domingo, 23 de diciembre de 2012

I'm Outta Time


Cos if I have to go
In my heart you'll grow

And that's where you belong...


Liam Gallagher


Nunca he sido fanática de los festejos navideños; de hecho, me autonombro grinch. Y no es que en realidad lo sea, simplemente estas fechas casi siempre han coincidido con eventos tristes que prefiero no recordar, de ahí esa especie de rechazo que experimento.

A pesar de lo anterior, año con año preparo algún detalle para las personas que me rodean, siento que es una manera de retribuir todo lo que recibí durante doce meses. A veces me preguntan si me dieron algo a cambio. Lo que se hace de corazón no necesita recompensa. No me interesa recibir nada, aunque, claro, si alguien me da un obsequio, lo agradezco enormemente. 

Hace una semana vi El Hobbit y escuché una frase que iba más o menos así: "No sólo un gran poder puede detener el mal. También pueden hacerlo las pequeñas cosas , los pequeños actos de amabilidad y amor." Yo no puedo determinar si una persona merece un obsequio o no, ni puedo influir en su actitud. Si le doy un regalo y se conmueve es algo bueno; si no lo hace, también es positivo, pues existe una oportunidad de elegir mi actitud ante el hecho. No tengo por qué decir si alguien es de tal o cual manera, cada quien debe juzgarse a sí mismo. Como dijeron en una de mis películas preferidas: "tú eres lo que amas, no lo que te ama a ti". Yo elegí ser amable incluso con quienes no lo son conmigo. No me cuesta nada, y al contrario, me deja mucho.




I'm Outta Time - Oasis


¿Por qué I'm Outta Time? No es que sienta que estoy fuera de lugar o que se me ha acabado el tiempo, más bien es que vivo a mi ritmo. A mi alrededor las personas se enojan, pelean, se distancian, se llenan de rencor. Yo no quiero eso, por lo tanto, elijo lo que considero que puede dejarme algo bueno. No soy afecta a la Navidad, pero sí aprecio el hecho de sentarme a la mesa con mi familia, el hecho de permanecer juntos no sólo en los eventos afortunados, sino también en las calamidades, e intento trasladarlo al resto del año. Sin importar las creencias religiosas o la ausencia de ellas, pienso que un nacimiento tiene gran significado, porque representa una renovación, un cambio que necesariamente debe encaminarse al bienestar, a la conciencia, al sentido de humanidad. 

Todo termina para que algo nuevo comience, y qué mejor que suceda mientras se festeja a la vida. Para mí Jesús no fue un mesías, ni alguien que multiplicó los alimentos o curó a los enfermos; al menos no de la manera en que nos lo han inculcado. Para mí, Cristo es un ejemplo de los pequeños actos que transforman todo, de la simpleza que reside en todas las cosas y que suscita grandes cambios, y por ello es que celebro su nacimiento, porque me recuerda que somos humanos, y que siempre tendremos esa capacidad de entregar lo mejor de nosotros, de encontrar la medida del amor, que es simplemente amar sin medida.

Feliz Navidad a todos. Se les quiere bien.

Lau dixit.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Tempus fugit



Un conocido de Twitter hizo su propia versión del cuento de García Márquez, "La luz es como el agua", pero cambió la luz por el tiempo. A pesar del cómico resultado de su experimento, la narración es muy lógica, muy cierta. Tempus fugit. El tiempo se va, igual que el agua. No te puedes bañar dos veces en el mismo río, decía Heráclito. Del mismo modo, no puedes regresar a ciertos momentos o etapas de tu vida, porque el tiempo, como el agua, corre y se va.

El tiempo nunca alcanza. Siempre queremos alargar instantes, existencias... Nunca se dispone de él con suficiencia. Añoramos. Imaginamos. Recordamos. Nos hacemos preguntas. En ocasiones, quisiéramos que volviera. No se puede. Por más relatos e inventos que logre el ser humano, no podemos volver atrás. No hay un fantasma de las vivencias pasadas que te muestre lo que fue para que enmiendes lo que es.

De un año a la fecha, mi vida ha tenido altibajos en todos los aspectos. He perdido algunas cosas y he ganado otras. En dos ocasiones, los médicos me han mandado a hacer análisis. No puedo decir que no me ha dado miedo, porque mentiría. Tampoco puedo decir que siempre me siento bien porque, por tratar de hacerme la valiente, lo único que conseguiría es ser soberbia. Sin embargo, el hecho de que mi salud no sea óptima, me hace consciente de algo importantísimo: no soy eterna. El tiempo, el pinche tiempo, compite contra nosotros constantemente.

No pretendo vivir a lo loco y tratar de hacer miles de cosas antes de morir. No me interesa. Quiero consumir mi vida en aportar algo valioso al mundo, en hacer felices a las personas que amo, en dar, dar y dar hasta que duela. Quiero consumir mi vida en las mejores cosas de este mundo. En ser una mejor persona. En fluir como el agua, como el tiempo. Avanzar. Dejar una huella. Provocar un cambio, sin importar si es mínimo, en la existencia de la gente que me encuentre en el camino. Quiero ser yo. Quiero ser feliz en la simpleza. Quiero alcanzar la eternidad a través de las cosas más sencillas, que a su vez son las más duraderas. Quiero transitar este mundo, respirarlo, saborearlo, llenarme de él... llenarlo de mí...


Time - Alan Parsons Project

Lau dixit.


domingo, 30 de septiembre de 2012

If



Alguien tuiteó el link con el video de la canción de Pink Floyd que le da título a este post. No es que no me gustara, pero por mucho tiempo no presté atención a lo bonita que es y lo bonito de todo lo que dice. "Si fuera un tren, llegaría tarde. Si fuera un cisne, me habría ido."

Últimamente he pensado en cómo ha sido mi vida de un tiempo a la fecha. Me di cuenta de que estaba dormida y desperté. De lo vacías que están algunas personas. De lo llenas que están otras. Hice elecciones que me llevaron a la conclusión de que me siento más libre. Puedo elegir lo que voy a comer. La película que veré. La música que escucharé. Lo que haré los fines de semana. Y, aunque pudiera parecer soberbia, no me causa conflicto hacerlo sola. Pasé mucho tiempo de mi vida complaciendo a otros. Rigiendo mi vida con base en lo que pensaban otros. Y sin embargo, pareciera que no puedo deshacerme del todo de la otredad. Que siempre habrá algo que, en mayor o menor medida, pondrá un yugo a mi libertad.

No quiero permanecer impasible. No quiero cuidarme las espaldas. No quiero seguir fingiendo que no sucede nada. Que no haré nada. Hace algún tiempo dije que merezco lo mejor. Lo sostengo. No seguiré permitiendo que otros me hagan creer que no valgo la pena. Que mi opinión no cuenta. No me vengaré de nadie, porque mi tiempo es muy valioso como para perderlo en esas cosas. Es el propio universo el que da las lecciones, nosotros observamos y decidimos aprender de ellas o ignorarlas.

