viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué será, será?


The future's not ours to see, qué será, será...

Livingston / Evans


Todos los años, sin falta, hay un periodo al que nombro "La Gran Depresión", que comienza el 30 de abril y termina por ahí del 16 o 17 de mayo. Quiero pensar que el de 2012 finalizó hoy. En esta época gloriosa tiendo a recordar mi infancia, a pensar en todo lo que dejé de ser y lo que ahora soy. Como su nombre lo indica, me deprimo grandemente, profundamente.

La niñez fue un episodio difícil de mi vida que no puedo borrar, pero tampoco quiero pensar en él. Dejar de hacerlo me tranquiliza en cierto modo. Me aporta un poco de paz mental. No rechazo mi pasado, sólo no me gusta recordarlo... al menos no del todo.

De niña, en algún momento me pregunté cómo sería llegar a esta edad, a qué me dedicaría, si estaría casada y con hijos, si tendría una vida rutinaria... en fin, pensé en miles de posibilidades y ninguna resultó en lo que vivo ahora. Cuando mi mente infantil divagaba en tales escenarios, no tomaba en cuenta todos esos problemas que trae consigo el ser adulto, todas esas complicaciones que le añaden emoción a la vida, sin importar si son buenas o malas experiencias. Nunca imaginé lo dolorosa que es una decepción ni cómo se siente que te rompan el corazón; tampoco imaginé que iba a perder a algunos seres queridos, pues no me enseñaron a lidiar con la muerte o las pérdidas, todo lo aprendí por mí misma y de manera vivencial; mucho menos imaginaba cómo es amar o darlo todo por alguien, lo fui descubriendo sobre la marcha.

Los lectores de este blog quizá se preguntarán por qué dedico una quincena completa a deprimirme, si se puede hacer por días separados. Sinceramente, ni yo misma lo sé. Supongo que se debe al cúmulo de recuerdos que comienzan a poblar mi memoria. Son tantos que me es imposible convivir con ellos sin sentir tristeza o derramar alguna lágrima, y se hace necesario dedicar un periodo determinado de tiempo para convivir con mi depresión. La tristeza ha definido a toda mi generación, la ha dotado de un encanto único, un encanto melancólico, y yo no puedo ser la excepción.

La canción que le da título a este post aparece en la película The Man Who Knew Too Much, de Hitchcock. No creo que tenga mucha relación con la trama del filme, pero es una canción linda. Habla de todo eso que uno se pregunta y para lo cual no hay respuesta. Justo como yo lo hacía cuando era niña.


Que Sera, Sera - Doris Day 

Esta melodía también aparece en un capítulo entrañable de Los Simpson, en el que un asteroide se acerca a Springfield y todos temen por su vida. Flanders tiene un refugio y, de pronto, todo el pueblo está resguardándose en él, sin embargo, a causa de la persuasión de Homero, las personas deciden que debe salir, a pesar de ser el dueño del búnker. Ned se retira a una colina y canta la canción, la cual queda como anillo al dedo para la situación: nadie sabe lo que sucederá...


El cometa de Bart - Los Simpson

No tiene caso preguntarse por el "y si...". Nuestra única ocupación debe ser el "ahora". El "y si..." lo jode todo, nos llena la cabeza de patrañas. El pasado ya existió y no se puede modificar. La función principal del "y si..." es atormentarnos, ocupar nuestro pensamiento en cosas baladíes. El "ahora" es una oportunidad para hacer lo que queremos y como lo queremos. Hay opciones. La elección es una de las facultades más valiosas del ser humano, sin embargo, en ocasiones la intercambiamos por el lamentable "y si...". Sin duda es una fea costumbre.

A veces me preguntan si me gustaría volver a ser niña. En el momento no respondo nada, pero en el fondo sé que no quisiera hacerlo. Mi infancia no volverá y ya no puedo cambiarla. Cuando recuerdo algún suceso, viene a mi mente esa monumental frase de Las batallas en el desierto: "Y a nadie le importa: de ese horror quién puede tener nostalgia." Ya lo viví. Ya lo dejé atrás. Con suerte, algún día podré decir que ya lo olvidé.

¿Qué será que nos depara el destino? No lo sé. Por ahora vivo el momento. No quiero regresar páginas ni recurrir al "y si...". Bien dice la canción que el futuro no es nuestro. Pero el presente sí lo es. Podemos moldearlo, ajustarlo, configurarlo según nuestros ideales. El presente es tangible, el futuro no. El pasado es lejano y debemos dejarlo donde pertenece. El presente es lo único que tenemos. Vivámoslo bien, vivámoslo en paz, justo como lo merecemos...

Lau dixit.

3 comentarios:

Alfreedo dijo...

Hola Lau, como te había comentado ya en otras ocasiones soy muy nuevo en esto de las redes sociales, los blog en fin en la vida cibernética pues.
Estoy mas allá de sorprendido, no sabia que tenias un blog mucho menos que se podía acceder a el desde twitter, hoy por razones que no estoy capacitado para enteder y mucho menos explicar, "rodé" hasta llegar aquí hasta tu blog, Leí ,leí y leí y ahora estoy como que en shock como que con un poco de vergüenza y un poco de satisfacción , vergüenza por la manera en la que me acerque ti en este mundo electrónico y satisfacción porque ahora siento que ya te conozco, no se si mucho o poco pero ....... No se , creo que eres una buena persona, que has pasado por cosas que no tendrías que haber pasado y que como la mayoría de seres humanos, luchas por hacer llevadera una vida que a veces se empeña en ser insoportable ya sea por lo tediosa,dolorosa o hasta trágica, bueno a veces yo así lo siento, perdón por meterme donde no me llaman,pero me identifique mucho con lo que escribes de esas quincenas de depresión y aunque estoy seguro que nuestras razones on muy diferentes, no dejo tratar de. Ver un poco mas allá e intentar como ya dije explicar o entender este cumulo de "casualidades" que me hicieron acercarme a ti en este universo de gente que hay en las redes y que así de repente rodé hasta aquí. Despues de leerte doy por terminado nuestro noviazgo y espero comienze una amistad, que a diferencia de aquel esta si sea de adeviis. Un abrazo

Arturo dijo...

Adoré el post, tú me inspiras.

Lau says... dijo...

¡Gracias por leer! :)