lunes, 23 de abril de 2012

I'm So Lonesome I Could Cry



A diferencia del título de la canción que le da nombre a este post, ya lloré. He llorado desde hace días, por todo y por nada al mismo tiempo. La soledad no me es extraña, sin embargo, hay ocasiones en las que su presencia se agudiza, se encrudece, se vuelve tan cercana que aterra.

Estos días de llanto me quedaron claras muchas cosas. Por ejemplo, que cuento con unas pocas personas en la vida, independientemente de mi familia. A ellos les importo y me importan, y es lo único en lo que debo pensar. También descubrí que existe alguien a quien debo eliminar de mi vida "como se elimina un párrafo redundante", frase que escuché en una película y que justo ahora cobra gran sentido. No debe figurar más en los relatos de mis días, pues yo nunca he figurado en los relatos de los suyos. Sus palabras han sido vacías, falsas, carentes de significado, pero, más que nada, no han existido actos que las respalden. Todo ha sido una nulidad.

Sé que constantemente digo que no voy a llorar, y que constantemente digo que voy a olvidar tal o cual cosa, o a tal o cual persona, y no siempre lo logro con éxito, pero en este punto de mi vida se hace indispensable. Necesito cerrar varios ciclos y empezar nuevos. Necesito un verdadero cambio, dejar la cobardía a un lado y armarme de todo el valor que me ha faltado. Necesito aniquilar al miedo, erradicarlo, desterrarlo de mi ser...

Decía Francisco de Asís que se empieza por hacer lo difícil para después consagrarse a lo imposible. Lo difícil, en mi caso, es alejarme de esta persona no sin antes desearle todo lo mejor, pues el hecho de que no haya sido bueno conmigo, no implica que no lo sea con alguien más. Lo imposible será ir cerrando todos mis ciclos de la mejor manera, ir cambiando mi mentalidad y mi espíritu, y, por último, darle un giro rotundo a mi existencia. Nunca he podido lograrlo, pero este momento de llanto es una manera excelente de comenzar.


I'm So Lonesome I Could Cry - Hank Williams

Sí, estoy sola, pero no del todo. Este mundo me ofrece tanto, que jamás terminaré de saciarme de él. Hay unas pocas personas que están conmigo y les agradezco infinitamente su presencia. Y también le agradezco a quienes les soy indiferente, porque me ponen a prueba, me tienden hasta casi romperme y me enseñan hasta dónde soy capaz de llegar. Hasta dónde llega mi capacidad de amar.

Puede ser que siga llorando, puede ser que no. El llanto, como siempre lo he dicho, es purificación. Necesito que se vayan muchas cosas para que lleguen otras nuevas. De otra forma no lograré ese cambio que necesito. Y bueno, a veces es necesario estar triste para equilibrar al espíritu. No se puede estar todo el tiempo eufórico, pero tampoco se puede estar todo el tiempo triste. Todo pasa. Las lágrimas. La tristeza. La soledad. Todo pasará...

Lau dixit.

P.S. Esto no es por ti, A., más bien es gracias a ti que anhelo el cambio.

No hay comentarios: