sábado, 26 de diciembre de 2009

Compras vintage

El día de hoy estaba muy emocionada porque, al fin, iba a conocer el bazar de Buena Voluntad que está en la calle de Álvaro Obregón. Me dio coraje encontrarlo cerrado y enterarme de que lo abrirían hasta el lunes, por lo que me vi en la necesidad de irme al tianguis de Chimalpopoca, que queda entre San Antonio Abad y Pino Suárez.

Para llegar a ese tianguis, tomé el trolebús que pasa en Yucatán y que llega hasta el metro Mixhuca, me bajé en Avenida del Taller y Tlalpan y caminé algunas cuadras hacia el norte. Me sorprendió encontrar la ciudad vacía, y lo disfruté enormemente, tanto, que tomé unas fotos, pero sólo en Álvaro Obregón e Insurgentes, pues si tomaba fotos en el tianguis corría el riesgo de no salir viva de ahí (el rumbo es peligrosón y hay gente brava). Admiren las avenidas vacías y llenas de sol:

La acera sobre la que está el bazar, divinamente adornada por un grafitti chairo.


Álvaro Obregón sin congestionamientos viales, algo que difícilmente se puede observar a las dos de la tarde.


Una fuente cotorra sobre el camellón.


Allá en la fuente había un chorrito...


Una pose varonil...


Se ve un poco sospechoso lo que trae en la mano...


Un lindo arbusto... (me alegro de que no se ve la cáscara de plátano que tenía encima)


Amé el mosaico...


Ni un coche sobre Monterrey...


Una calle muy solitaria.


La famosísima casa embrujada de Álvaro Obregón e Insurgentes.


Otro detalle de la casa, enmarcado por un árbol tenebroso.


Un altillo de la casa del terror.


No podía faltar una foto de mis pies.


Otra avenida vacía. Yucatán con el trolebús a lo lejos.

Y ahora sí, a lo que me truje: las compras.

No fue un día muy productivo que digamos, pues regresé a casa con pocas cosas, y sólo tres son vintage. La vez pasada encontré un vestido muy bonito, como de los años 40, al cual sólo hay que hacerle unos ajustes y comprarle los zapatos adecuados, pero aun así, me siento contenta por mis adquisiciones, que fueron las siguientes:

Un bolso bordado, ad hoc para ocasiones elegantiosas.


Un hermoso bolso ochentero con asa de "cadenita".


Una linda y clásica bolsita de cuero color miel.

El lunes iré de nuevo al Bazar, a ver si ahora sí se me hace y regreso a casa con bolsas y más bolsas de compras.

Lau dixit.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Navidad

Aprovecho las últimas horas del 25 de diciembre de 2009 para escribir esta entrada.

Como buena grinch, las fiestas decembrinas no me agradan mucho que digamos, pero creo que, dentro de lo que cabe, tienen sus cosas positivas.

Casi siempre asocio la Navidad con sucesos no muy agradables o tristes, pero no por ello voy a criticar a las personas a las que sí les gustan estas fiestas, pues cada quien está en su derecho de disfrutar de las cosas que le plazcan. Y a pesar de todo, creo que vale la pena que estas fiestas lleguen porque despiertan cosas buenas en la gente.

Sí, ya sé que todo es pura mercadotecnia y consumismo y yada yada y la chingada, pero también hay otras cosas, como el hecho de dar. A veces cuando alguien da lo hace porque tiene el compromiso o por algún motivo que no es simplemente el hecho de dar, sin embargo, la acción siempre es la misma: una persona se desprende de lo que tiene.

Espero que poco a poco ese desprendimiento que se hace cada año sea más frecuente, tan frecuente que se lleve a cabo a diario, y varias veces al día. Sueño con el día en que todos nos desprendamos con facilidad de las cosas y no esperemos recompensas que impliquen cosas materiales, sino recompensas que engrandezcan nuestro espíritu. Espero con ansias el día en que yo pueda renunciar a todo y dar sin límites, hasta que duela, hasta que no me quede nada, y seguir oyendo esa voz en mi cabeza que me dice que "no es suficiente", pues para darlo todo hay que dar el alma y lo que ella posee, y no sólo lo que es tangible. Espero que esa voz no me deje en paz nunca, pues cuando lo haga será el día en que deje de dar, y eso es algo que simplemente ya no podré hacer.

No me gusta la Navidad porque trae a mi mente recuerdos tristes de cosas que preferiría olvidar, pero por otra parte sí me gusta, porque puedo dar más que nunca, y porque, precisamente, son esos recuerdos los que me motivan a dar y dar y dar sin esperar nada a cambio. Sí, soy egoísta, soy mala y soy odiosa, pues soy humana, pero me gusta dar. Cuando lo descubrí no pude dejar de hacerlo, y en este día quiero compartirlo con el mundo, no para que me digan que soy muy buena, porque estoy lejos de serlo, sino para que todos sepan lo chingón que se siente ser desprendido y dar a diestra y siniestra.

En esta época siempre me acuerdo de un cuento de los hermanos Grimm en el que se narra lo que le sucede a una niña que daba y daba. Aunque lo que se cuenta es inverosímil, sí creo que existan espíritus elevados a los que les suceden cosas similares.

Como yo estoy lejos de la elevación espiritual, lo único que puedo darle a los lectores de este blog (si es que todavía los hay, y si no, pues a los incautos que lleguen por casualidad) es este video con gatos navideños y una canción chistosita, con el cual me despido enviándoles mis mejores deseos y toda la buena vibra que se pueda para que poco a poco logren lo que más desean, y si aquello se relaciona con dar, pues ¡mucho mejor!



The Jingle Cats- White Christmas

Lau dixit.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Bailar

"The thing with you... it's like the sun shines on me, and it's glorious. And then you forget me and it's very, very cold."

Para ti

Estos días en los que hay tantas fiestas y bailes me ponen melancólica. ¿Por qué algo que se supone que es motivo de alegría y regocijo genera ese sentimiento en mí? Porque me recuerda las cosas que no tengo...

Cuando iba en la secundaria bailaba muy bien, y hasta se podría decir que era de las mejores bailarinas en mi grupo. Sin embargo, un día fatídico mi hermano me fue a recoger a una fiesta y me vio bailando, y por ende se burló de mí. Tanto me afectó su burla que decidí dejar de bailar y olvidar todos los pasos que me sabía.

Como es de entenderse, nunca faltan invitaciones a fiestas, antros y demás eventos en los que inevitablemente se baila, obviamente, me quedo sentada en todos ellos. Tal es mi resistencia al baile que he llegado al punto de pasar inadvertida (más de lo que ya era) y simplemente soy parte del mobiliario o la persona que cuida los tragos, las chamarras y las bolsas. Aunque parezca lo contrario, lo anterior no me afecta, pues dejar de bailar fue una decisión con la que debo lidiar y tomar las consecuencias de la mejor manera, dado que es algo que yo elegí. Sin embargo, hay algo que sí me afecta, y no me había dado cuenta de ello hasta estos días.

Al ver a las personas bailar inevitablemente pienso en la persona a la que amo. Imagino que me toma de la mano, que me conduce a la pista y posa su brazo alrededor de mi cintura, que mis dedos se entrelazan con los suyos y comenzamos una danza interminable, en la que sólo él y yo estamos presentes, sin nadie alrededor. Nuestros pies van al mismo paso, nuestro pulso se vuelve uno solo, nuestros ojos intercambian miradas profundas y eternas y nuestra mente sólo tiene un pensamiento: que ese momento no acabe jamás...

Sí, es algo muy cursi, y tonto, porque nunca va a pasar. No soy la bailarina con la que él quiere llevar el paso, no tengo los ojos en los que él quisiera perderse ni el corazón que él quiere habitar. Lo único que soy es alguien con quien él de repente se encuentra y le regala una mueca que se puede traducir en fastidio, en indiferencia o en cualquier cosa muy lejana al amor. Quisiera seguir su paso, bailar a su compás, pero él quiere otra cosa, algo que simplemente no encuentra en mí.

Al inicio de este post mencioné que las fiestas me recuerdan lo que no tengo, y con eso me refiero a que no tengo simpatía ni soy el centro de atención, no tengo gracia ni soy la mejor bailarina, pero esas son cosas que, a pesar de que carezco de ellas, no me ponen mal ni me preocupan. Lo que sí me preocupa es querer bailar con alguien que no quiere bailar conmigo, porque no sé cómo hacerlo y, de saberlo, tampoco lo haría, pues lo único que siente por mi persona es una gran y apasionada indiferencia.

