quedó la sensación de que me estaba perdiendo de algo que me gustaba mucho por una tontería de la adolescencia que debía dejar atrás y me negaba a hacerlo.

Hace muchos años, ya que había renunciado a la danza, fui a ver The Tango Lesson y me enamoré de la música, de los bandoneones, de la sensualidad y de todo lo que va de la mano con este baile. Lamenté haber dejado de bailar. Me sentí triste por mi debilidad, por mi abandono, por mi falta de carácter. Pero no hice nada. Era muy joven para entender las cosas como las entiendo ahora. Mejor me enfoqué en la película. En disfrutarla y gozarla. Recuerdo que una escena me cautivó por sobre las demás, y justo fue la que tiene como fondo la melodía que le da título a este post. Fue lo más sensual, lo más sublime que había visto en mi corta vida.



The Tango Lesson (1997) - Dir. Sally Potter

¿Por qué Libertango? No lo sé. Quizá porque este nombre une dos palabras que me gustan: libertad y tango. Quizá porque el disco homónimo representa un antes y un después en la manera de crear tangos. Quizá, porque me recuerda que debo recuperar lo que perdí, que debo volver a hacer algo que me gustaba y que, sobre todo, disfrutaba mucho. Quizá, porque me recuerda que ser libre es vivir sin ataduras, sin traumas, sin viejas ideas que no me ayudan en nada y sólo provocan que me estanque. Quizá, porque no soy libre del todo, y necesito empezar a serlo.

En 1981, justo el año en que nací, Grace Jones lanzó I've Seen That Face Before, también conocida como Strange, o simplemente Libertango. Aunque esta canción tiene letra y es un tanto oscura, me parece que refleja bien la actitud de la Jones ante la vida: desafiante, segura de sí misma, arriesgada y, sobre todo, libre. He tenido un poco de eso en mi existencia, sin embargo, me parece que no lo he explotado como debería a causa de que no bailo, al menos no como me gustaría.


I've Seen That Face Before (Libertango) - Grace Jones

En los últimos años me he visto obligada a bailar en fiestas y reuniones, quizá por no quedar como alguien que no siente interés o que se rehúsa a participar de las actividades de los demás. En el fondo siempre lo he hecho porque extraño mover los pies, las caderas, la cintura y todas las partes de mi cuerpo que puedan sucumbir ante el ritmo de la música, los acordes de un bandoneón o una mano en mi cintura que sea mi pilar, mi sostén, la pieza clave para dejarme llevar por los pasos de baile que, cual amante, me inviten a perderme, a dejar de ser la mujer temerosa y a convertirme en la mujer libre que vive dentro de mí.

Sé que algún día cercano, en el que ya no ponga pretextos inútiles y haya superado mi trauma, pero sobre todo mi temor al ridículo, me presentaré en un salón de baile y me dejaré llevar por todos mis sentidos y por los tangos que amo, por los compases que quiero volver a marcar con mis pasos y por esa parte de mi vida a la que renuncié y que debo recuperar cuanto antes.

Lau dixit.

viernes, 11 de marzo de 2011

Mexico


And the small voice said "What can we do?"

Morrissey


Esta canción sonó en el iPod después de que nos reunimos por primera vez. Como en otras ocasiones, escuché con detenimiento la letra. Las palabras se adaptaron como nunca a lo que estaba sintiendo. Voltée a ver al cielo. Sólo estaba el cuarto creciente de la Luna. Voltée a ver a mi alrededor. Sólo estaba yo.

Algo puede ser muy prometedor y, en un instante, todo cambia. Todo. Yo no buscaba una relación. No la busco ahora. Tampoco tenía expectativas definidas. Creo que no iba con algo concreto en la mente. Y fueron unas palabras las que transformaron radicalmente la situación.

Aunque no soy una persona de novios, sino de amantes, me gusta conocer a quien comparte esa faceta conmigo. Me gusta saber de esa persona, que me diga lo que está en su mente, lo que siente. Y si puedo, ayudarle en lo que necesite y lo que me sea posible. Pero me declaro incompetente en ayudar a olvidar a alguien. Nadie me lo ha pedido. En esa reunión, él no me lo pidió. Ni me lo pedirá nunca. Pero expresó la necesidad de olvidar. Y expresó, aunque sin palabras, que le duele.

