lunes, 17 de mayo de 2010

The next time around


E onde a sorte há de te levar
Saiba, o caminho é o fim, mais que chegar
E queira o dia ser gentil
À tua mão aberta pra quem é

Rodrigo Amarante/Fabrizio Moretti


Cuando pienso en "buena onda", en tranquilidad y en alguien sumamente chido, sin duda me viene a la mente E., un gran amigo que también fue un excelente compañero de trabajo hasta la semana pasada. Me llama la atención el hecho de no se me había ocurrido escribir algo acerca de él sino hasta ahora que ya no lo veré tan seguido, supongo que es por esa ausencia que se me ocurrió dedicarle una canción que me recuerda todo lo que es y lo que significa para mí, y aunque no me gustan los lugares comunes y no quisiera pensar en ese refrán que dice que "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde", creo que algo que influyó para que me decidiera a dedicarle una entrada fue darme cuenta de que partió un colega apreciado y que sin la presencia de ese amigo querido en la oficina, los días no me sabrán igual.

E. es el tipo de persona que no te abruma con problemas, que siempre te escucha con toda la paciencia y te dice algo muy chido para que te sientas mejor; E. es el tipo de persona que siempre hace un comentario ingenioso y te hace reír aunque estés de muy mal humor o muy triste; E. es simplemente el amigo que cualquiera quisiera tener y conservar por siempre. Con él la convivencia es pura buena vibra y siempre hay algo interesante de qué hablar, además, se ríe de mis chistes y le gusta hablar de gatitos, y si bien esos detalles probablemente no sean indispensables para muchos, para mí son importantísimos, pues me indican que tengo un amigo muy humano y sensible que valora lo que los demás tenemos que decir.

La canción que le da título a este post le gusta mucho a E. y siempre que la escucho me acuerdo de él, por ello quise dedicársela, porque es una melodía que me transmite buena vibra y que me hace pensar en las mejores cosas de la vida, que son tan simples como unas carcajadas o una anécdota graciosa o un comentario ingenioso o simplemente un momento para fumar un cigarro, en el que todo lo que se dice es tan leve y tan grácil como las bocanadas de humo que se expulsan.

A continuación, el video y la letra de la canción:


Little joy- The next time around


One too many goals
That measure out your worth
To seek your weight in gold

Sat by the ivory sill
The further out you look
The further out you'll be

It's not enough to set the terms
If nothing ventured, nothing earned
Though odds are set against

In time, I'll belong to you
It's how it's meant to be

Settled on your own
Sweeping dust from stones
With a letter home

Back where the hour's long
The simplest things invite a thrill
If just by noticing at will

It's not enough to set the terms
If nothing ventured, nothing earned
It's how it's always been

E onde a sorte há de te levar
Saiba, o caminho é o fim, mais que chegar
E queira o dia ser gentil
À tua mão aberta pra quem é

In time, I'll belong to you
That's how it's meant to be
And how it's always been


Indudablemente, no podía haber mejor canción para E., incluso el nombre de la banda le queda como anillo al dedo, sólo que el adjetivo cambiaría, pues se trata de todo lo contrario: no es una pequeña alegría la que nos brinda a los que lo conocemos y lo apreciamos, es una alegría infinita, como cuando el día está soleado, o se experimenta una nueva y agradable sensación, o estamos con alguien a quien queremos mucho... en fin, hay muchas cosas a las que se les puede relacionar con la alegría, y muchas personas que la generan y que logran que nazca de muchos corazones, tal como lo hace E.

En verdad voy a extrañar la convivencia diaria, las veces que coincidíamos cuando íbamos a fumar; la sobremesa en la que de vez en cuando estaba yo presente; el preámbulo de sus salidas a la tienda, en el que platicábamos de cualquier cosa y siempre nos reíamos de algo; los momentos en los que terminaba su jornada laboral y al despedirse se quedaba cinco minutos más sólo por el gusto de conversar; los dichos, albures y chistes que aprendí gracias a él; la música que intercambiamos y compartimos; sus descripciones apasionadas de las obras de los autores que le gustan; las anécdotas de sus amigos que platicaba como si fueran propias, porque se sabía todos los detalles; las clases de teoría futbolera, con las que le agarré un poco más de gusto a ese deporte; las críticas de cine que llegamos a hacer; las veces que compartimos un punto de vista; las veces en que nuestras opiniones fueron diferentes; la única ocasión en que lo vi llorar; las mini clases de baile que me dio en las fiestas de la empresa; las ocasiones en que estuvo ahí para escucharme y apoyarme; los detalles que él y su pareja tuvieron conmigo; las veces en las que le hice consultas o le pedí su opinión para que algo me saliera bien; los momentos en los que recordé que en él tengo a un gran amigo; las veces en las que he sentido una enorme admiración por él; el momento en el que me di cuenta de lo afortunada que fui al haberme encontrado con una persona así de grande...

Nunca terminaría de enumerar las cualidades de E. y los momentos increíbles que nos regaló a todos los que lo queremos, no me cabe en esta entrada, pero lo que sí me cabe es expresar mi agradecimiento y mi cariño hacia una persona que cambió mi vida y que me ha hecho apreciar las cosas pequeñas, simples y maravillosas de la existencia, porque después de haberlo conocido y de considerarlo uno de mis mejores amigos, simplemente no puedo ver las cosas de la misma manera. E. me contagió de alegría, de buena vibra y de una tranquilidad que no conocía, me hizo descubir muchas cosas agradables de la vida y, lo mejor de todo, me ayudó a encontrar el lado alegre en todo lo que me rodea, y eso, según yo, es lo más maravilloso que le puede suceder a alguien.

Mil gracias por la diferencia que hiciste, mil gracias por ser un amigo como pocos y mil gracias por contagiar tu alegría y transformar todo lo que tocas.

Lau dixit.

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