domingo, 15 de abril de 2012

Don't Panic


We live in a beautiful world... yeah, we do, yeah, we do...
Coldplay


Hace unas semanas hubo un temblor fuerte. Como sucede en estos eventos, reinó el caos. En la oficina se fue la luz y nos dejaron ir a nuestras casas. Decidí regresar a pie. Caminar nueve kilómetros bajo el sol. Quise emular una escena de una de mis películas favoritas. En el filme, el protagonista enfrenta una tormenta de nieve para curarse del asma, de sus complejos, de sí mismo... una encomienda colosal.

En todas las calles por las que pasé se repetían las mismas escenas una y otra vez: gente histérica, gente llorando, gente tratando de hablar por teléfono, gente desalojando edificios, gente tratando de desafiar los semáforos sin energía eléctrica, gente realizando compras de pánico en las pocas tiendas abiertas... gente y más gente. Gente por doquier (lo siento por las personas que odian la repetición de palabras). Algo que me llamó la atención fue que la mayoría de los personajes a los que observé tenían el rostro desencajado, estaban ensimismados, sin advertir que el mundo seguía su curso, sin darle importancia a lo que sucedía a su alrededor.

Sé que cada quien debe ver por sí mismo, independientemente de las circunstancias. Pero no deja de entristecerme lo alejados que todos estamos como género humano. Le hemos restado importancia a esta condición. Y se advierte en los eventos a gran escala, como los terremotos. Y también en los pequeños, como el hecho de que a una señora con un bebé en brazos nadie le ofrezca un asiento en el transporte público. A mí me pudo caer el techo encima y a nadie le habría preocupado (y sólo me refiero a mí porque qué culpa tienen los demás de que sea una amargada que se queja de todo, ¿verdad?). Salvo una persona que yo ni siquiera imaginaba, nadie me preguntó si estaba bien. Nadie se interesó por saber cómo llegaría a casa. Nadie llamó después. Pero, como dije, cada quien debe ver por sí mismo. Aunque no nos caería nada mal hacerlo por los demás de vez en cuando.


Don't Panic - Coldplay (de aquella época en la que no nos daba tanta pena decir que nos gustaba este grupo)

No logré curarme con la caminata, sin embargo, sirvió como ejercicio de observación. Sé que no estoy completamente alejada de mi humanidad, aunque también sé que debo trabajar más en ella. Tenderme hasta romperme. Hacer y seguir haciendo, porque jamás será suficiente, pero no debo abandonar la tarea. Qué importa que el mundo no piense como yo. Qué importa que al mundo no le interese lo que hago. Qué importa que yo no le interese al mundo. Cambiaré lo que haya que cambiar y conservaré lo que se deba conservar. Lo que no, se puede ir. Y si por azares del destino alguien hace lo mismo que yo, me sentiré dichosa. Quiero interesarme, involucrarme con el mundo, aunque duela. Quiero ver hasta dónde puedo llegar. Ya no quiero vivir asustada, sino todo lo contrario. Quiero que el miedo quede atrás. Quiero vivir mi humandidad plenamente. Quiero vivir en este mundo que, a pesar de todo, es hermoso. Muy hermoso.

Lau dixit.

1 comentario:

[DrAk'S] dijo...

Que tiemble y tiemble, así como resultado piernas fuertes y gluteos mas firmes.