No voy a eliminar la cláusula condicional "si" de mi vida, sólo le daré la vuelta para que adquiera otras funciones. No serán "síes" de añoranza, todo lo contrario, serán "síes" de oportunidad, de libertad. Ya no seré un tren que llega tarde. Tampoco seré el cisne que se ha ido. "And if I go insane, will you still let me join in the game?" Claro que sí. Seré aceptada porque es mi juego. Porque yo soy el juego. Porque soy mis propias reglas. Porque mi locura es lo que me aporta lucidez. Sin otredad. Sin resultados favorables para quienes son ajenos. Sin miedo. Sin ninguna atadura a mi libertad...


If - Pink Floyd

Lau dixit.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Damn you technology!


Nunca he sido muy afecta a la tecnología. De niña jamás tuve un Atari, ni un Fabuloso Fred, ni alguno de esos símbolos de estatus infantil de los años ochenta. Mucho menos una computadora. De adolescente sólo tuve un walkman. De adulta, tuve mi primer teléfono celular hasta que A. me lo regaló, más o menos a los 21 años. Y tardé en aprender a usarlo.

No estoy en contra de la tecnología, al contrario, la celebro. Es de agradecer que la información sea tan inmediata, tan accesible; jamás imaginé que con unos cuantos teclazos podría acceder a prácticamente todo el conocimiento del mundo, pero tampoco imaginé que se perderían tantas cosas al extenderse el uso de esa herramienta tan valiosa llamada internet.

Al igual que muchas actividades, la interacción social también se ha limitado al ámbito electrónico. Si antes nos poníamos de acuerdo con las personas para salir y convivir en un sitio fuera del hogar, ahora chateamos con ellas mediante algún programa de mensajería instantánea, o le hacemos saber que nos agradan sus fotos o sus pensamientos mediante los famosos likes de Facebook. O compartimos con nuestros seguidores algo que escribió en Twitter. Y cuando se da un encuentro en vivo, como ir por una cerveza o un café, en ocasiones todo se limita a beber sorbos, mirar los smartphones, intercambiar unas palabras, seguir mirando los smartphones, beber más sorbos, articular alguna frase, mirar de nueva cuenta los smartphones y retirarse del lugar.

Al igual que las amistades, las relaciones amorosas se empapan de la tecnología. En la actualidad, una pareja de novios se sigue en Facebook, Twitter, Tumblr, Messenger, Gtalk, WhatsApp, Windows Live Spaces (o como quiera que se llame ahora), Instagram, WordPress, Flickr y una larga lista de etcéteras. Interactúan en todas esas redes. Interactúan en la vida real. La novia le reclama al novio porque una chica le dio like a sus estados. El novio le reclama a la novia porque un alguien del sexo masculino comentó que se veía guapa en una foto. La desconfianza hace su aparición. Pelean. Se reconcilian. Otra vez alguien le da like a un estado o escribe un comentario incómodo en alguna foto. Pelean (esta vez con más insultos). Se reconcilian (como que no queriendo la cosa). Empiezan a ampliar su círculo de "amigos" en las redes sociales. De pronto, aparecen con otras personas en las fotos. Pelean (pero porque es una regla cardinal de las parejas, no porque les interese). Terminan. Se bloquean/eliminan/matan en todos las redes en las que interactuaban en un inicio. Y así es como llega el ocaso de otra historia de amor.

Me parece tristísimo que alguien no se acuerde de que existo si no publico nada en Facebook, o que ni siquiera le importe si cumplí años, con todo y que tenemos contacto en esa red. Y es aun más triste que sea un tradición pasar horas viendo el celular en reuniones cuyo propósito, nos guste o no, es convivir con las personas (yo soy una antisocial y puedo hacerlo, pero ustedes no deben, amiguitos). No voy a negar que he encontrado gente maravillosa en Twitter (Facebook no, me parece una porquería y ayuda a destruir más relaciones de las que fomenta), sin embargo, me gustaría que eso sucediera más seguido en la vida cotidiana, el mundo real, que le llaman.

Hace un año, tuve una relación con alguien que conocí en Twitter. Esta persona tuiteaba todo el tiempo que amaba a tal o cual persona, y después me explicaba que sólo era un juego, para que yo no me enojara ni le hiciera un escándalo. Sin embargo, tenía una amiga a la que le expresaba su "cariño" de manera distinta, no con el tono burlón de siempre. La gota que derramó el vaso fue un tuit en el que el susodicho la felicitaba por su cumpleaños y le agradecía por haberle enseñado lo que es el verdadero amor. Me sentí como una tonta y le reclamé por WhatsApp, pero no contestó, lo cual me hizo sentir aun más tonta. Lo odié por una semana. Lo odié hasta que me di cuenta de que no valía la pena, pues todo terminó como empezó. Él nunca mostró sinceridad o un interés genuino por mi persona, así que lo mejor que pudo pasarme fue que saliera de mi vida tan rápido como llegó a ella. Pero el meollo del asunto es que no merecemos enterarnos de cosas así en internet, porque sólo nos facilita ser cobardes y nos evita dar la cara en prácticamente cualquier situación.

Es inevitable formar parte de las redes sociales. El mundo avanza, y nosotros tenemos que hacerlo a la par. Lo que no debemos hacer es suplir el contacto humano con la interacción electrónica. A pesar de lo malo que es el transporte público de la Ciudad de México, considero bello (incluso podría decir que poético, aunque me linchen) estar con otras personas, compartir el asiento con alguien que respira y piensa y siente igual que uno. Yo no quiero ser sólo una cifra. No quiero que me cuenten como una entre 900 millones de usuarios de Facebook. Tampoco quiero ser una entre 500 millones de personas que utilizan Twitter. Quiero ser yo, Lau (o Miauris), un ser humano que gusta de la música, el cine y los gatitos, y que le da salchichas a los perritos que buscan comida afuera del supermercado. No voy a negar que esta era electrónica es divertida, pero mi vida no gira alrededor de internet. A veces me basta caminar por alguna calle, mirar al horizonte y llenarme del paisaje. A veces, me basta con jugar con mis gatos, charlar con mi hermana o reír con las ocurrencias de mis amigos. A veces, me basta con escuchar una canción, cerrar los ojos y ya no encontrar el camino de regreso...

Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
  teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

Sor Juana Inés de la Cruz

La tecnología es parte de la vida, del desarrollo. Es válido consumirla, siempre y cuando ésta no nos consuma a nosotros...


Technologic - Daft Punk

Lau dixit.

P.S. ¡Mierda!, no borré a mi ex en Windows Live.

lunes, 13 de agosto de 2012

Fin de ciclo

Hoy fue mi cumpleaños. Justo hoy, que terminaron los Juegos Olímpicos. Por mucho tiempo he renegado de esta fiesta deportiva, para ser exactos, desde que Bernardo Segura fue descalificado de la manera más humillante en la caminata de 20 km de Sidney 2000, ya cuando había ganado la medalla de oro; pero, a pesar de esa indignación perpetua, la clausura de la edición de este año, cobró otro significado para mí.

Mucha de la música que me gusta proviene del Reino Unido. Al ver en la ceremonia de clausura a varios artistas que han estado presentes en diferentes momentos de mi vida, sentí alegría en mi interior, y pensé que no había nada mejor para simbolizar el cambio que implica el aumento de edad que experimento hoy. Un ciclo se cerró y comienza otro. De igual forma, una fiesta terminó, pero comenzará otra en cuatro años. No soy la misma persona del 2011, y creo que tampoco seré la misma en 2013. Afortunadamente, todo cambia. Todo se transforma. Y lo mejor es moverse, dejarse llevar por esas transformaciones. Abrazar lo nuevo y dejar ir lo antiguo. Como leí en un blog alguna vez, realizar las mudanzas que necesita el alma.

Van varias noches que escucho aullar a unos perros cerca de mi casa. Existe una creencia, no sé si arraigada, de que los canes lo hacen cuando un espíritu anda cerca. He pensado que esto sucede porque los fantasmas de mi pasado se están retirando, porque estoy dejando ir recuerdos, sentimientos y personas, y no porque ya no me importen, sino porque me di cuenta que tengo que dejarlos libres para avanzar. No puedo decir que mi vida será mejor o peor, pero sin duda será diferente. A pesar de todo, despedí con júbilo al año que se fue, y recibí aun con más alegría al año que llegó. La clausura, y sobre todo la música de los Juegos Olímpicos, ayudó mucho. Creo que es una buena señal.

Este año no quiero tener más dinero, ni estar flaca, ni que se me quiten las arrugas, ni tener poder, ni nada similar; este año quiero dar más, ayudar más, comprender más, conocer más, saber más, reír más y, en general, aportarle más al mundo. Este año quiero ser yo, pero desde una perspectiva diferente, fresca. Este año seré yo, y con voluntad y trabajo interior, seré una mejor yo. Lo intuyo. Lo sé, porque ha salido el Sol.


Here Comes The Sun - The Beatles

Lau dixit.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Come talk to me


Las hermanas de mi abuela decían que los niños no debían hablar ni opinar, así que mi infancia fue callada. Conforme crecí, mi bisabuela me decía que era muy seria y se hacía evidente su preocupación cada vez que preguntaba "¿Y tienes amiguitos en la escuela?". Sí los tuve, pero al igual que con el resto del mundo, yo no decía una sola palabra.

Ahora que soy adulta, hablo más. Hablo de música, de películas, de gatitos, de cosas genéricas, sin embargo no hablo de mí. Escribir me resulta más sencillo porque no tengo que articular ningún sonido y nadie me mira cuando lo hago. Y no es que sea incapaz de dar la cara, simplemente así me moldearon. No lo lamento del todo. Guardar silencio me ha enseñado a observar. A abrir los ojos y darme cuenta de que no estoy sola en este planeta. Que no soy la tristeza del mundo. Que no soy sólo yo.


Come Talk To Me - Peter Gabriel

A pesar de que no hablo, me gusta que las personas que me rodean lo hagan. Me agrada escuchar, recrear en mi mente todo lo que me platican. Siempre he pensado que todos tenemos ciertas habilidades por una razón. La mía es escuchar y, por qué no, observar. Yo lo disfruto mucho, aunque en ocasiones también me duele, porque me gustaría hacer más. Y también me gustaría hablar más de vez en cuando.

La canción que incluyo en este post fue escrita a raíz de una situación que Peter Gabriel vivió con su hija. Quizá lo que sucede conmigo en nada se asemeja a lo que narra la letra, pero también se trata de falta de comunicación. No transmito a nadie lo que pienso ni lo que siento. Y no sé si está bien o está mal, puesto que con el tiempo me he vuelto más sensible a otros aspectos, sin embargo, así tuvo que ser. Estoy ahí para escuchar a otros, para sentir empatía, para ofrecer apoyo. Amo hacerlo porque me gustan las palabras ajenas. Y también me gusta la gente, aunque a veces no pueda comprenderla del todo.

No pienso en el futuro, por ahora me ocupo del presente y, mientras tanto, construyo ideas, oraciones, párrafos y textos enteros en mi mente, y ahí permanecerán hasta que sea preciso que se conviertan en sonido. Sé que algún día, una persona pronunciará las palabras mágicas y cobrarán vida. Sé que algún día, alguien me dirá simplemente: "Come on, come talk to me...". Y hablaré. Lo sé.

Lau dixit.


miércoles, 11 de julio de 2012

Pausa para llorar


Ayer estaba bien. Hoy no.

Tuve una revelación poco agradable, y pues nada, aquí me encuentro, guardada en mi cubículo de oficina, con la pantalla de la computadora como único testigo de mi llanto, repitiendo esa canción una y otra vez.

Ya no quiero pensar. Ya no quiero sentir. Ya no quiero nada.

Desafortunadamente, mis deseos no se cumplirán. I'll always be queen of pain.


King of Pain - The Police

It's my destiny to be the queen of pain...

Lau dixit.

miércoles, 20 de junio de 2012

Vivir para cagarla (episodio 16)



Hace unas semanas fui a cenar con unos amigos y, como ninguno de los tres tiene auto, regresamos a casa en metro. Yo bajé unas estaciones antes que ellos, por lo que el camino a casa lo emprendí sola. En el pasillo de la estación, rumbo a las escaleras, advertí que alguien me hablaba: un hombre de color, de unos 35 años, de estatura y músculos impresionantes. Me recordó un poco al genio de Maestro Limpio, pero sin arracadas ni playera blanca.


Este personaje me preguntó qué salida debía tomar para llegar a su hotel, el cual queda a cuadra y media de la estación; le expliqué y seguí caminando, pero el susodicho tenía que salir del mismo lado, así que nos fuimos charlando. A grandes rasgos, me preguntó mi nombre, si soy mexicana y si me podía quedar a platicar con él, ya que vino de Francia y se sentía triste y solo. Comencé a sentirme nerviosa y no sabía qué hacer para convencerlo de que yo no era el tipo de compañía que él buscaba, pero me acompañó hasta el microbús porque insistía en que fuéramos a tomar una copa.


 Je t'aime... moi non plus - Jane Birkin y Serge Gainsbourg

La conversación final fue la siguiente:

—¿Éste es tu autobús?
—Sí, tengo que irme.
—¿En verdad tienes que irte?
—Sí, ya es tarde.
—Bueno, ¿pero te puedo ver mañana?
—Ehhh... no lo sé.
—Vamos a tomar una copa. Ando muy solo.
—Mmmm... lo pensaré...


[Me da el típico beso doble francés y huele mi perfume.]


—Me gusta cómo hueles.
—Jeje... gracias.
—Me gusta tu cuerpo...


[Me abraza y me da otro beso en la mejilla. Susurra en mi oído.]


—Quiero verte mañana y que pases la noche conmigo.
— ¡No, no, no, no!
—¡Nos vemos!


Sentí pavor y extrañeza por lo sucedido. Durante el trayecto a casa me quedé pensando si todo aquello fue real, o sólo fue una alucinación producida por la tortilla española que cené. Fue raro, muy raro...


Creo que de ahora en adelante llevaré chaperón a todas partes.


Lau dixit.


P.S. Pinche francés, nunca me llamó. Qué mal. :(

jueves, 31 de mayo de 2012

Toughness


Siempre he dicho que no espero nada de la gente, y así es. No me gusta hacerlo porque cuando las cosas no suceden de acuerdo a nuestras expectativas, nos frustramos. No esperar nada de nadie me permite querer a las personas como son, comprenderlas y, en cierta medida, ponerme en sus zapatos. En este momento me encuentro en un dilema, porque si bien tengo mis reglas acerca de la expectación, me es difícil cumplirla cabalmente cuando se trata de mis amigos.

Hay una persona a la que estimo mucho y de la que nunca he querido esperar nada, pero me resulta sumamente complicado. Cuando lo veo triste o molesto, le pregunto qué tiene y trato de ayudarlo en lo que me es posible. Cuando está alegre, yo me siento alegre. Siempre he estado con él para lo que ha necesitado. Pero siento que no es recíproco.

No puedo esperar que haga mi voluntad, porque las relaciones humanas no deben ser así. Sin embargo, me duele que cuando estoy triste, cuando me siento mal, ni siquiera lo note. A veces pasan días sin que me hable más allá del saludo o me pregunte cómo estoy. En ocasiones veo cómo se enorgullece de sus otros amigos, convive con ellos y hace cosas por ellos que no haría por mí. Sé que soy una persona sumamente difícil, pero conforme vamos conociendo a la gente, descubrimos cómo convivir con ella. Y no siento que mi amigo lo haya hecho. No se interesa por las cosas que le platico acerca de mí. No veo ningún interés de su parte, porque sabe que yo siempre estoy ahí, solícita, y que no le pido nada a cambio. Y no me molesta hacerlo. Pero me duele. Es duro sentirse ignorado por alguien a quien se quiere.


OverkillMen at Work

Como dice la melodía del video, quizá es sólo mi imaginación. Quizá exagero y no sucede nada de lo que referí párrafos arriba. Como dije, soy desapegada a la gente y a las cosas para poder apreciarlas sinceramente. Y siempre estoy dispuesta a ayudar a los demás, a dar hasta que no pueda más, a tenderme hasta romperme. Pero hasta el ser humano más fuerte, más ecuánime, necesita sentirse querido de vez en cuando. Sobre todo por aquellos a quienes aprecia más que al resto de las personas.

Confieso, no sin pena, que he dejado de hablarle a mi amigo. Él está pasando por un momento complicado, y si bien debería estar ahí para apoyarlo, también es cierto que cuando alguien sufre por su manera de ser, lo mejor es dejarlo, pues tiene que descubrirlo por sí mismo para poder resolverlo. Actúa como si no le importara, y me lastima, al igual que me hieren sus otras actitudes. No sé si esto tenga solución, porque no quiero “cantarle” lo abandonada que siempre me he sentido. Pero tampoco quiero perder un amigo. Quizá deba pasar un poco de tiempo antes de arreglar las cosas, si es que tienen arreglo. Quizá todo deba quedarse como está, pero lo ignoro. Sólo sé que estoy dolida y que tengo que salir adelante, alzar la cara y olvidar que me duele, porque he pasado por cosas peores. Como decía una vieja frase, hay que llevar una gran cantidad de resignación en nuestro camino por la vida.

No tengo nada que perdonar porque no soy la más indicada para darle el perdón a nadie. A veces las personas desconocen la razón de sus actos, y lo entiendo. Pero como mencioné, los que aparentamos ser duros, necesitamos un poco de comprensión y de afecto en ocasiones, aunque por orgullo no pedimos nada. Ignoro lo que vaya a suceder en adelante, pero le deseo lo mejor a mi amigo. Espero que encuentre en alguien más todo lo que no supe ser, todo lo que no supe dar…

Todo es pasajero. Sé que en algún momento, este dolor también pasará.

Lau dixit.

viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué será, será?


The future's not ours to see, qué será, será...

Livingston / Evans


Todos los años, sin falta, hay un periodo al que nombro "La Gran Depresión", que comienza el 30 de abril y termina por ahí del 16 o 17 de mayo. Quiero pensar que el de 2012 finalizó hoy. En esta época gloriosa tiendo a recordar mi infancia, a pensar en todo lo que dejé de ser y lo que ahora soy. Como su nombre lo indica, me deprimo grandemente, profundamente.

La niñez fue un episodio difícil de mi vida que no puedo borrar, pero tampoco quiero pensar en él. Dejar de hacerlo me tranquiliza en cierto modo. Me aporta un poco de paz mental. No rechazo mi pasado, sólo no me gusta recordarlo... al menos no del todo.

De niña, en algún momento me pregunté cómo sería llegar a esta edad, a qué me dedicaría, si estaría casada y con hijos, si tendría una vida rutinaria... en fin, pensé en miles de posibilidades y ninguna resultó en lo que vivo ahora. Cuando mi mente infantil divagaba en tales escenarios, no tomaba en cuenta todos esos problemas que trae consigo el ser adulto, todas esas complicaciones que le añaden emoción a la vida, sin importar si son buenas o malas experiencias. Nunca imaginé lo dolorosa que es una decepción ni cómo se siente que te rompan el corazón; tampoco imaginé que iba a perder a algunos seres queridos, pues no me enseñaron a lidiar con la muerte o las pérdidas, todo lo aprendí por mí misma y de manera vivencial; mucho menos imaginaba cómo es amar o darlo todo por alguien, lo fui descubriendo sobre la marcha.

Los lectores de este blog quizá se preguntarán por qué dedico una quincena completa a deprimirme, si se puede hacer por días separados. Sinceramente, ni yo misma lo sé. Supongo que se debe al cúmulo de recuerdos que comienzan a poblar mi memoria. Son tantos que me es imposible convivir con ellos sin sentir tristeza o derramar alguna lágrima, y se hace necesario dedicar un periodo determinado de tiempo para convivir con mi depresión. La tristeza ha definido a toda mi generación, la ha dotado de un encanto único, un encanto melancólico, y yo no puedo ser la excepción.

La canción que le da título a este post aparece en la película The Man Who Knew Too Much, de Hitchcock. No creo que tenga mucha relación con la trama del filme, pero es una canción linda. Habla de todo eso que uno se pregunta y para lo cual no hay respuesta. Justo como yo lo hacía cuando era niña.


Que Sera, Sera - Doris Day 

Esta melodía también aparece en un capítulo entrañable de Los Simpson, en el que un asteroide se acerca a Springfield y todos temen por su vida. Flanders tiene un refugio y, de pronto, todo el pueblo está resguardándose en él, sin embargo, a causa de la persuasión de Homero, las personas deciden que debe salir, a pesar de ser el dueño del búnker. Ned se retira a una colina y canta la canción, la cual queda como anillo al dedo para la situación: nadie sabe lo que sucederá...


El cometa de Bart - Los Simpson

No tiene caso preguntarse por el "y si...". Nuestra única ocupación debe ser el "ahora". El "y si..." lo jode todo, nos llena la cabeza de patrañas. El pasado ya existió y no se puede modificar. La función principal del "y si..." es atormentarnos, ocupar nuestro pensamiento en cosas baladíes. El "ahora" es una oportunidad para hacer lo que queremos y como lo queremos. Hay opciones. La elección es una de las facultades más valiosas del ser humano, sin embargo, en ocasiones la intercambiamos por el lamentable "y si...". Sin duda es una fea costumbre.

A veces me preguntan si me gustaría volver a ser niña. En el momento no respondo nada, pero en el fondo sé que no quisiera hacerlo. Mi infancia no volverá y ya no puedo cambiarla. Cuando recuerdo algún suceso, viene a mi mente esa monumental frase de Las batallas en el desierto: "Y a nadie le importa: de ese horror quién puede tener nostalgia." Ya lo viví. Ya lo dejé atrás. Con suerte, algún día podré decir que ya lo olvidé.

¿Qué será que nos depara el destino? No lo sé. Por ahora vivo el momento. No quiero regresar páginas ni recurrir al "y si...". Bien dice la canción que el futuro no es nuestro. Pero el presente sí lo es. Podemos moldearlo, ajustarlo, configurarlo según nuestros ideales. El presente es tangible, el futuro no. El pasado es lejano y debemos dejarlo donde pertenece. El presente es lo único que tenemos. Vivámoslo bien, vivámoslo en paz, justo como lo merecemos...

Lau dixit.

sábado, 28 de abril de 2012

La canción más triste del mundo


Siempre que escucho A Day In The Life me siento triste. Me dan ganas de llorar. No sé por qué, si no habla de desamor o de algo similar a lo que yo haya vivido. Sin embargo, me parece dolorosísima. Infinitamente triste.

Hoy me acordé de la canción y no sentí en mi pecho esa tristeza que he experimentado en otras ocasiones. No sé si ya te estoy olvidando o sólo es que ya me convencí de que nunca me vas a querer y nunca te voy a importar. O quizá ya acepté el hecho de que lo que siento por ti no tiene ningún caso. Podría ser que, después de tanto dolor, de tanto tiempo de sentirme miserable, acepté el hecho de que pierdo mi tiempo. De que no vale la pena gastarme la existencia en ti. De que debo seguir con mi vida.


A Day In The Life - The Beatles

Como le comentaba a alguien muy querido el otro día, a veces es necesaria una pequeña dosis de masoquismo. Uno no puede estar todo el tiempo triste, aunque tampoco puede estar todo el tiempo alegre. En el universo existe un equilibrio, y justo cuando éste se quebranta es cuando se dan las malas rachas. Las crisis emocionales. Las crisis existenciales. Se necesita conocer la tristeza para poder reconocer la alegría. Ambos sentimientos son fundamentales y, conforme pasa el tiempo, vamos aprendiendo a lidiar con ellos.

Reconozco que en miles de ocasiones he perdido el equilibrio. He caído en crisis fuertes. Pero me he recuperado. No puedo decir que en este preciso instante me encuentro completamente bien,  sin embargo, me siento mejor. Ya no me acongoja tu indiferencia, no tanto porque no me importe, sino porque ya no pienso en ella. Tal vez nunca puedes dejar de querer a alguien, tal vez sí; lo ignoro. Tal vez yo no he dejado de quererte. Pero he aprendido a lidiar con lo que haces y con quien eres. Estoy consciente de lo que puedo recibir de ti, pero ese no es mi problema, nunca lo ha sido. Como escuché en una película: "you are what you love, not what loves you". Yo sólo te deseo lo mejor, aunque también me deseo lo mejor. Ya no me importa si me quieres o no, pues no afecta en nada lo que cada uno es. Somos lo que somos. Yo decidí ser valiente. Superarte. Dejar de sentir dolor. Dejar de sentirme la tristeza del mundo.

Esta canción siempre será triste, pero tengo el presentimiento de que pasará mucho tiempo antes de que vuelva a llorar con ella...

Lau dixit.

lunes, 23 de abril de 2012

I'm So Lonesome I Could Cry



A diferencia del título de la canción que le da nombre a este post, ya lloré. He llorado desde hace días, por todo y por nada al mismo tiempo. La soledad no me es extraña, sin embargo, hay ocasiones en las que su presencia se agudiza, se encrudece, se vuelve tan cercana que aterra.

Estos días de llanto me quedaron claras muchas cosas. Por ejemplo, que cuento con unas pocas personas en la vida, independientemente de mi familia. A ellos les importo y me importan, y es lo único en lo que debo pensar. También descubrí que existe alguien a quien debo eliminar de mi vida "como se elimina un párrafo redundante", frase que escuché en una película y que justo ahora cobra gran sentido. No debe figurar más en los relatos de mis días, pues yo nunca he figurado en los relatos de los suyos. Sus palabras han sido vacías, falsas, carentes de significado, pero, más que nada, no han existido actos que las respalden. Todo ha sido una nulidad.

Sé que constantemente digo que no voy a llorar, y que constantemente digo que voy a olvidar tal o cual cosa, o a tal o cual persona, y no siempre lo logro con éxito, pero en este punto de mi vida se hace indispensable. Necesito cerrar varios ciclos y empezar nuevos. Necesito un verdadero cambio, dejar la cobardía a un lado y armarme de todo el valor que me ha faltado. Necesito aniquilar al miedo, erradicarlo, desterrarlo de mi ser...

Decía Francisco de Asís que se empieza por hacer lo difícil para después consagrarse a lo imposible. Lo difícil, en mi caso, es alejarme de esta persona no sin antes desearle todo lo mejor, pues el hecho de que no haya sido bueno conmigo, no implica que no lo sea con alguien más. Lo imposible será ir cerrando todos mis ciclos de la mejor manera, ir cambiando mi mentalidad y mi espíritu, y, por último, darle un giro rotundo a mi existencia. Nunca he podido lograrlo, pero este momento de llanto es una manera excelente de comenzar.


I'm So Lonesome I Could Cry - Hank Williams

Sí, estoy sola, pero no del todo. Este mundo me ofrece tanto, que jamás terminaré de saciarme de él. Hay unas pocas personas que están conmigo y les agradezco infinitamente su presencia. Y también le agradezco a quienes les soy indiferente, porque me ponen a prueba, me tienden hasta casi romperme y me enseñan hasta dónde soy capaz de llegar. Hasta dónde llega mi capacidad de amar.

Puede ser que siga llorando, puede ser que no. El llanto, como siempre lo he dicho, es purificación. Necesito que se vayan muchas cosas para que lleguen otras nuevas. De otra forma no lograré ese cambio que necesito. Y bueno, a veces es necesario estar triste para equilibrar al espíritu. No se puede estar todo el tiempo eufórico, pero tampoco se puede estar todo el tiempo triste. Todo pasa. Las lágrimas. La tristeza. La soledad. Todo pasará...

Lau dixit.

P.S. Esto no es por ti, A., más bien es gracias a ti que anhelo el cambio.

sábado, 21 de abril de 2012

La gente es rara


A veces pasa que ni tú misma te soportas. Otras veces, pasa que no soportas a la gente. Y, la mayoría de las ocasiones, te das cuenta de que no eres tú ni es la gente, sino que lo que te incomoda es lo que tú y la gente hacen.

Suena el teléfono. Contestas. Escuchas una voz encabronada. Tú no tienes la culpa, sin embargo, te sientes como cucaracha. ¿De qué otra forma se puede sentir una cuando le hablan feo?

Platicas con alguien. Es evidente que le vale verga lo que dices. Y lo sabes porque es algo que ya le habías contado. Te sientes como basura. ¿De qué otra forma se puede sentir una cuando todo apunta a  que le está hablando a un muro?