Quizás algún día baile de nuevo, porque en la vida nada es eterno y no soy tan fuerte como para mantener una decisión por tanto tiempo. Quizás, también, aprenda a bailar de tal manera que ya no vuelva a cuidar chamarras, bolsas y tragos. Quizás me convierta en una estrella del baile. Quizás, y sólo quizás, encuentre a alguien con quien bailar al mismo compás, pero quizás, y eso es lo más terrible de todo, porque es un quizás muy verdadero, nunca bailaré con él y, peor aún, nunca lo dejaré de amar.

Lau dixit.

martes, 15 de diciembre de 2009

Ego sum qui sum

Me voy a fusilar (o algo así) un texto que hace mucho escribió alguien que conozco, y lo adaptaré a mi persona, así que, empecemos...


Confesión espontánea

Presento ante el Santo Tribunal de los Blogs Chafas que Nadie Lee, la siguiente confesión.


Confíteor:

Que soy una bipolar encubierta.

Que mi humor, la mayoría de las veces, es insoportable.

Que siempre he sido una ignorante que pretende saberlo todo.

Que me compadezco de todos, menos de mí misma.

Que me creo casi cualquier cosa, aun la más inverosímil.

Que lloro cuando no debo llorar y no lloro cuando debo llorar.

Que por más que me esfuerce, mi fe en la humanidad no se extingue.

Que nunca me defiendo, y realmente no me interesa hacerlo.

Que no hay una pizca de hipocresía en mí y detesto que sean hipócritas conmigo.

Que siempre me muestro excesivamente seria y en mi rostro hay un gesto mamón permanente.

Que soy demasiado callada y ese silencio siempre es interpretado como mamonería.

Que la soledad no me causa el menor conflicto y tampoco me provoca temor.

Que no puedo dejar de lado mi sentimiento de culpa cuando me pasa algo bueno.

Que detesto chantajear y ser chantajeada.

Que acostumbro sermonear a la gente cada que tengo oportunidad.

Que después de varios intentos fútiles, no he podido dejar de ser ingenua.

Que Dios y el Diablo pelean dentro de mí todo el tiempo, y ya no sé quién va ganando.


Que no creo en la bondad ni en la maldad totales.

Que para mí sí hay medias tintas, nada es absoluto.

Que, como dijo James Hetfield, ando by myself but not alone.

Que, como canta Gerard Way, I am not afraid to walk this world alone.

Que, como se menciona en About a boy, I am an island. I am bloody Ibiza!

Que, como recita Kate Nash, I can watch a sunset on my own.

Que, como afirma el aria de Verdi, io sono mobile, qual piùma al vento, muto d'accento, e di pensiero.

Que, si Matt Bellamy me viera, seguro me diría: Change everything you are and everything you were.

Que, si me sentara a platicar con Morrisey, me preguntaría: What can we do?

Que, si me encontrara a Liam Gallagher, probablemente afirmaría: You and I gonna live forever.

Que, si le prguntara algo a Thom Yorke, éste contestaría: If you think that you're strong enough.

Que, si saliera a pasear con Dave Gahan, probablemente le diría: Drive anywhere, do what you want, I don't care.

Que, si el dios Beethoven reviviera y me conociera, cantaría: Freude! Freude!

Que, como el soneto de Byron, soy un eternal spirit of the chainless mind.

Que, como escribió Shakespeare, so I for fear of trust, forget to say, the perfect ceremony of love´s rite, and in mine own love's strenght seem to decay, o'ercharg'd with burthen of mine own love's might.

Que, como cantaba Bowie en Space Oddity, para mí el Planet Earth is blue, and there's nothing I can do.

Que mi falsa sabiduría se basa en las canciones que me aprendo.

Que el egoísmo es un concepto que todavía no logro comprender.

Que a veces ni yo misma entiendo mi manera de ser.

Que el amor y la amistad son cosas que practico pero no entiendo cómo funcionan.

Que no sé cómo ayudar a los demás y menos ayudarme a mí.

Que desconozco cómo hacer feliz a alguien.

Que ignoro cómo mejorar al mundo.

Y, en pocas palabras, que el mundo NO es mejor gracias a mí.


Lau dixit.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Correr de noche

Hace días tomé la difícil decisión de correr por las noches. Fue difícil porque apenas tengo tiempo para hacerlo por las mañanas, y porque después de una jornada laboral uno ya no quiere mover un solo dedo, pero tras agarrar valor y hacerme a la idea de que es por mi bien, todo fue más sencillo.

Ahora salgo a correr muy temprano en las mañanas (para no encontrarme con el viejo de este post) y en la noche llego corriendo del trabajo, me cambio en chinga y me voy, porque tampoco es muy recomendable ir al parque tan tarde, considerando que hay varias farolas que tienen el foco fundido y el ambiente es literalmente tenebroso. El viernes fue chistoso, porque nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE fue a correr por la noche, pero las parejitas cariñosas abundaban por todos lados, y un señor que andaba caminando por ahí me puso un poco nerviosa, como que parecía pervertido o algo así (sin ánimo de ofender), y si no era eso, al menos sí era de esos voyeuristas a los que les gusta ver a la gente fajando o algo así, aunque lo bueno fue que iba corre y corre y si sucedía cualquier cosa, podía escapar fácilmente.

Es curioso pensar en el hecho de que las dos veces al día en las que corro, el cielo está oscuro. La tranquilidad y el cielo estrellado son muy relajantes, y me ayudan a poner en orden mis ideas y a sacar los pensamientos negativos que generé a lo largo del día. Ahora que lo analizo, creo que correr es sobre lo único que tengo control absoluto en mi vida, y eso me gusta, porque lo hago cuando quiero, como quiero y donde quiero, sin nadie que me esté molestando o juzgando, y sin tener que quedar bien o impresionar a alguien.

Cuando me acuesto para hacer abdominales observo el cielo, las estrellas, la luna, y al pensar en esa inmensidad se me olvida un poco el dolor y el cansancio, y me doy cuenta de que en este mundo hay muchas cosas que no apreciamos ni las observamos con detenimiento por lo comunes y cotidianas que parecen, y simplemente nos las perdemos. No soy emo ni dark ni nada parecido, pero me gusta la noche y la paz que ofrece, me gusta estar rodeada de árboles y plantas, sentir el aire que entra a mis pulmones y mis pies casi flotando sobre el piso, en fin, me gusta disfrutar la noche con todos mis sentidos.

El cansancio es mucho en ocasiones, y a veces me duele hasta el alma, pero lo que observo, siento y experimento al correr es más fuerte que cualquier malestar, y hasta podría decir que es un dolor que vale la pena.

Todo empezó con un propósito que me hice, pero siento que aunque lo alcance seguiré con este hábito, pues para tener control sobre cada aspecto de nuestra existencia hay que empezar por pequeñas cosas como ésta.

Lau dixit.

martes, 24 de noviembre de 2009

Post-payasos

Seguramente hay miles de canciones de payasos, pero en el post anterior se me olvidó incluir la de un ídolo mexicano: Javier Solís.

Payaso
Autor e intérprete: Javier Solís

En cofre de vulgar hipocresía
ante la gente
oculto mi derrota.
Payaso con careta de alegría,
pero tengo por
dentro el alma rota.

En la pista fatal de mi destino
una mala mujer cruzó el camino.
Soy comparsa que
juego con mi vida,
pero siento que mi
alma está perdida.

Payaso,
soy un triste payaso
que oculto mi fracaso
con risas y alegría
que me llenan de espanto.

Payaso,
soy un triste payaso
que en medio de la noche
me pierdo en la penumbra
con mi risa y mi llanto.

No puedo...
soportar mi careta.
Ante el mundo estoy riendo
y dentro de mi pecho
mi corazón sufriendo

Ja, Ja, Ja

Payaso,
soy un triste payaso
que en medio de la noche
me pierdo en la penumbra
con mi risa y mi llanto.

No puedo...
soportar mi careta.
Ante el mundo estoy riendo
y dentro de mi pecho
mi corazón sufriendo.

Payaso, payaso...



Payaso - Javier Solís (con risa de ultratumba y la fabulosa transformación del señor Javier Solís en payasito de póster)

Existe una versión de esta rola que me gusta más que la original, la canta Falete y tiene un ritmo flamenco. Me late porque hasta se oye cómo se le desgarra el corazón:

Payaso
Intérprete: Falete

Ay, cofre de vulgar hipocresía
ante la gente yo oculto mi derrota.
Payaso con careta de alegría
pero tengo por dentro el alma rota.
Y en la dicha fatal de mi destino
y hubo un ser que cruzó por el camino.
Soy tan fuerte que puedo con mi vida,
pero siento que mi alma está perdida.