Nunca me había sucedido, pero esa noche, el hecho de verme sola me hizo sentir escalofrío. Sé que no lo estoy, pero lo que pasó antes me dejó con una sensación extraña. Es algo que no puedo explicar.





In Mexico
I went for a walk to inhale
The tranquil, cool, lover's air
I could taste a trace
Of American chemical waste
And the small voice said
"What can we do?"

In Mexico
I went for a walk to inhale
The tranquil, cool, lover's air
I could sense the hate
from the lonestar state
And a small voice said
"What can we do?"

It seems if you're rich
And you're white
You think youre so right
I just don't see why this should be so
If you're rich and you're white
You think youre so right
I just don't see why this should be so

In Mexico
I lay on the grass
And I cried my heart out
For want of my love
Oh, for want of my love
Oh, for want of my love

It seems if you're rich
And you're white
You think you're so right
I just don't see why
This should be so

If you're rich and you're white
You think youre so right
I just don't see why
This should be so

In Mexico,
I lay on the grass
And I cried my heart out
For want of my love
For want of my love
For want of my love
For want of my love



Todos vamos solos por la vida. Caminamos sintiendo el aire, como lo expresa la canción. Pero a veces, alguien se presenta. A veces se queda. Y después de que se queda, tiene que irse. Es una ley de la existencia. Lo que me afectó esta ocasión, quizá, fue el hecho de que desde hace mucho tiempo, esa soledad no hacía mella en mí porque estaba acostumbrada a vivirla en carne propia. La veía como algo muy normal. Y que de repente una persona te muestre cómo es, te planta de nuevo en la Tierra. Te recuerda la sensación. Te hace revivir todo aquello que creías olvidado.

Ésta no será una sensación permanente. Pero gracias a ella he visto mucho. Me hace apreciar aun más lo que tengo. Me hace sentir. Y, para mí, es muy importante sentir.

No sé qué pasará entre él y yo. Tal vez nunca volvamos a vernos. Tal vez sí. Quizá nunca seamos amantes. Quizá sí. Pero no pensaré en ello. No me devanaré los sesos. Por ahora, le agradezco que me haya recordado qué se siente sentir. Y le agradezco otras cosas también. Le doy gracias, además, porque a partir de ese momento puedo contemplar sin miedo la posibilidad de echarme en la hierba y llorar. Contemplo muchas maneras de sentir. Ya he experimentado algunas. Me faltan otras. Pero las oportunidades siempre serán infinitas.

Lau dixit.

sábado, 5 de marzo de 2011

The King's Speech

Because I have a right to be heard. I have a voice!

King George VI


Me gustan las películas. Hay unas que me gustan por partes y otras que me gustan completas. Hay películas que asocio con momentos de mi vida, con algún sentimiento, con algún pensamiento o con mi existencia en toda la extensión de la palabra.

Hoy vi The King's Speech y me gustó. Me gustó toda y me gustó por partes. Como sucede con las películas que ganan muchos premios, me quedó claro por qué los ganó. Pero también me quedaron claras otras cosas. Me identifiqué con algunos diálogos, con algunas escenas. A pesar de que el personaje principal es masculino, me identifiqué también con él.

No es la gran película, pero la disfruté. La viví. Y, muy discretamente, la lloré.

La escena cumbre del filme, en la que el rey Jorge VI da un discurso para informar a la población británica que Inglaterra está en guerra con Alemania, fue la más emotiva para mí. Me recordó a todos los que no han creído en mí. Me recordó, incluso, las ocasiones en las que yo tampoco he creído en mí.

A veces, los seres humanos nos autosaboteamos. Pensamos que no podemos con algo. Que no nos merecemos nada. Nos sentimos poquita cosa. En ciertos casos, todo lo anterior es ejecutado por alguien más. Sin embargo, somos nosotros mismos los que casi siempre perpetramos ese acto suicida, esa castigo hacia nuestra persona. No es sino hasta que decidimos aislarnos de lo anterior que lo dejamos atrás. Son sentimientos que deben morir para que nazcan otros nuevos. Sentimientos radicalmente distintos de los que existían.