Caminas por la calle. Alguien te empuja. Sigues caminando y te vuelven a empujar. No respetan tu espacio. A los demás les valen verga los peatones. A los demás les valen verga los demás. Te sientes pequeñita, insignificante. ¿De qué otra forma se puede sentir una cuando es un fantasma para el mundo?

A veces quisieras aplicar el valeverguismo. Ignorar al mundo. A la gente. Dejar de involucrarte. Pasar de incógnito por la vida. ¿Por qué es tan difícil? Simplemente porque hay personas que no fueron hechas para ser valeverguistas. Yo soy una de ellas.

No quiero desafanarme completamente de la existencia, sólo quiero descansar un poco. Encontrar un hombro plácido en el que pueda reposar mi cabeza tan llena de preocupación y tristeza por el hecho de que todo se está yendo a la mierda. Olvidar por un momento que la gente es rara, que yo soy rara. Escaparme de las voces encabronadas, de las pláticas con los muros, de los empujones... Sólo quiero darme un respiro. Tomar una gran bocanada de aire para recobrar fuerzas. Y que esa energía me ayude a seguir adelante, a lidiar con paciencia con el valeverguismo de los otros, con la rareza de las personas, con mi propia excentricidad.

Un día de estos tomaré vacaciones. Saldré a la calle con ropa de colores y con una gran sonrisa en los labios. Bailaré como Björk en aquel video del "shhh, shhh". Bailaré y bailaré. Reiré. Me olvidaré de todo por un instante. Ya verán cómo lo haré. Más vale que se prepare el mundo.


It's Oh So Quiet - Björk

Lau dixit.

domingo, 15 de abril de 2012

Don't Panic


We live in a beautiful world... yeah, we do, yeah, we do...
Coldplay


Hace unas semanas hubo un temblor fuerte. Como sucede en estos eventos, reinó el caos. En la oficina se fue la luz y nos dejaron ir a nuestras casas. Decidí regresar a pie. Caminar nueve kilómetros bajo el sol. Quise emular una escena de una de mis películas favoritas. En el filme, el protagonista enfrenta una tormenta de nieve para curarse del asma, de sus complejos, de sí mismo... una encomienda colosal.

En todas las calles por las que pasé se repetían las mismas escenas una y otra vez: gente histérica, gente llorando, gente tratando de hablar por teléfono, gente desalojando edificios, gente tratando de desafiar los semáforos sin energía eléctrica, gente realizando compras de pánico en las pocas tiendas abiertas... gente y más gente. Gente por doquier (lo siento por las personas que odian la repetición de palabras). Algo que me llamó la atención fue que la mayoría de los personajes a los que observé tenían el rostro desencajado, estaban ensimismados, sin advertir que el mundo seguía su curso, sin darle importancia a lo que sucedía a su alrededor.

Sé que cada quien debe ver por sí mismo, independientemente de las circunstancias. Pero no deja de entristecerme lo alejados que todos estamos como género humano. Le hemos restado importancia a esta condición. Y se advierte en los eventos a gran escala, como los terremotos. Y también en los pequeños, como el hecho de que a una señora con un bebé en brazos nadie le ofrezca un asiento en el transporte público. A mí me pudo caer el techo encima y a nadie le habría preocupado (y sólo me refiero a mí porque qué culpa tienen los demás de que sea una amargada que se queja de todo, ¿verdad?). Salvo una persona que yo ni siquiera imaginaba, nadie me preguntó si estaba bien. Nadie se interesó por saber cómo llegaría a casa. Nadie llamó después. Pero, como dije, cada quien debe ver por sí mismo. Aunque no nos caería nada mal hacerlo por los demás de vez en cuando.


Don't Panic - Coldplay (de aquella época en la que no nos daba tanta pena decir que nos gustaba este grupo)

No logré curarme con la caminata, sin embargo, sirvió como ejercicio de observación. Sé que no estoy completamente alejada de mi humanidad, aunque también sé que debo trabajar más en ella. Tenderme hasta romperme. Hacer y seguir haciendo, porque jamás será suficiente, pero no debo abandonar la tarea. Qué importa que el mundo no piense como yo. Qué importa que al mundo no le interese lo que hago. Qué importa que yo no le interese al mundo. Cambiaré lo que haya que cambiar y conservaré lo que se deba conservar. Lo que no, se puede ir. Y si por azares del destino alguien hace lo mismo que yo, me sentiré dichosa. Quiero interesarme, involucrarme con el mundo, aunque duela. Quiero ver hasta dónde puedo llegar. Ya no quiero vivir asustada, sino todo lo contrario. Quiero que el miedo quede atrás. Quiero vivir mi humandidad plenamente. Quiero vivir en este mundo que, a pesar de todo, es hermoso. Muy hermoso.

Lau dixit.

jueves, 15 de marzo de 2012

Lay, Lady, Lay


And you're the best thing that he's ever seen...

Bob Dylan



No muero por estar con alguien. Quizá suene pretencioso, pero la verdad es que no me interesa. No puedo dejar que una persona entre a mi vida si las marcas de la otra persona aún permanecen. No puedo engañar a una persona con las manos limpias con el recuerdo de otra persona que nunca me ofreció sus manos. No puedo estar con una persona para la que soy todo si primero no me olvido de la otra persona para la que soy nada.

Quiero ser una mujer digna. Como leí hace algún tiempo, quiero dedicarle mis canciones, mi música, a quien realmente las merezca. Quiero curar las heridas, pero no quiero que alguien más las cure. Eso me corresponde a mí. Quiero dormir tranquila. Quiero despertar sin que me duela hacerlo. Quiero olvidar. Olvidar en serio. Sin dar oportunidades. Sin abrigar esperanzas. Falsas esperanzas. Fútiles esperanzas. Quiero renovarme. Quiero crear una nueva yo.


Lay, Lady, Lay - Bob Dylan

Qué bella es esta canción. Sin duda fue hecha para una mujer muy amada. Para una mujer de la cual un hombre se siente orgulloso. Habla de lo que merecemos todas las mujeres. De lo que merezco. Justo como escribí alguna vez, merezco algo mejor. Pero no sólo eso: merezco lo mejor. Sé que lo tendré. Así lo quiero. Así lo decreto. Así lo hago a partir de hoy.

Lau dixit.

martes, 6 de marzo de 2012

Balada de la trompeta


... de un corazón desesperado...

Franco Pisano


Después de la tos vino la calma. Pero a veces, en esa calma, de pronto toso y la garganta se cierra, impidiéndome la respiración. ¿Una señal? No lo sé. Sólo me ahogo. Suspiro profundamente, con la esperanza de que un poco de aire pase por mi tráquea y todo vuelva a la normalidad. Tardo unos segundos más en reponerme. Y todo es calma hasta que se presenta el siguiente acceso de tos.

Hay tanto que quisiera decirle a tanta gente. Pero no puedo. Me acobardo. Trato de olvidar el asunto y me entretengo con pequeñas cosas. Con caminatas. Con frases jocosas que de repente se me escapan en alguna red social. Con canciones. Con miles de detalles que me permiten salir del paso momentáneamente. Y después, cuando nada de lo anterior parece devolverme el aire que necesito, aparecen las grandes cosas. Todo eso que me roba el aliento. Lo que pesa en mi pecho. Los recuerdos con esa persona. Los hubiera. Los nunca será. La añoranza. Los latidos de un corazón desesperado. Mi corazón.