Payaso, soy un triste payaso,
oculto mi fracaso con risas y alegrías
que me llenan de espanto.
Payaso, soy un triste payaso
que en medio de la noche me pierdo en la penumbra con mi risa y mi llanto.

No puedo... soportar más mi careta.
Y ante el mundo estoy riendo,
y dentro de mi pecho, mi corazón sufriendo.

Payaso, soy un triste payaso,
oculto mi fracaso con risas y alegrías
que me llenan de espanto.
Payaso, soy un triste payaso,
que en medio de la noche me pierdo en la penumbra con mi risa y mi llanto.

No puedo... soportar más mi careta.
Y ante el mundo estoy riendo,
y dentro de mi pecho, mi corazón sufriendo.

Y ante el mundo estoy riendo,
y dentro de mi pecho , mi corazón... mi corazón sufriendo.

¡¡¡¡Payaso!!!!



Payaso - Falete (video casero con una selección pésima de imágenes, pero ni pedo, no encontré otro)

Si visitan el link de Falete, podrán percatarse de que está de más decir que el señor es gay y que por eso cambia algunos detalles de la letra, para no tener que decir "mujer".

Sin duda esta canción es básica en el ideario popular, y refleja mejor que ninguna lo que se siente perder en el juego de la vida.

Lau dixit.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Payasos

"Dicen que soy un payaso, que estoy muriendo por ti y tú no me haces ni caso..."

Rafael Pérez Botija

Desde chica he odiado a los payasos. No sé si es por su aspecto o porque sus bromas difícilmente me hacen reír. No sé si es un trauma asociado con algún evento de mi vida o simplemente es un odio infundado. La cosa es que me chocan y no puedo verlos.

Los respetables lectores de este blog se preguntarán por qué si me disgustan tanto estos personajes les dedico una entrada, y sí, admito que es algo absurdo hablar de payasos considerando que me cagan la madre, pero por alguna extraña razón, los relacioné con las cosas que he vivido las últimas semanas, con cosas que he pensado y que he sentido, y con un verso de un poema que una amiga muy querida sacó a colación el otro día cuando le pregunté una cosa sin importancia (debo sentirme halagada por preguntar tonterías y recibir respuestas sabias).

Según la RAE (este blog no cuenta con versalitas), la palabra payaso proviene del italiano pagliaccio, y se refiere a un personaje circense que hace cosas graciosas para provocar la risa del público. Otra acepción dice que se usa para referirse a una persona de poca seriedad que hace reír a todos y el WordReference dice que en ocasiones la palabra se usa como adjetivo despectivo, y cito el ejemplo: no seas payasa y compórtate como corresponde. Es una joya.

Pero bueno, dejemos tanto verbo y vayamos al sustantivo, a lo que nos truje.

Mi amiga, cuando le pregunté la tontería aquella me respondió con un verso de un poema de Juan de Dios Peza que se titula Reír llorando (algo así como Duerme soñando), y de ahí salió un fragmento de la canción Payasito, de Enrique Guzmán, y de ahí el aria Vesti la giubba, de la ópera de Leoncavallo. Total que todo en la conversación fueron payasos y más payasos, lo cual me hizo pensar en que por más hilarante que parezca la cosa, tiene un trasfondo más serio de lo que pudiera pensarse.

Siempre, o la mayoría de las veces, nos han inculcado que los payasos tienen una relación directa con el fracaso, con el lado feo de la vida, pues sólo de la tragedia puede surgir la comedia, sin embargo, también está la otra cara de la moneda, que consiste en lo que hacen estos personajes para sobreponerse a lo que están viviendo o sintiendo, es decir, sonreír y hacer que otros sonrían.

Para ejemplificar aquello de que el payaso va de la mano con el hecho de perder en el juego de la vida, están las siguientes canciones:


Payaso
Intérprete: José José

Dicen que soy un payaso,
que estoy muriendo por ti,
y tú no me haces ni caso.

Dicen que soy un payaso,
porque toda mi ilusión
es tenerte entre mis brazos.

Dicen que soy un payaso,
que por culpa de tu amor
voy de fracaso en fracaso.

Dicen que soy un payaso
que va buscando valor
en el fondo de los pasos.

Y es verdad soy un payaso,
pero qué le voy a hacer,
uno no es lo que quiere,
sino lo que puede ser.

Dicen que soy un payaso
que estoy muriendo por ti
y tú no me haces ni caso.

Dicen que soy un payaso
que te sigue por ahí
con el alma hecha pedazos.

Dicen que soy un payaso,
que no tengo ni valor
para pegarme un balazo.

Y es verdad soy un payaso,
pero qué le voy a hacer,
uno no es lo que quiere,
sino lo que puede ser.

Y es verdad soy un payaso,
pero qué le voy a hacer,
uno no es lo que quiere,
sino lo que puede ser.

Y es verdad soy un payaso...



Payaso - José José (versión en vivo y con chistoretes incluidos)


Payasito
Intérprete: Enrique Guzmán

Para ella eres un pobre payasito,
la haces sonreír si triste está,
escondes tu penar
en el fondo de ti
para que no te vean llorar.

Tienes que sonreír, sonreír, payasito,
piensa bien que ella a ti su amor no te dará,
su destino ya está
para siempre marcado,
payasito, su amor no te dará.

No puedes ocultar con tu sonrisa
la pena que te oprime el corazón,
pues siempre habrá alguien más
a quien su amor dará,
a ella no le importas más.

Tienes que sonreír, sonreír, payasito,
piensa bien que su amor ella a ti no te dará,
cuando veo tu cara creo reconocerle,
payasito, payasito, payasito,
a ti no te amará.




Videos tu.tv

Payasito -Enrique Guzmán


Vesti la giubba
Autor: Ruggiero Leoncavallo
Intérprete: Luciano Pavarotti

Recitar! Mentre preso dal delirio,

non so più quel che dico,
e quel che faccio!
Eppur è d'uopo, sforzati!
Bah! sei tu forse un uom?
Tu se' Pagliaccio!


Vesti la giubba,
e la faccia infarina.
La gente paga, e rider vuole qua.

E se Arlecchin t'invola Colombina,
ridi, Pagliaccio, e ognun applaudirà!
Tramuta in lazzi lo spasmo ed il
pianto
in una smorfia il singhiozzo e 'l dolor,
Ah!

Ridi, Pagliaccio,
sul tuo amore infranto!
Ridi del duol, che t'avvelena il cor!



Esta aria es el final del primer acto de la ópera Pagliacci, en la que Canio, el protagonista, se lamenta por la infidelidad de su esposa, Colombina, quien lo engaña con Arlequín; sin embargo, Canio se prepara para actuar, pues como dice la frase, "show must go on". Enrico Caruso hizo famosa esta aria (fue el primer músico en la historia en vender un millón de copias), sin embargo, a mí me gusta más con Luciano Pavarotti.


Luciano Pavarotti - Vesti la giubba
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Vesti la giubba - Luciano Pavarotti


Reconozco que las canciones están para cortarse las venas con una galleta María, pero vienen al caso con el tema que quiero abordar.

Los seres humanos, cuando nos pasa algo triste o desagradable, tendemos a mostrarlo en algún aspecto de nuestro comportamiento. Chillamos, pataleamos, nos revolcamos (solos, aclaro), andamos cabizbajos, pensativos y dispersos. Para mí es muy respetable si alguien lo hace porque, a fin de cuentas, quién es uno para decirle a los demás qué pensar o qué sentir, y todo el mundo está en su derecho de sentirse como quiera. El punto aquí es no extender esos sentimientos de tristeza y melancolía por mucho tiempo y a todo lo que hacemos, porque ahí es donde se jode la cosa.

Pienso que cuando una persona que se dedica a hacer reír a los demás (como profesión, no porque provoque risas involuntarias) tiene que armarse de valor para tragarse lo que está sintiendo si es algo muy triste o penoso, y de todas maneras ríe y se comporta como si fuera la persona más feliz del Universo, y esa actitud es la que deberíamos imitar. Sé que no es sano callarse las emociones porque uno termina siendo un personaje amargado y rencoroso, pero sí creo en el hecho de que reír, a pesar de que la vida a veces es una mierda, puede ayudar a hacer las cosas más llevaderas. Simplemente el hecho de que la risa libera endorfinas es un gran aliciente para hacerlo constantemente, puesto que dichas sustancias eliminan naturalmente el dolor (se supone que tiene que ser dolor físico, pero tengo la teoría de que también mitigan el dolor del alma).

Al hablar de todo esto, me viene a la mente algo que siempre se les dice a los niños cuando lloran: "si sigues chillando te vas a poner feo(a)". Antes pensaba que era una tontería pero, analizando las cosas, creo que es algo muy cierto.

Cuando una persona se la pasa lloriqueando, o con jeta, o con cara de tristeza, su semblante cambia drásticamente, y la imagen que transmite provoca que los demás se mantengan alejados, puesto que algo en la vibra del llorón o llorona desagrada tanto que se tiene que guardar distancia. Por ello pienso que, aunque no se quiera, es mejor reír, y por más chocante que parezca estar riéndose a lo baboso, si se toma como una terapia ocupacional, esta labor puede ser menos complicada. Tener la mente trabajando ayuda, si no a olvidar, al menos sí a enfocar los pensamientos en otra cosa, y eso, a su vez, es un paliativo para el dolor.

La risa no es una muestra de debilidad, al contrario, pienso que es una cuestión de huevos. Los seres humanos tendemos a etiquetarlo todo, y reír no es la excepción. Si alguien ríe mucho, es un burlón; si alguien ríe poco, es un mamón; si alguien ríe con cualquier cosa, es simple y pendejo. Para muchos, hay etiquetas en todo lo que los demás dicen, sienten, hacen, piensan o tienen. El punto aquí es que nos valgan madre todas esas poses que sólo denotan inseguridad, y que seamos capaces de reírnos hasta de nosotros mismos, ya que es una muestra de humildad, y ésta, según yo, te abre casi todas las puertas en esta vida.

Investigando un poco, encontré que la risa no sólo produce endorfinas, sino que, además:


  • Calma a las bestias.
  • Disminuye el colesterol en la sangre.
  • Elimina el temor.
  • Disminuye la angustia.
  • Aumenta el ritmo cardiaco y el pulso.
  • Ayuda a que el intestino trabaje bien.
  • Favorece la digestión.
  • Disminuye las enfermedades.
  • Reduce la glucosa en la sangre.
  • Fomenta la creatividad gracias a la adrenalina que produce.
  • Hace que trabajen 400 músculos.
  • Actúa como masaje.
  • Despeja las fosas nasales y los oídos.
  • Tonifica la piel del rostro.
  • Y lo mejor de todo: DA FELICIDAD.

No sé si el señor José José, si el payaso del poema de Juan de Dios Peza o si el payasito del señor Enrique Guzmán (Canio no aplica porque el final de la ópera ya se conoce) hayan podido aliviar su dolor con la risa. Yo espero que sí, pues parte de ser humanos es sentir emociones y superarlas cuando es necesario pues, ¿a quién realmente le gusta estar triste?

Lau dixit.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Vivir para cagarla (episodio 11)

Siempre he sido muy distraida, y si digo muy, es MUY. Como prueba, tengo la anécdota que contaré a continuación:

Cuando éramos chicas, mi hermana y yo siempre, sieeeempre íbamos a la palelería, a la tienda y a todos lados, solitas. Por lo tanto, nos sucedían mil desgracias: se nos perdía el dinero, nos caíamos, no comprábamos todo lo que había que comprar, y una larga lista de etcéteras. Recuerdo que en ese entonces había varias papelerías en la colonia, y asistíamos a cada una de ellas según las necesidades. En una atendían unos viejitos que no sabían nada de nada, y siempre tenían que esperar a que la hija, el yerno o los nietos fueran a resolver las cosas, y como no sabían nada de nada, todas y cada una de las cosas que ahí vendían tenían una etiqueta con el precio. Con el tiempo los señores se fueron adaptando al ritmo de trabajo y al final ellos hacían de todo, pero sin eliminar las estampitas con los precios.

Como toda niña, cuando me caía un poco de dinero (o un tostón, como les decía) lo guardaba para comprar dulces, y como podrán imaginarse, en la papelería de las etiquetitas vendían montones. En una ocasión en la que para variar estaban atendiendo los viejitos, se me ocurrió hacer una pregunta respecto a un dulce que me llamó la atención:

Lau peque: ¿Cuánto cuestan estos de quinientos?

Viejito: ¡¡¡¡Pus quinientos!!!!


¡Chale!, creo que eso más que distracción, es pendejismo. En fin, hasta de chiquito uno la caga.

Lau dixit.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Parecidos

Desde hace tiempo he estado pensando a qué se parece esta canción, y creo que ya encontré una respuesta. Primero vean el video:

Bat For Lashes - Daniel (HD) from Peter Pan on Vimeo.



Daniel - Bat for Lashes

Según yo, suena como a Fleetwood Mac con Siouxie and the Banshees. ¿Será?

Lau dixit.

Flickr

Desde hace como dos años tengo una cuenta de Flickr que no había usado hasta ahora. Tontamente pensaba que ese medio es únicamente para fotógrafos profesionales que tienen imágenes bien mamonas que subir, pero creo que no es así. Como en todo, hay gente que se siente parida por los dioses y que sus obras son de un arte sublime y excelso (aunque acudan al típico recurso de retratar niños mugrosos para despertar la lástima de otros), pero también hay gente común y corriente que comparte sus fotos por el gusto de compartirlas, nomás por eso.

La ilusión que tengo con el Flickr es que se trata de una comunidad (sí, lo sé, también se puede conocer gente, ¡qué miedo!) en la que las personas comparten una afición y su gusto por cosas bonitas de la vida como puede ser el arte o los animalitos. Nadie, o casi nadie, te va a contactar para cogerte o ligarte, únicamente para admirar tus imágenes o compartir tips para sacar fotos o crear trabajos de diseño. Creo que en este sitio nadie tendrá el ansia incontrolable de pedirte el messenger o de invitarte un "café" a los cinco minutos de haber chismoseado en tu photostream.

¿Cómo pude haber desperdiciado algo tan valioso? Estuve dos años pendejeando en redes sociales (donde solamente unas cuantas personas que he conocido valen la pena) en las que me ha ido del carajo, cuando siempre tuve frente a mí una maravillosa herramienta. En Flickr puedo compartir mis fotos y no me voy a traumar porque alguien no las baje o no me contacte para decirme lo sexies y hermosos que son mis gatos (todavía no me decido a subir fotografías donde salga yo), ni me va a causar pesar el hecho de que no visiten mi página, porque ocuparé mi tiempo en subir y subir imágenes, retocarlas, crear sets y demás actividades edificantes.

Mis imágenes no son lo más maravilloso que ha existido, pero creo que tampoco están tan piñatas. Lo mejor del asunto es que la gente que las vea puede dejar comentarios y de esa manera sabré en qué la estoy cagando o qué estoy haciendo bien, y podré crear fotos más artísticas sin necesidad de niños mugrosos (sin ánimo de ofender) o recursos que apelen a la lástima de las personas, serán fotos (de gatos) auténticas y creativas. Nunca pensé que en una comunidad podría estar tan segura y, además, hacer algo que me gusta, que es compartir lo que hago con los demás.

Las patitas de Bambi pronto saltarán a la fama.

Lau dixit.

viernes, 23 de octubre de 2009

Vivir para cagarla (episodio 10)

Como ya hacía falta, decidí postear un nuevo episodio de esta serie.


Bien saben los lectores de este blog y una que otra persona que me conoce, lo mal que me va con la gente que conozco en internet (aunque como en todo, hay honrosas excepciones). Por ello quiero compartir esta nueva y edificante experiencia que espero sea del agrado y del provecho de muchos.


Conocí a un tipo (no me pregunten dónde ni cómo, pues ya se sabe) que en un principio me parecía extremadamente aburrido y pretencioso, pero un día, así, sin pensarlo, empezamos a hablar más que de costumbre e inevitablemente me invitó a salir. La verdad no tenía la menor intención de hacerlo, pero pensé que como a fin de cuentas el mono este era inofensivo y súper ñoño, me dije: ¿por qué no? No vuelvo a hacer otra pendejada como esa.


Llegó el día de la cita y creo que todo resultó bien, fuimos a tomar café y al teatro, donde vimos una obra espantosa (no quiero decir el nombre porque puedo acabar con la carrera del escritor, del director, de los actores y dañar de por vida el prestigio del teatro donde la presentan, pero para que sepan es algo así como una mezcla y distorsión de las obras de Shakespeare) y después me dijo que me llevaba a mi casa. Creo que todo marchó sin contratiempos, aunque tampoco sucedió algo sobresaliente.

La siguiente semana me invitó al cine, y como este tipo seguía sin representar un peligro para mí, acepté la invitación. El día llegó y todo empezó mal. A este mono se le descompuso el clutch de su camioneta y tuvimos que irnos caminando. El muy mamón dijo que no le llamaba la atención ninguna película del primer cine al que llegamos, así que nos fuimos a otro y resulta que estaban inaugurando el Tour Francés, y una tipa groserísima casi nos corre a escobazos. Como no sabíamos qué hacer, fuimos a una plaza cercana donde tampoco hubo una película que el señorito quisiera ver, por lo que propuso que camináramos un rato para después ir a comer algo.

Nos sentamos un momento y me empezó a preguntar cosas de mi vida de las cuales no suelo hablar muy a menudo, y no lo hago no porque sea una atormentada que se da navajazos en las piernas o se apaga los cigarros en los brazos, simplemente no lo hago y ya. Por desgracia salió el tema de la universidad (una de las peores épocas de mi vida) y de mi única amiga de la universidad (que después de varios años descubrí que nunca fue mi amiga). Le confesé que me dolió mucho darme cuenta de que mi "amiga" sólo me usaba para sentirse mejor consigo misma (ella sí era una atormentada que jalaba de los pelos a sus novios), pues siempre me consideró más idiota, más fea y más gorda gorda gorda gorda gorda. Así resonó esa palabra en los oídos de este idiota, y desafortunadamente ese fue SU tema de conversación el resto del tiempo que estuvimos ahí sentados.

El imbécil este me preguntó si me sentía gorda, a lo cual yo no respondí, pues creo que eso no es algo que se le pregunte a una mujer. Según yo, cuando un hombre es un caballero y escucha a una mujer decir que está gorda, aunque la dama en cuestión en verdad sea un cerdo, éste dice que no o de plano se calla el hocico. ¿Y saben por qué el caballero mentiría o se quedaría callado? Por educación. El tipejo siguió insistiendo con el tema, me preguntó si aluna vez había ido con un nutriólogo y me dijo que él fue gordo y que en la secundaria le ponían apodos, por lo que decidió hacer ejercicio y así logró bajar de peso. También me preguntó en repetidas ocasiones si como mucho, y me dijo que el peso es una forma de esconder algo, pero yo no respondí nada. Su diálogo para rematar fue el siguiente: SÍ, ESTÁS PASADA DE PESO, PERO NO TE VES MAL, PERO SÍ ESTÁS PASADA DE PESO, AUNQUE ERES MUY BONITA, PERO ES UN HECHO, DE QUE ESTÁS PASADA DE PESO, ESTÁS PASADA DE PESO. No crean que exagero. Así fue. Así, con esas palabras.

¡Desgraciado! A pesar de que notó mi molestia siguió parloteando, pero yo ya no le hacía caso, sólo lo veía mover el hocico sin poner atención a sus palabras. Al final terminamos cenando (raro, no fue tortilla dura, dado que soy una cerda según él) y después caminamos de regreso a donde dejó su pinche camioneta. En la plática durante la caminata volvió al mismo puto tema de la gordura, y yo me armé de huevos y le dije que me molestaba sobremanera hablar de eso y que mejor se callara el hocico (desafortunadamente no se lo dije con esas palabras). Ahí como que ya le cayó el veinte al muy imbécil y mejor cambió el tema. Lo peor es que tuvo el descaro de proponerme que saliéramos ese fin de semana. Obviamente no contesté sus llamadas ni sus mensajes, y ya cuando me dio la gana contestarle el teléfono, le di un pretexto de lo más estúpido (claro que no espero que se lo haya creído, pero no me interesa) y fui muy fría y cortante con él.

Para mi mala suerte, este idiota me invitó a salir a la semana siguiente; yo le puse mil pretextos, pero llegó un momento en el que fue inevitable decirle que sí. Reconozco que me porté horrible con él, pero no me importa. Fuimos primero al cine, pero para variar, el señorito no encontró nada que le gustara, pues obviamente tenía la secreta intención de ir al teatro a ver una obra espantosa en la que sale una amiga de él (que no está gorda), misma que acabamos viendo. Nos fuimos caminando al metrobús y en el trayecto me preguntó si seguía corriendo, a lo que respondí que sí, que lo hago diario aunque no se me note. Él se quedó como pendejo, y tras un silencio incómodo me dijo que nunca había dicho algo así, pero yo le contesté que sí, que lo dijo, y ya mejor cambió de tema, pero se puso peor la cosa, porque mencionó que su ex, en su nick de messenger escribió que estaba enamorada, y le insinué que a él le ardía que ella ya no lo quisiera (puedo ser muy culera si me lo propongo) y total que de cualquier cosa que hablara, yo le llevaba la contraria.

Como ustedes podrán intuir, no volví a salir con él. Aunque parezca raro, y hasta irónico, no me gusta ser rencorosa, pero si hay algo que no puedo tolerar es que alguien me diga gorda, pues aunque lo esté no es agradable oírlo en mi jeta. Tampoco puedo tolerar la compañía de una persona que no me acepta y que me dice así como así algo que me puede herir mucho. Yo nunca le dije que a pesar de que adelgazó tiene un cuerpo horrible (parece perro parado), que está cachetón, que le huele el sope, que le apesta la boca y que en los brazos tiene unos granitos repulsivos que sólo de mirarlos dan ñáñaras. No le dije nada de eso porque para hacerlo se requiere cierto nivel de confianza que no existía todavía entre él y yo, y que gracias a sus acertados comentarios la poquita que había se esfumó. Simplemente no puedo tolerar algo así, porque creo que merezco respeto, y que debo empezar por respetarme yo misma y no aceptar esa mierda de nadie.

No he borrado a este idiota del messenger y también lo tengo en el Facebook (donde me deja comments estúpidos que no me molesto en contestar), pero todavía no sé qué hacer, si borrarlo o no, pues creo que tiene que saber cómo me sentí para que no le haga lo mismo a nadie más. Decidí incluir esta experiencia en mi sección favorita porque pienso que la cagué. Después de que este tipo me dijo lo que me dijo, lo mejor era no volverlo a ver, y ahí voy de babosa al teatro con él. Espero tener los huevos para mandarlo a volar pronto.

Estoy harta de que la gente se quiera meter con mi gordura, pues hago ejercicio, cuido lo que como y trato de tener hábitos saludables para no enfermarme ni padecer por el sobrepeso. Me caga que quieran echar por tierra mi esfuerzo, pues si corro no es para adelgazar y que alguien me quiera (quien me quiera me va a querer si estoy gorda, tuerta o con tres piernas), si corro es porque me demuestro a mí misma que puedo hacerlo y no necesito de la aprobación de unos cuantos pendejos. Por ello, si alguna mujer lee esto, le pido que no permita que la pisoteen así, pues una persona no vale por su físico, sino por su espíritu.

Lau dixit.

jueves, 22 de octubre de 2009

Y siguiendo con el tema del plagio...

Me encontré con este plagio de look, mismo que en uno se ve bien, sui generis, en otro, a sus cuarenta y tantos, se medio... raro...



Verbo carne - Gustavo Cerati



El triste - José José

¿Por qué nadie reclama en este tipo de casos? Robarse un look me parece igual de grave que robarse unos acordes o una tonada.

Lau dixit.

lunes, 12 de octubre de 2009

Tema pasado de moda

Sé que este tema ya se quedó en el olvido, pero no me interesa. Quiero defender a un grupo que me gusta de la opinión de unos cuantos que creen que lo saben todo en cuanto a música.

Siempre he pensado que la música no es cuestión de cultura en el sentido de que te haga saber más o que defina tu calidad moral o tu intelecto, más bien es una cuestión de sensibilidad, de las sensaciones y sentimientos que provoca. Asimismo, pienso que la gente tiene derecho a expresar y hacer evidentes sus gustos musicales, siempre y cuando no afecte a otros y se exprese con respeto. ¿Por qué echo todo este choro? Porque en semanas pasadas se dio una polémica (a mi parecer absurda) acerca del nuevo sencillo de Muse, Uprising, pues según algunos conocedores y expertos en música culta es un vil plagio de la entrada de la canción Atlas, de Battles. He aquí los videos de las dos canciones en cuestión:


Battles - Atlas


Uprising - Muse

No entiendo por qué tanto pinche escándalo. El otro día sonaron las dos en mi ipod y pude distinguir perfectamente una de otra. Y de todas maneras, aunque se trate de un "plagio vil", me parece muy tonto estar gastando bilis y energías buenas para hacer cosas más útiles en odiar a un grupo sólo porque los acordes de su canción son similares a los de otra rola de una banda que según muchos "sí vale la pena". A mí esas discusiones me dan una hueva tremenda.

Desde que la música existe, el plagio ha coexistido con ella. Y no quiero llamarlo plagio, más bien inspiración. En otras épocas nadie hizo tanta bulla, e incluso en la nuestra ha habido más casos como Muse vs. Atlas y nadie, NADIE ha chistado, así que no le veo el caso a ponerse a reclamar cuando los grupos relacionados no tienen ni puta idea y, lo mejor de todo, el asunto les vale madre.

