lunes, 8 de agosto de 2011

Vivir para cagarla (episodio 14)


―¡Muchas felicidades! Espero que te guste tu regalo.

―¡Gracias, qué lindo suéter!

―Está bastante grande, pero si no te queda se puede cambiar.

―(Pendeja sin tacto, si me quieres decir gorda, al menos hazlo de una manera ingeniosa, no con esos comentarios mamones carentes de gracia. Me caga que gente como tú diga cosas así, qué pinche derecho creen que tienen para insultarme de esa manera, no mamen, no me ayudan en nada, sólo hacen que quiera comer y comer y seguir comiendo porque me siento miserable. Púdranse, no los necesito, mis gatos son mis mejores amigos, y tú, gran hija de puta, te puedes ir por donde llegaste, no necesito tu pinche suéter, vete a ver a quién más jodes porque yo no soy ninguna imbécil y me rehúso a ponerme de tu tapete, ya estuvo bueno que todos me quieran ver la cara. Come caca.) Gracias, no te hubieras molestado. Te quiero mucho.


Siempre que se acerca mi cumpleaños, me pongo a pensar en situaciones como ésta...

Lau dixit.

1 comentario:

Saya N. Kain dijo...

Pues yo siempre me deprimo cerca o en alrededores de mi cumpleaños... y concuerdo por completo con lo de los gatos u.u