Algún día esa sensación pasará. Se irá al igual que todos. Al igual que todo. Habrá pequeñas y grandes cosas. Pero quizá mi corazón ya no esté desesperado. Quizá no sea necesaria esa balada triste de trompeta. Quizá me encuentre con una trompeta alegre. De esas que te hacen bailar, reír, olvidarte del mundo...

No soy muy afecta a los payasos, pero reconozco que sin ese disfraz, la actuación de Raphael quizá no sería tan impactante. Quién mejor que estos personajes circenses para ejemplificar lo que es reír mientras uno se derrumba por dentro. He llorado esta noche, lo reconozco. Lo hice porque sentí ganas. Porque era necesario. El llanto es una terapia. Es un desahogo. Es una limpieza. Es el medio que nos hace sentir que todo estará mejor. Que nos da la certeza de que las baladas tristes se volverán alegres. Y así será. Estoy segura de que así será.



Balada de la trompeta - Raphael

Lau dixit.

domingo, 26 de febrero de 2012

Tonight, Tonight

Believe in me as I believe in you, tonight...

Billy Corgan


Vi Hugo hace un par de semanas, sin embargo, no fue sino hasta hoy, la víspera de los premios Oscar, que me decidí a escribir esta entrada.

Sin duda alguna, este filme es todo un despliegue estético y visual acorde con la época en la que vivimos, y aunque se trata de una historia complaciente, no por ello carece de significado, sino todo lo contrario, creo que el hecho de ser tan simple es lo que la hace tan bonita. Al menos a mí me lo pareció.

Dentro de la ambientación steampunk de la película, vemos a sus personajes desenvolverse como piezas de esa gran maquinaria que es el mundo, y creo que por ello hacen énfasis en la idea de que las máquinas tienen una función porque, de igual manera, TODO en la vida tiene un propósito: la gente, los sucesos, los objetos, los recuerdos, las coincidencias... Los seres humanos, en cierto modo, somos máquinas. Máquinas que ayudan a que otras máquinas más grandes funcionen. Y si alguna pieza de esa maquinaria interna falla, invariablemente las demás fallarán.

Cuando vi esta cinta no pude evitar acordarme de la canción que le da título a este post. El video es un bello homenaje a Georges Méliès, al igual que la película. Y la letra es un homenaje a esas máquinas que hacemos llamar "seres humanos". Al menos es lo que me gusta pensar. Me gusta pensar que nuestras piezas se aceitan y se mantienen funcionando si creemos en nosotros mismos. Si estamos convencidos de que existe un propósito para cada uno de nosotros en el mundo. Si podemos creer en otros. Si creemos en la vida misma...


Tonight, Tonight - The Smashing Pumpkins

La película también es un homenaje al cine. Méliès fue un genio que se permitió soñar, que creyó en sí mismo. Los resultados aún son palpables. El cine de ficción simplemente no sería el mismo sin sus filmes. Esa era su función en el mundo.

Casi todos somos melómanos y cinéfilos si se atiende al estricto sentido de ambas palabras, y sin caer en definiciones pedantes de "yo sé más que tú" o "a mí me gustan mejores cosas que a ti". Podemos ser clasificados de ambas maneras porque lo que nos define es el hecho de amar algo y no lo que amamos. Yo amaba el cine antes de que empezara a trabajar para la cadena de exhibición cinematográfica más grande de este país. Y en mi vida hubo un antes y un después. Conocí lo que había detrás del hecho de acudir a una sala a ver una cinta. Descubrí eso que hace que una tira de celuloide gire. Lo que hace que la luz proyecte una imagen. Lo que hace que un sonido se escuche. Pero sobre todo, aquello que difunde una idea, una manera de pensar, una vivencia, una anécdota, un hecho. Conocí cómo es que una historia llega a nosotros y se funde con nuestros sentidos. Y ahora sé que trabajé en ese lugar por una razón. Y que en ese lugar tuve un propósito. Y que en cada lugar en el que me desenvuelva, también tendré una función. Pero no podré desempeñarla si no creo en mí misma. Si no mantengo a la máquina en buen estado.

Ignoro si Hugo se llevará todos los premios a los que está nominada. Es una película bonita, bien lograda. Y es una película que Scorsese hizo por gusto, porque cree en algo. Hizo una película como homenaje a las películas. Y quiero pensar que, tal como interpreto la canción de Smashing Pumpkins, hizo una película para invitarnos a soñar. Para invitarnos a vivir. Para recordarnos que hay que creer. Simplemente creer. En el mundo. En la magia. En nosotros.

Lau dixit.

jueves, 2 de febrero de 2012

Incompetencias

Me declaro incompetente para las relaciones humanas.

No soy buena para hacer amistades. No soy buena para convivir con las amistades. No soy buena para divertirme con las amistades. No soy buena para entretener a las amistades. Me cohíbe estar en una reunión de más de dos personas. Me bloqueo mentalmente. Y pongo cara de imbécil, aunque muchos piensan que es de enojada.

De niña mis tías me decían que no hablara y las obedecí. También me dijeron que fuera seria y las obedecí. Y, por supuesto, me dijeron que los sentimientos no se muestran, y las obedecí. Tontamente, hice todo lo que me dijeron, y ahora veo los resultados. Soy incapaz de socializar. Más triste aún, me acostumbré a hacer todo en solitario. Y todavía más triste que eso, el problema se ha agudizado justo ahora que todas las enfermedades se manifestaron en mí.

A veces quisiera irme a Noruega o uno de esos hermosos países escandinavos cuyo alfabeto tiene una o con rayita (ø), donde nadie me conoce y donde podría hablar y hablar sin que entiendan qué carajos es lo que digo y podría pasar desapercibida y podría inventar los diálogos de los programas televisivos y podría jugar a que voy de incógnito por la vida. Realmente podría hacer muchas cosas...

Por lo pronto, lidiaré con mi incompetencia. No soy una mala persona, sólo no sé qué hacer cuando me enfrento a los exteriores. Me he acostumbrado tanto a estar conmigo, que convivir con otros me sale mal. Aunque se puede practicar, supongo. Tal vez sea como preparar arroz, porque se quema varias veces antes de que salga bien. Quiero pensar que estoy ensayando y que, algún día, el resultado ya no será tan burdo. Quiero pensar que aprenderé a hacerlo. Que aprenderé a ser yo ante el mundo.


Vacaciones en el más allá - Pedro Piedra

Lau dixit.

martes, 24 de enero de 2012

Caídas

Hoy vi que un gordito se tropezó en la calle y se lastimó el tobillo. Al instante recordé todas esas aparatosas caídas en la vía pública de las que he sido víctima.

Mi madre piensa que los gordos nos caemos por gordos. No caemos por haber tropezado. Tampoco caemos por haber pisado mal. Mucho menos por encontrar una piedra en el camino. Nada de eso. Los gordos caemos por gordos.

Cuando el gordito tropezó me di cuenta de una cosa. Descubrí que los gordos no nos caemos por gordos. No, señor. Los gordos caemos por otras razones. Sé perfectamente que en algunas ocasiones sí es por gordos. Pero la mayoría de las veces no se debe a que estamos gordos. A veces caemos por venir distraídos. A veces, porque no vemos que el suelo es irregular. Otras veces, porque algo se nos atraviesa. Caemos por muchas razones, no sólo por gordos.