A mí me parece más criminal sacar un disco con tus mismas pinches rolas remezcladas con ritmo de cumbia, de reggaeton o de no sé qué madres para que tus pobres fans gasten lo poco que les queda libre de su sueldo en tu graciosada. Es un crimen y una falta imperdonable al intelecto e integridad de los fans. (Sí, ya sé que Metallica sacó su sinfónico, pero no los voy a justificar, no soy tan descarada.)

Por aquello de que este blog se basa en fuentes fidedignas para sostener los argumentos que en él se vierten, dejo estas evidencias de "plagio" de las que nunca se dijo ni pío:


Kasabian - Cutt off
(en el video original, mismo que no pude embedear, hasta aparece un señor tirado, muy al estilo de la canción que "plagian")


Radiohead - Just
(disculpen la calidad, pero los buenos no estaban embedeados)

Y qué decir de esta canción, que se parece como a 40 de los Beatles, a otras 30 de Eric Clapton y hasta una de los Fun Lovin' Criminals:


The Bees - Who cares what the question is?
(no encontré la versión de estudio, pero si quieren pedírsela a Papá Youtube pueden hacerlo, seguramente él la tiene)


Fun Lovin' Criminals - Fun Lovin' Criminal
(la canción con la que guarda más parecido, pero como de ese grupo ya nadie se acuerda, no hacen pancho)

Y como cereza del pastel pongo estos dos videos de canciones muy similares en las que incluso un cantante le "plagia" el look al otro:


The Vapors - Turning Japanese


Ima Robot - Dynomite

Como se puede ver, el "plagio" ha estado presente desde siempre, así que en lugar de estar de ociosos viendo qué rolas se parecen, hay que disfrutar la música, que para eso está hecha.

¡Ah!, por cierto, también existe el plagio de voz, como el que hace el insulso Paul Banks al mártir Ian Curtis, o el vocalista de The Editors a Michael Stipe, así que no hay que ser tan quisquillosos, porque siempre va a existir. Puedo concluir con la siguiente idea: "si vas a plagiar una canción, unos acordes o una voz, hazlo, nadie te detiene, sólo trata de mejorar lo que estás copiando".

Lau dixit.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Carrera Bonafont

Continuemos con el resumen de mi vida en el tiempo en el que estuve desaparecida.

II

De cómo me fue en la Carrera Bonafont

Ese día fue domingo. Estuve trabajando hasta las cinco de la mañana y sólo llegué a casa a acostarme diez minutos porque mi hermana ya se estaba alistando para irnos. En el camino se me querían cerrar los ojos pero no me dormí porque corría el riesgo de no querer despertar.

Llegamos muy temprano a la Diana, y después de usar los pavorosos Sani-rent, nos fuimos a nuestro respectivo bloque de salida. La neta nunca pensé que alguien se pudiera quedar dormido de pie, y si bien no lo hice, sí se me cerraban los ojos y como que en cualquier momento me iría de bruces por tanto cansancio. Esa situación no duró mucho, pues a cada rato nos recorrían, y en menos de lo que canta un gallo ya estaba oyendo el Himno Nacional y el disparo de salida.

Como en todas las carreras a las que asiste un chingo de gente, tardé un poco en agarrar un ritmo, pues las mujeres se amontonaban y era difícil empezar a correr. Ya cuando matuve un paso constante, mi única preocupación era no caer muerta sobre el pavimento. Aunque no es la primera carrera a la que asisto sin dormir, me preocupaba mucho más por el circuito de la misma, ya que era muy recto y eso a mí me mata, pues siento que no avanzo y comienzo a desesperarme (como sucedió en la carrera Avon del año pasado y la Nike Womens en el mes de marzo del presente).

Siempre que corro una carrera me pongo a observar lo que sucede a mi alrededor, pues me entretiene ver lo que hace la gente (es decir, "recortarla"). En esta ocasión me di cuenta de todas las cosas que me cagan de las carreras, mismas que enlistaré a continuación:

1. La gente que te empuja. Me choca que su falta de educación sea más fuerte que la solidaridad y el respeto que tendrían que mostrar en una carrera.

2. Las cosas que te gritan los espectadores. A veces gritan frases alegres y motivadoras, otras, parece que echan caca por la boca. Yo no me inclino por ninguna, preferiría que se quedaran callados.

3. Que haya carrera y caminata al mismo tiempo. Cada quien es libre de correr o caminar si así le place, pues pagó una inscripción, sin embargo, las personas que caminan no tienen compasión por los que corremos y lo hacen desperdigados, no se repliegan a uno u otro lado del camino, por lo cual hay que ir esquivando gente y cansarse de gratis.

4. Que la gente no sepa competir. Es bien sabido por todos que muchas personas, con tal de ganar, hacen cosas antideportivas que afectan a otros competidores. Por lo regular, los ganadores de las carreras son extranjeros o personas muy experimentadas, así que no hay necesidad de recurrir a culereces que afecten a las personas pacíficas. Cada quien está en su derecho de esforzarse y querer ganar, pero no hay necesidad de pasar por encima de otros.

5. La desorganización. En todas y cada una de las carreras a las que he asistido, cuando pregunto dónde está el guardarropa o algún otro servicio, no me saben decir. De igual manera, cuando se forman los bloques de salida, uno no tiene la menor idea de dónde chingados le toca y después se hace un relajo porque nadie se ubica donde le corresponde.

6. El paquete de corredor y el paquete de recuperación. Comúnmente, un porcentaje de la inscripción a una carrera se dona a alguna causa (quién sabe si benéfica) y se entiende que los paquetes no traigan muchas cosas, pero no se justifica que den fruta verde que no se puede consumir como en una semana, o yogurt que está a unos días de expirar. Asimismo, las playeras son corrientísimas, ni para enmarcarlas como las playeras de equipos de algun pambolero empedernido.

En resumen, puedo decir que me fue bien, no caí muerta y todavía tuve fuerzas para irme a trabajar y terminar a las 3 de la mañana.

Seguramente muchos lectores de este humilde blog se preguntarán para qué me inscribo a las carreras si me la paso de quejiche, y yo también me lo pregunto, pero después de darle vueltas al asunto concluyo que esas cosas que me molestan no son lo suficientemente fuertes como para detenerme y competir contra mi propia persona.

Lau dixit.

martes, 22 de septiembre de 2009

Antes de continuar con el resumen de mi vida en las últimas semanas...

Quiero hablar de lo sucedido el día viernes en el metro Balderas.

Me parece lamentable que este asunto se tome como pretexto para argumentar que la inseguridad está peor cada día o que ya no se puede andar tranquilo ni en el metro, cuando los motivos por los que este individuo balaceó a los usuarios de este medio de transporte fueron de índole psiquiátrico.

Con lo anterior no pretendo minimizar lo sucedido, y seguramente mi opinión no cambia en nada las cosas, pero sí me gustaría que se dejen de decir y hacer estupideces, que se deje de buscar una justificación para atacar al gobierno cuando debemos reclamarle otras cosas que sí son de su competencia, como el aumento excesivo en los precios de los productos básicos para la supervivencia, o la cantidad exagerada de baches y hoyos en las vialidades, siendo que parte de nuestros impuestos se destina a ese fin, entre otras cosas.

El domingo, un noticiario nocturno dio inicio a una serie de reportajes morbosos y poco profesionales en los que mostraron escenas del velorio y del entierro de las dos personas que lamentablemente fallecieron. Es de muy mal gusto que muestren el dolor de la gente y la molesten con preguntas idiotas. Lo peor de todo esto fue una señora que estuvo presente el día del tiroteo y que asistió a los funerales de un hombre que enfrentó al loco este, y que por desgracia perdió la vida, pues al ser entrevistada dijo que los demás usuarios del metro eran unos cobardes, que ya no hay civismo y que a los mexicanos "nos faltan muchas cosas". Sólo espero que lo que nos falta no sea cerebro, como a esta mujer. ¿Cómo se atreve a decir algo así? En ese caso, cuando me asalten seré una cobarde al no oponer resistencia y forcejear con el asaltante, y también me faltará civismo si alguien me navajea en la calle y no le arrebato el arma antes de terminar de desangrarme.

Todos, o casi todos, los que usamos el metro tenemos una familia y nos espera en casa (sí, mis gatos me esperan), por lo cual necesitamos estar sanos y completos porque hay que chingarle para poder tragar diario y cubrir las necesidades básicas y algún otro contratiempo que pudiera surgir. Por razones como esa creo que más de uno tuvo ganas de hacer algo, pero no se atrevió al tener tantos motivos para regresar a su casa sano y salvo. Me parece injusto que una persona se refiera a todos como lo peor de lo peor sólo porque no intentan arrebatarle la pistola a un loco que siente que tiene que purgar los pecados de la humanidad, y también me parece injusto que pasen ese tipo de comentarios en cadena nacional y a todas horas pues, desafortunadamente, las opiniones equivocadas e irracionales se esparcen como pólvora. No me extrañaría que en unos días muchos expresaran comentarios como el de aquella señora.

