jueves, 23 de octubre de 2008

Halitosis


El fetor oris es un problema que se presenta en un gran porcentaje de la población. Lo más grave del asunto es que las personas no se dan cuenta, mientras que los que están a su alrededor perciben el pútrido aroma que exhalan por la boca.

¿Que por qué hablo de este tema? Porque me preocupa.

De un tiempo para acá he desarrollado una obsesión con la higiene bucal, no me gusta sentir los dientes sucios ni acercarme a las personas cuando no estoy segura de que mi aliento sea agradable, sin embargo, no todos tienen los mismos hábitos y de plano ni les interesa el asunto, porque nos han educado para guardar las apariencias y no decir cosas que puedan "lastimar" por así decirlo la sensibilidad de los demás.


Yo también he tenido que aprender a fingir e implementar técnicas para contener la respiración cuando alguien cercano presenta un cuadro severo de halitosis, yo sé lo que se siente cuando alguien te habla de cerca y haces bizcos con sólo sentir dos segundos el olor de su cavidad bucal, yo sé lo que es tener que buscar pretextos para colocar tu mano sobre la nariz cuando te llega la peste del hocico de alguien que está cerca, yo sé lo que sienten todos los que no se atreven a cantarle a una persona que le ruge el océano y que mejor cierre el pico, o que revise su puente porque alguien se está cagando ahí. En fin, es una lucha silenciosa de la cual miles de personas forman parte.


No concibo cómo es que una persona no siente que el aliento le apesta y lo peor, que no busque una solución si el asunto no es complicado, y cuando alguien se atreve a decirle que le apesta la boca, dice que es por su estómago, por las anginas, porque comió cebollas, etcétera, etcétera, etcétera, lo cual es erróneo, porque la mayoría de las veces el mal olor se origina a causa de una inadecuada higiene dental, es decir, que no se lavan bien el hocico. Lo peor del caso es que esas personas se atreven a hablarles a otros de cerca, a cantar, a carcajearse, a tararear, a chiflar, a dormirse con la bocota abierta y a cualquier actividad que implique exhalar grandes cantidades de aire, sin percatarse de que los demás sufren una tortura cada vez que hacen algo de lo anterior.


Desgraciadamente la situación no cambiará precisamente por lo que mencioné, que nos educan para guardar las apariencias, sin embargo, contamos con una opción que hace más fácil la labor de decirle a alguien que le ruge el hocico, y es la siguiente página:


¡Es una maravilla! Sólo ingresas la dirección de email y el nombre de la persona en cuestión y automáticamente se envía un correo en el que de manera muy educada se expone el problema que sufre y lo molesto que es para los demás; asimismo, incluye un consejo para remediar de manera sencilla y barata el problema de la halitosis. Tienen formatos para el aliento apestoso, para el sope apestoso, para la caspa y los malos modales en la mesa, aunque hay una opción para proponer otros tópicos vergonzosos que requieran tratarse de manera anónima.

Yo sé que no es una solución definitiva, pero al menos las personas se enterarán de que su compañía sería más agradable si pusieran más cuidado en su higiene. Si se esmeran un poco, todos lo vamos a agradecer.

1 comentario:

Oswald dijo...

Já! Es bastante frecuente eso. en lo personal conozco un par de personas con ese problema y me provoca que caiga en la misma paranoia, por lo mismo siempre cargo un cepillo, pasta dental y un buen enguaje bucal.