En la película, el rey lo hace. Se aísla. Se aleja de todos los que piensan que es un perfecto imbécil. Conserva a su lado a quienes tienen fe en él. A los que creen en él. A los que saben lo que puede llegar a ser. Se sacude los traumas de antaño. Elimina su inseguridad. Comienza a ser él mismo.

No pude llorar como habría querido. Pero lloro ahora. Lloro al escribir estos párrafos. Es un llanto purificador. Un llanto que se lleva todo. Lloro por lo que soy ahora. Por lo que empecé a forjar hace un tiempo. He dejado de ser lo que me molestaba. Empecé a ser lo que me gusta. Me aislé como el rey Jorge. Dejé atrás lo que no me ayudaba, lo que no me servía. Y conservé lo que me ayuda, lo que me sirve, aquello con lo que vale la pena quedarse.



Beethoven - Séptima sinfonía, segundo movimiento

Verse en un espejo no es sencillo, pero una vez que se han abierto los ojos, la imagen es menos aterradora. Ya había hecho descubrimientos, sin embargo, la película me ayudó a clarificarlos, a saberlos más reales, más tangibles, más míos. Me gusta llorar. Me han dicho llorona y no me molesta, porque lo soy. Y me gusta llorar, sobre todo, de felicidad. De gozo perfecto. Amo el llanto purificador. Amo ser purificada. Me amo a mí. Eso me gusta.

Lau dixit.

How Does It Make You Feel?


I would be happy with just one minute in your arms.

Air



¿Qué es una palabra?

Esa pregunta me atormentó cuando estuve en la universidad, porque mis maestros siempre decían que nadie sabe a ciencia cierta lo que es. Y después de esa duda vinieron miles. ¿Qué es el sonido? ¿Qué es la voz? ¿Qué es una oración? ¿Qué es el amor? ¿Qué es un fantasma? ¿Qué se hace con tantas preguntas?

Se puede decir qué es una palabra desde el punto de vista fonológico, morfológico, funcional y semántico, pero no resulta tan fácil definirla desde el punto de vista lingüístico. Creo que este último caso es lo que le da respuesta a mis otras preguntas pues, con la ayuda de un diccionario se puede saber su significado, pero en la vida real, en el mundo en el que vivimos, no es sencillo encontrar una definición acertada, quizá porque muchas cosas en la vida son tan complicadas (aunque la mayoría de las veces las complicamos) como la lingüística.

¿Y qué es una palabra para mí?

Al igual que mis maestros y que la lingüística, tampoco cuento con una definición, pero pienso que tiene tres acepciones: puede ser lo más hermoso, lo más terrible o algo sin el menor significado, dependiendo de la situación.

Todos usamos las palabras. Todos las usamos en todo momento. Al escribir. Al leer. Al hablar. Al sostener un diálogo con nuestro pequeño yo. Están por todas partes. En todas las cosas. En todo lo que es. En todo lo que existe. Y sin embargo, pocas son las ocasiones en las que les ponemos atención. Pocas son las veces en las que atendemos a sus acepciones correctas.

Los seres humanos hablamos mucho. Creo que, además de dormir, la mayor parte del tiempo de nuestras vidas lo invertimos en hablar. Excepto, claro, las personas que están impedidas para hacerlo. Y es por lo anterior que, poco a poco, nos fijamos menos en las palabras que decimos. En cómo las decimos. En a quién se las decimos. Hablamos y hablamos. Pero hablar no siempre es comunicar algo. Y hablar, definitivamente, tampoco es sentir algo.

Creo que hemos llegado a una era de vacío. Llegamos a un tiempo en el que demostrar con palabras lo que se siente, ha perdido todo su valor. Los sentimientos se han convertido en fórmulas de cortesía. En algo que se dice sólo por costumbre, sin ningún interés genuino por conocer la respuesta o por saber lo que sigue a eso que se dijo primero. No estoy juzgando a nadie. No podría. Seguramente, si pongo atención, me sorprendería haciendo lo mismo. Y aunque sé que yo también participo de ello, me entristezco. Ya lo dije párrafos arriba. Una palabra puede ser lo más terrible, o algo insignificante. Pero también puede ser lo más hermoso. Sin los dos primeros significados se puede sobrevivir. Sin el tercero no.

Esa carencia de significado, de sentido, trae a mi mente la canción que le da título a este post. Si pongo atención en la letra, descubro que las palabras son muy hermosas. Trágicas, pero hermosas. Y sin embargo, las dice un robot. Un autómata al que se le enseñó todo, menos a sentir. Y la frase final... es contundente. Muestra que no tiene sentido lo más bello si carece de significado para alguien. Ya sea para el que lo dice o para el que lo escucha. Eso, precisamente, es lo que está sucediendo con las palabras. Poco a poco, se hace presente su carencia de sentido.



Air - How Does It Make You Feel?

I am feeling very warm right now
Please don't disappear
I am spacing out with you
You are the most beautiful entity that I've ever dreamed of

At night I will protect you in your dreams
I will be your angel
You worry so much about not having enough time together
It makes no difference to me
I would be happy with just one minute in your arms
Let's have an extended play together
You're telling me that we live to far to love each other
But your love can stretch further than you and I can see
So how does it make you feel?

How does it make you feel?
How does it make you feel?
How does it make you feel?
How does it make you feel?

Do you know when you look at me
It is a salvation
I've been waiting for you so long
I can drive on that road forever
I wish you could exist to live on my planet
Well it's very hard for me to say these things in your presence
So how does it make you feel?

How does it make you feel?
How does it make you feel?
How does it make you feel?
How does it make you feel?

So how does it make you feel?
Well,I really think you should quit smoking



En esta canción se hace una pregunta. Mi respuesta sería que me hace sentir triste. Algo que no se sabe a ciencia cierta qué es y a lo que se le pueden dar miles de significados maravillosos, es terriblemente desaprovechado. Pero no puedo hacer mucho al respecto. Sólo puedo atender al uso que yo le doy a las palabras. Y darles significados bellos. Y poner atención a lo que ellas me quieren decir. Poner atención cuando viajan en el aire. Cuando rondan en mi mente. Cuando las pronuncia mi pequeño yo. Cuando se manifiestan en la pelea de un fuego negro contra un fuego blanco. Seguir poniendo atención. Y pensar que en algún momento podría contagiar a alguien de mi entusiasmo. Dar a conocer mis acepciones. Difundir el uso de la mejor de ellas. Establecer una definición. Establecer reglas de uso. Reglas flexibles, claro. Reglas que todos puedan comprender.

Las preguntas continúan. Todavía me quitan el sueño. Y todavía pienso en las respuestas que puedo dar, en las definiciones, en los significados más propicios. Pienso en todo lo mejor de la vida y su relación con las palabras bellas. Y al pensar en lo anterior, descubro que no todo está perdido. Que las palabras pueden volver a ser lo que eran. Que pueden recobrar su valor. Y también descubro que, mientras exista una sola persona que quiera conservar su belleza, ésta no morirá del todo. Y bien sabemos que, al igual que una pequeña semilla en el campo, la belleza, aunque sea una partícula, puede crecer y crecer. Expandirse. El Universo se expande. ¿Por qué no habría de hacerlo la belleza?

Lau dixit.

miércoles, 9 de febrero de 2011

F Word

Fuck you, is for you...

Candlebox


En algún momento de la vida, al igual que todos, ignoraba que existía la temida palabra con f, la palabra fuck. En mi caso, ese momento coincidió con mi entrada a la espantosa adolescencia.

Conocí la canción que le da título a este post gracias a mi primo, con quien, en esos años, siempre hablaba de música y de las cosas que hablan los adolescentes, y quien, por supuesto, también fue una influencia para mí en el campo de los gustos musicales. Recuerdo que nos mostró la canción con mucho entusiasmo y que hizo énfasis en la palabra con efe; yo no tenía idea de lo que hablaba, hasta que decidí pasar por tonta cinco minutos y no toda la vida y le pregunté por qué tanta alharaca con la palabreja esa. Mi primo, con toda la paciencia y el buen humor que lo caracteriza, comentó que decir fuck era mentar la madre en inglés, y de pronto me empecé a sentir bien malota y bien bilingüe porque usaba la palabra con f todo el tiempo.

Tiempo después se me pasó la euforia, pero la canción indudablemente sigue siendo catarsis, porque aun a estas alturas de mi vida, la escucho y mando al diablo todo lo que me molesta, todo lo que sale sobrando en mi existencia.