Lo que pasó el viernes en Balderas NO es una muestra de la inseguridad que hay en la ciudad. Lo que sucedió es una muestra de lo que ocurre cuando el fanatismo es llevado al extremo y cuando no se atienden los problemas psicológicos a tiempo. El día de ayer me topé con un retén en Patriotismo, en el cual a las mujeres nos revisaron las bolsas y a los hombres se les indicó que descendieran del pesero para revisarlos de arriba abajo. Está muy mal que te traten como a un criminal cuando supuestamente las revisiones tienen el fin de procurar la seguridad de los pasajeros y que quieran prevenir una situación que, según yo, no depende de la delincuencia, sino de un problema social.

Más que gastar recursos en retenes y "distracciones" para que la gente se olvide de problemas graves en diversos sectores (como el económico), se debe destinar un presupuesto para fomentar la educación y una cultura del respeto hacia los demás, con la cual se pueda evitar que las personas se conviertan en sociópatas y cometan actos como el sucedido en el metro Balderas. La salud de la sociedad es algo que concierne a todos los mexicanos y cuando está mal no se alivia haciendo comentarios estúpidos en la tele o viendo cómo la gente sufre ante la pérdida de un ser querido. La salud de nuestra sociedad depende de todos y cada uno de nosotros, y un buen comienzo es no creer toda la mierda que unos cuantos quieren que nos traguemos, más bien se trata de formar un criterio y usarlo apropiadamente.


Sociópata

Lau dixit.

jueves, 17 de septiembre de 2009

"Cumpliaños"

En el post anterior dije que hay muchas cosas qué contar, así que, como dijo Jack "el destripador", vamos por partes.

I
De cómo un pendejo arruinó mi cumpleaños

M cumpleaños fue hace poco más de un mes, y para estar hasta el cuello de trabajo, creo que me fue bastante bien, pues desde que empezó el día recibí muestras de cariño de mis seres más queridos.

Al llegar a la oficina encontré muchos regalitos en mi lugar. Mis cuatísimos de la chamba lo hicieron de la manera más elegante, porque los dejaron con tarjeta y toda la cosa. Me sentí una importantísima persona. Un rato después trajeron quesadillotas a las que se les conoce como machetes, grasosas y muy ricas, y yo me tomé la libertad de comprar un pastel, mismo que voló porque todo el departamento asistió al festejo.

A la hora de la comida fui con mis señores padres y mi hermana a degustar ricos platillos. No sé por qué, pero a veces me pasa que la comida sabe mejor cuando es de a grapa. A punto de explotar, regresé a la chamba y me dio mucha alegría saber que me había perdido el partido de México, y que ganó, pero yo ni vi los goles porque estaba muy ocupada tragando.

Como mencioné anteriormente, esos días estaba hasta el tope de chamba, así que salí medio tarde y lo único que hice fue llegar a mi casa a aplastarme frente a la computadora (cuando todavía servían los internets). Recibí más felicitaciones por messenger y estaba dispuesta a ponerme a trabajar cuando se conectó una persona a la que nunca debí haber conocido (sí, es un rollo telenovelero, pero a fin de cuentas es la neta).

Total que este imbécil casi casi me quema en leña verde porque osé estar en mi casa en mi cumpleaños, y me empezó a echar el choro de que el cumpleaños es para celebrar que uno está vivo, y que no se cumplen años todos los días y que yada yada y la chingada, así que me dijo que por qué no íbamos a Garibaldi, a algún lado donde pudiera oír las mañanitas o ya de perdis a comer una rebanada de pastel a un Sanborn's (WTF?). Como se podrán imaginar, me dejé convencer y ya le expliqué con santo y seña cómo llegar a mi casa.

Cabe mencionar que al tipo ese no lo conocía en persona, sólo por internet, y aprovecho estas líneas para decir que no hagan esas cosas, no hay nada como conocer gente por los medios convencionales, así ya no te llevas sorpresas. Y no es porque me oponga al uso de la tecnología y mne aferre a la edad de piedra o algo parecido, pero he comprobado que así como Juan Gabriel no nació para amar y nadie nació para él, yo no nací para conocer gente por internet y nadie nació para conocerme de manera virtual.

Para no hacerles el cuento largo, resulta que el tipejo este llegó a mi casa y lo primero que hizo al bajarse del coche fue mirarme de arriba abajo con cara de asco. La neta me incomodó su actitud, y por un momento pensé en cerrarle la puerta en las narices, pero recapacité y me dije que era mejor hacerle pasar un mal rato, pues aunque la venganza nunca es buena, porque mata el alma y la envenena (¿sí es así?), pensé que lo más probable era que no volviéramos a vernos, así que no me iba a causar ningún remordimiento.

En el camino fuimos platicando de lo más normal, sin embargo yo ya no confiaba en él por la mirada despectiva que me echó, que la neta sí me sacó de onda porque según yo me veía normal, con la única diferencia de que me puse un vestido ese día; tal vez los vestidos no se me ven bien y por eso hizo la cara que hizo. En fin.

Ya en Garibaldi, pasamos a cenar y para desquitarme pedí la orden de tacos más cara del puesto, la cual ni me terminé. El muy patán la pidió para llevar y se la guardó quién sabe dónde, pues seguramente pensó que además de fea era una aprovechada que se quería llevar la comida que él pagó. Mientras comíamos tocó un trío, y este mono le pidió canciones rarísimas que yo en la vida había oído, y ya cuando se fueron no nos quedó más remedio que platicar. Estaba tan molesta que ni me acuerdo de qué hablamos, sólo recuerdo que mencioné una frase que él conocía, me contó santo y seña de esa frase y concluyó con otra muy trillada: "el hecho de que la hayas dicho no es casualidad". Yo nomás le di el avión.

Al terminar de comer fuimos a donde los mariachis se mezclan con la gente borracha que anda por ahí y contrató a unos charros medio extraños (porque obviamente yo no valía la pena como para que llamara a unos medianamente decentes) que cantaron las canciones que él quiso, menos una. Yo no volteé a ver a los músicos, tenía la mirada ocupada en otras cosas, y entre reclamo y broma me dijo que por qué no volteaba a verlos, a lo que lo respondí que no quería intimidarlos. La verdad es que a uno de los que cantaban le rugía el aliento, por eso lo veía de ladito, pero pos ni modo que le dijera.

De regreso todo estuvo tranquilo, igual platicamos pero yo la neta me iba muriendo de sueño y ya no lo pelé, además de que no se lo merecía. Obviamente el tipo nunca me volvió a llamar y me borró del messenger, y seguramente pensó que estuve llorando una semana o algo así (porque además se sentía galán aunque la verdad es que se vestía horrible y su olor corporal no era muy agradable tampoco), pero pos no, creo que fue lo mejor que pudo hacer, me ahorró el trabajo de borrarlo yo, pues realmente no me estaba perdiendo de nada.

Con lo anterior reafirmo lo que siempre he pensado: no importa qué tan agradable e inteligente seas, a nadie le importa eso, y menos a los hombres, así que, como dijo mi compadre el Roberto Carlos, "yo quiero tener un millón de amigos", porque al menos no serán tan culeros conmigo. Cuando los hombres tienen otras intenciones y los decepcionas, sólo te dan una patada en las nalgas y se van a buscar a la siguiente, en cambio los amigos son más duraderos. Internet sólo funciona si estás guapísima y súper buena, así que lo usaré para otros fines.

Lau dixit.

martes, 15 de septiembre de 2009

No ma-mar

No puedo creer que desde el 21 de julio no posteo nada. El tiempo se me ha ido como agua.

En fin. Estuve en chinga en la chamba, y los internets no funcionan en casa, tengo que hacer un desmadre con los aparatejos esos que te dan, y pos ni modo, no me queda de otra, todo sea por tener de nueva cuenta el canal de las telenovelas, porque no puedo dormir sin mi dosis de "El abuelo y yo".

Como se imaginarán los amables lectores de este blog (si es que queda alguno después de mi abandono), tengo harrrrtas anécdotas qué contar, como por ejemplo, dónde estuve todo este tiempo, qué estaba haciendo, mis citas fallidas, situaciones en las que la he cagado, cómo un pendejo arruinó mi cumpleaños, cómo me fue en la carrera Bonafont, por qué no me digné a postear un mensaje para hacerle saber a todos que sigo viva, etcétera, etcétera, etcétera.