En pocas palabras, los gordos nos caemos por pendejos, como la mayoría de la gente.



Some Girls Are Bigger Than Others - The Smiths


(Morrissey quiere mucho a los gordos, por cierto. Bueno, Morrissey nos quiere a todos por igual.)

Lau dixit.

lunes, 23 de enero de 2012

Vivir para cagarla (episodio 15)

Me senté al final de la banca del lado derecho del pesero. Como todas las ocasiones en las que viajo en el transporte público, escuchaba música y pensaba en lo que había sucedido en el día. Y claro, observaba lo que ocurría a mi alrededor.

De repente, noté que un señor me observaba con insistencia, ante lo cual desvié la mirada y no volví a dirigirla hacia donde estaba el susodicho. El asunto se me olvidó hasta que este personaje se puso de pie porque su parada ya estaba cerca; lo miré de soslayo, pues seguía resistiéndome a verlo a los ojos, y algo en su actitud me dio la certeza de que no había dejado de mirarme todo ese tiempo.

Mi brazo estaba inocentemente apoyado en el tubo del microbús, y yo no contaba con que el señor de la mirada penetrante iba a sostenerse de él al momento de bajar. Me sentí mal por haber juzgado a ese hombre que probablemente lo único que buscaba era contacto humano, sentir que existe o algo similar, y no hice nada, pero después mi mente cambió la jugada y recordé lo incómoda que me sentí al saberme observada por ese sujeto y me di cuenta de que no sólo se estaba apoyando, sino que el modo en que tocaba mi brazo resultaba sumamente desagradable.

Ese tópico del contacto humano y de la necesidad de existir se me olvidó y retiré el brazo; acto seguido, el señor perdió el equilibrio y cayó del vehículo, lo que se convirtió en un número digno de cualquier payasito de circo. Afortunadamente, nadie se dio cuenta de que esa caída pudo haber sido provocada por mi rechazo.

Cuando el pesero arrancó, me sentí un poco mal por lo sucedido, pero esa fea sensación en el brazo ante el toqueteo de aquel personaje, resultó mucho más fuerte. Una no puede andar por la vida dejándose manosear sólo porque algún desconocido necesita contacto humano. Al menos yo no puedo, no soy tan generosa.

Viejo cochino. Ojalá no se haya lastimado.

Lau dixit.

domingo, 15 de enero de 2012

Your Ex-Lover Is Dead

There's one thing I have to say so I'll be brave:
You were what I wanted
I gave what I gave.
I'm not sorry I met you,
I'm not sorry it's over,
I'm not sorry there's nothing to save...

Stars

Ya no quiero pensar en ti. Ya no quiero escribir más posts acerca de lo mucho que me dueles. Ya no quiero recordar a cada cinco minutos lo mal que me haces. Ya no quiero seguir confirmando que eres un culero. Realmente ya no quiero nada de eso. Me aburro. Aburro a todo el mundo. Y me detesto por seguir con este dolor. Con todo esto que, ciertamente, no me llevará a ninguna parte.



Your Ex-Lover Is Dead - Stars


Dice una canción: "I love you but enough is enough". No sé cuándo llegaré a ese punto contigo. Quiero pensar que muy pronto. Quiero hacerme a la idea de que, como escuché en un diálogo de alguna película, yo no valgo nada para ti y que, por esa misma razón, no mereces que yo te quiera. Quiero abrir los ojos y enfrentar la dolorosa realidad. Pero quiero enfrentarla para ya no sentir esto. Para no sentir nada por ti. Para dejar de ser esa persona sin valor que has creado. Para que nazca una nueva persona. Una mujer que se respete. Que se quiera. Y que no dependa de alguien como tú para sentir que vale. Para sentir que existe.

Quiero, deseo, anhelo muchas cosas. Pero en este momento, a esta hora, en este lugar que me ha visto llorar por ti tantas veces, decreto que no te quiero más en mi vida, que deseo con todas mis fuerzas que todo lo que siento desaparezca, y que anhelo dejar de enamorarme de personas como tú, personas para las que soy una puta basura. Odio las frases telenoveleras, pero sin duda no hay nada más cierto, así que lo escribiré en negritas itálicas: merezco algo mejor.

Lau dixit.

viernes, 13 de enero de 2012

Babies

¿Piensan que otra vez voy a llorar?

No, hoy no lo haré. Sólo quiero disfrutar esta canción.



Babies - Pulp

Well it happened years ago when you lived on Stanhope Road.
We histened to your sister when she came home from schooh
'cos she was two years older and she had boys in her room.
We listened outside and heard her.
Alright. Well that was alright for a while but soon I wanted more.
I want to see as well as hear and so I hid inside her wardrobe.
And she came round four and she was with some kid called David
from the garage up the road
I listened outside I heard her.
Alright. Oh I want to take you home.
I want to give you children. You might be my girlfriend, yeah.
When I saw you next day I really couldn't tell 'cos you might go
and tell your mother.
And so you went with Neve and Neve was coming on
And I thought I heard you laughing when his Mum and Dad were gone.
I listened outside, I heard you. Alright. Oh I want to take you home...etc.
Well I guess it couldn't last too long.
I came home one day and all her things were gone, I fell asleep inside.
I never heard her come. And then she opened up her wardrobe and I had to get it on.
Oh, listen we were on the bed when you came home, I heard you stop outside the door.
I know you won't believe it's true, I onhy went with her 'cos she looks like you.
Oh I want to take you home...



Me gusta ver bailar a Jarvis Cocker. No soy muy afecta a los flacos, pero él me gusta. Me gusta con todo y su pectus excavatum. Y su traje harapiento. Me gusta todo él. Y sus canciones. Me gusta esta canción porque me pone de buenas. Me recuerda cosas bonitas. Me trae a la mente justo el tipo de recuerdos que necesito ahora. Recuerdos bonitos. Travesuras bonitas. Aventuras bonitas.

En fin. En estos cinco minutos que transcurrirán en lo que me voy a la cama, la vida será bonita.

Lau dixit.

jueves, 12 de enero de 2012

Six Different Ways

Six different ways inside my heart...

Robert Smith


A veces, sólo a veces, me pregunto cómo habría sido todo si me hubieras querido aunque sea poquito...

Todo tuvo tantas facetas que ya no puedo distinguir cuáles fueron reales y cuáles no. Mentimos. Me mentí a mí misma. Jamás te mentí. Tú me mentiste. Pero ya no importa. No importa porque no me quieres. Jamás me quisiste. Y nunca me querrás.


Six Different Ways - The Cure

Seis. Pensamientos. Sentimientos. Seis. Me guían hacia ti aunque no lo quiera. Pero les mentiré. Los confundiré hasta que, el día menos esperado, me guíen hacia alguien más. Y ese día ya no me importará que no me quieras, que jamás me hayas querido y que nunca me querrás. Ese día, realmente ya no me importará nada.

Si aunque sea poquito me hubieras querido, ¿cómo habría sido todo ? A veces me lo pregunto, sólo a veces...

Lau dixit.