Candlebox - You

You
It's for you
Only you
It's for you

I'll never know
I'll never care
I'll never believe my people
I'll tell you what I say
I'll never lie
I'll never try
I'll never cry for you people
I'll push you
Push you away
As you lonely people
Keep on running around my door
Yes, you lonely people
Keep on begging
Beg for more
And I'll cry for you
Yes I'll die for you
Pain in my heart it is real
And I'll tell you now how I feel inside
Feel in my heart it's for you

It's for you
Only you
It's for you

I'll never try
I'll never die
I'll never push for you people
I'll tell you how I feel
I'll never lie
I'll never cry
I'll never try for you people
I'll tell you, yes it's real
And you lonely people
Keep on passing time away
Yes you lonely people keep on passing,
Pass away

And I'll cry for you
Yes, I'll die for you
Pain in my heart it is real
And I'll tell you now how I feel inside
Feel in my heart it's for you
And I'll take everything
As it comes my way
Pushin' your pain 'round my door
And I'll cry for you yes I'll die for you
Is this blood on my hands all for you?

You shiver
And shudder
Recovers your mother
You feel it take control
All alone
Feel alive
In your soul

Come around town
Steal another dime
Take another line
Won't you feel it
Blanket your soul
Out of mind

Come around town
Steal another dime
Do another crime
Won't you get it higher & higher
All through time

Come around town
Steal another dime
Don't you push your drugs in my face
Yes, I'm feeling
Feeling fine
Don't you push your drugs in my face
Or I'm gonna put you in your place
Fuck you
I don't want it no more
And it's mine
Said this pain in my heart is all mine
Yes, it's mine all alone

I don't want it no more
I don't want it no more
I don't want it no more
I don't want it no more

And it's mine on my own
Yes, it's mine all alone
As I cry for you
Yes, I'll die for you
Pain in my heart, it is real
And I'll take
Everything as it comes my way
Feel in my heart it's for you
And I'll lie for you as I die for you
Pain in my heart it is real
And I'll tell you now
How I feel inside
Fuck you
It's for you


Hay muchas cosas a las que quiero decirles fuck you. Hay otras tantas a las que se los he dicho. Creo que es sano hacerlo de vez en cuando, porque en sí consiste en desechar algo que no se necesita, una carga inútil que, si no se elimina, se va haciendo más y más grande.

En este momento hay dolor en mi corazón, tal como dice la letra de la canción. Hay dolor porque una persona me lastimó con sus palabras, y no precisamente por algo que me haya dicho a mí, sino por algo que le dijo a alguien más con la clara y firme intención de herirme. No estoy loca. Al menos no en el mal sentido. No soy como esta persona me pintó. Lamento que algunos le creyeran, pero bueno, quizá fue porque no me conocen realmente. Me duele pero, al igual que en otras ocasiones, le digo fuck a esto que me duele, le digo fuck a esa mala acción, y a la persona que la perpetró sólo le digo que sea feliz y que deseo que esté en paz. Nada más.

Muchas veces me han dicho que tenga cuidado con la gente porque puede llegar a ser muy mala. Yo no tengo cuidado con nadie, al contrario, entrego el corazón. Nunca me olvido de lo que pasó Francisco, de las piedras que le lanzaron, de los insultos proferidos en su contra. Sé que no hay comparación pero, al igual que él, en lugar de sentir rencor, siento compasión... y siento amor. No puedo vivir mi vida con miedo, cuidándome de todo o de todos, ni sintiendo odio por todo o por todos, pero sí puedo optar por el amor. El amor es en lo que se convierte el fuck cuando se decide tener compasión, cuando se decide perdonar, por eso no es casualidad que tengan el mismo número de letras...

Lau dixit.

sábado, 5 de febrero de 2011

Bilingüe

―¿Hablas inglés?

―No al cien por ciento, pero me defiendo.

―Ok. Dime algo en inglés.

―¿I like cats?

―No, otra cosa.

―¿I like to laugh?

― No, dime otra cosa. Lo que sea.

―Brbrbrbrbr. I'm just thinking, I don't know what to say.

―Tú síguele pensando...

―I know what to say now...

―Dilo...

―I like you... I really like you and I want to kiss you.

―What?

―You heard me, I like you very much and it will be nice if we kiss.

―Me too.

―Really?

―Sí, pero ahora dilo todo en español.

―Osh.







Lau dixit.