Mientras tanto, lo único que me queda decir es NO MA-MAR, y recurrir a la sabiduría popular para decir que "el tiempo se pasa volando". Desde hace algunas semanas me he estado durmiendo con calambres en los dedos de las manos, y creo que sé a qué se debe, así que dejaré de comer plátanos (sin albur), pues el acalambramiento me dio por abandonar mi querido blog.

¿Que por qué digo "no ma-mar"? Pues porque he estado tan inmersa en el trabajo y otras cosas que dejé de atender algo importantísimo en mi vida: este blog. No voy a prometer que no lo abandonaré, porque ya me di cuenta de que las promesas de un blogger no siempre (si no es que la mayoría de las veces) se pueden cumplir, sólo espero hacerme tiempo para no dejarlo así nomás, porque chilla y se pone mal si no lo pelo.

Tengo muchas cosas qué contar, así que menos verbo y más sustantivo. Pronto tendrán anécdotas fresquecitas pa' leer en una tarde de ocio.

Lau dixit.

martes, 21 de julio de 2009

¡Noooooooooo!

Me cae que cuando uno abandona el blog cosas terribles suceden.

No sé los amables lectores de este humilde espacio, pero yo ya estoy hasta el gorro de encontrarme con el "Termómetro del amor" en cada pinche página que visito. Lo peor del caso es que no puedo determinar qué es más molesto, si el corazoncito cambiando de color y de tamaño, o el desagradable ruidito que hace la cosa esa, porque además no tienen compasión de los pobres humanos que se encuentran con ese banner y por ningún lado se le ve algún botoncito para quitarle el volumen.

Pero bueno, como si eso no fuera suficiente, resulta que el mentado AdSense incluyó ese estúpido anuncio en mi página. Estoy consciente de que mi blog no es una fuente de sabiduría (al menos no de la que se encuentra en los libros y todo el mundo venera), pero no es justo que le den en la madre de esa manera. Si de por sí casi nadie visita mi página, con esa chingadera menos.

¿Será que alguien se apiade de nosotros e invente algún amuleto como esos que tienen una sábila y listoncitos rojos para atraer lectores a nuestro blog y eliminar de éste anuncios indeseables? Espero que sí.

Lau dixit.

viernes, 10 de julio de 2009

Thriller cat

A propósito de Máicol Yacson, no me podía quedar sin postear esta imagen que me pasó mi camarada, mi sangre, mi compadre, mi amigo del alma, mi cuaderno de doble raya, Arthur. A él Maicol no le caía ni bien ni mal, más bien le vale madre, así que es una imagen neutral, por aquello de que se me pueda juzgar como incongruente.

En fin, basta de tanto verbo y vayamos al sustantivo:


En esta página pueden encontrar más lolcats como ese.

¡Sean felices!, ¡besitos y adiosín!

Lau dixit.

jueves, 9 de julio de 2009

Máicol Yacson


¿Qué puedo decir?

No me voy a poner a averiguar si era pedófilo, o si le cagaba la madre ser negro, o si estaba calvo y usaba peluca, o si era drogadicto, o si se le estaba cayendo la nariz como a la Capuzano, o... en fin, no quiero saber nada de eso.

Para mí, Máicol Yacson fue un gran artista que dejó huella en millones de personas. Su música hizo feliz a muchos, algunos de sus actos ayudaron a personas que de verdad lo necesitaban, sus videos y bailes innovadores sorprendieron a varios e hizo miles de cosas que si bien no cambiaron la vida de la gente, al menos la hicieron sonreír. Para mí, algo o alguien que puede arrancar una sonrisa a otra persona no puede ser tan malo.

Los demás están en su derecho de pensar bien o mal de Yacson, pueden condenarlo e incluso juzgarlo, pero yo también estoy en mi derecho de querer quedarme con lo bueno que hizo, con los recuerdos agradables de mi niñez y con sus bailes dificilísimos que algún día me tienen que salir a la perfección. Prefiero recordarlo por sus éxitos y no por su desgracia ni por lo malo que haya hecho, pues mi justicia no rige el mundo y de alguna manera pagó y pagará por sus errores.

Por otra parte, algo que sí me cagó la madre fue el hecho de que hicieran un circo de su funeral y que todos sus "amigos" fueran a poner cara de idiotas y a decir que era maravilloso y yada yada y la chingada, porque obviamente eso no lo habrían hecho en ninguno de sus juicios, ¿o sí? Para muchos, mejor dicho, para los hipócritas, no hay mejor oportunidad para decirle a una persona que es lo máximo que cuando ya está muerta.

Esto poco a poco se va a olvidar, Máicol pasará a la historia y todos lo recordarán como lo máximo de lo maximo, como el chief de chiefs, como lo mejor de lo mejor, y mientras eso sucede, le dedicaré esta canción de Depeche Mode, que anda sonando ahorita y que tiene una letra llegadora:



Peace will come to me
Peace will come to me

I'm leaving bitterness behind
This time I'm cleaning up my mind
There is no space for the regrets
I will remember to forget

¿Que por qué le dedico una canción de Depeche a Máicol Yacson?

Porque puedo. (Muajajajajaja.)

Descansa en paz, Máicol. Gracias por hacerme sonreír.

Lau dixit.

lunes, 6 de julio de 2009

Vivir para cagarla (episodio 9)

Esta humilde sección siempre ha pretendido dejar una enseñanza en los amables lectores de este blog. El día de hoy veremos otra experiencia que nos indica que hay que aprender a cerrar el hocico.

Supongo que no soy la única persona que, debido a la naturaleza de su trabajo, se ve en la necesidad de establecer sus relaciones amistosas por messenger. Y no es que esté mal, pero en el trabajo, al menos en el mío, no se puede hablar de cualquier cosa porque existen unas personitas que se encargan de revisar las conversaciones de los empleados para verificar que no se filtre información.



¿Cuál es la primera enseñanza?
Cerrar el hocico, porque como con las Palantiri de El Señor de los Anillos (¡qué referencia tan nerd!), no sabes quién puede estar viendo lo que escribes.

Tengo un amigo que es a todo dar (bueno, no siempre, sólo cuando no habla de dinero y pendejadas que derivan de los temas de dinero), y un día me hizo una serie de preguntas que contesté una por una. Una vez que terminó el cuestionario, me dijo que si no me molestaba que fuera tan curioso, a lo que le contesté que no, que era mejor que me preguntara porque así me evitaba la pena de tener que empezar a hablar de mí por iniciativa propia. Hasta ahí todo iba bien.

Obviamente mi amigo me tomó la palabra con eso de que no me molesta que me pregunten cosas, y empezó a formular preguntas acerca de mi vida y hábitos sexuales. La verdad no tengo ningún problema con mi sexualidad, pero creo que el messenger no es el lugar más apropiado para hablar de esos temas, y menos si alguien revisa todo, absolutamente TODO lo que ahí escribes. Pero pues ni pedo, ahí estuvo Lau de pendeja contestando.

De lo anterior puedo sacar dos conclusiones:

1. Las personas que revisan las conversaciones seguramente piensan que soy una caliente incontrolable que ni en el trabajo puede dejar de pensar en sexo.

2. Mi amigo se la estaba jalando mientras yo le hablaba de mis gustos y preferencias.

Sé que no debí contestar esas preguntas, pero la neta quería que me dejara de estar chingando para seguir con mi chamba. Y así sucedió, dejó de interrumpirme.

¿Cuál es la segunda enseñanza?
No confiar en alguien que te pregunta acerca de lo que te gusta en el plano sexual, porque:

1. Se imagina que hace contigo todo lo que le platicas.

2. Se la jala con una mano y con la otra te escribe.

3. En cualquier momento se sentirá con derecho de proponerte un acostón, porque piensa que cualquiera que hable de su sexualidad sólo busca un acostón.

(Puede suceder lo que se describe en uno o todos los puntos anteriores.)

A la próxima tendré presente que NUNCA le debo decir a alguien, y mucho menos a un ejemplar del sexo masculino, que no me molestan las preguntas, porque corro el riesgo de que salga con una pendejada como esta, y peor aún, terminar respondiendo cosas que sé que no debo responder.

¡Ups! Creo que se ha derivado otra enseñanza...

¿Cuál es la tercera enseñanza?
Decirle PRIMERO QUE NADA a cualquier persona que se quiera poner a hablar contigo de temas escabrosos que TE REVISAN LAS CONVERSACIONES EN EL MESSENGER.

¡Chale! ¿Por qué siempre se me olvida decírselo a la gente? ¡Cuántas preguntas pendejas y situaciones obscenas me habría evitado!

Lau dixit.