martes, 11 de mayo de 2010

The prettiest star



Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado

Ante la muerte, comprendida o no, es difícil encontrar palabras para expresar lo que sentimos después haber perdido a un ser amado, o para dar consuelo a alguien que sufrió una pérdida. A mí me sucede eso, no sé qué decir o qué hacer para demostrar mi apoyo y mi deseo de dar consuelo, y me quedo corta en palabras, me quedo callada ante lo que me causa miedo y respeto, guardo silencio ante lo que no puedo comprender, por ello recurro a este blog para plasmar lo que siento, y expreso las palabras que se resisten a salir de mis labios porque no saben cómo hacerlo.

El día de hoy, el abuelo de un querido amigo falleció. Me duele su dolor, me afecta su sufrimiento y me conmueven sus lágrimas, y de la misma manera en que sucede cuando uno pierde a un ser querido, también tengo incertidumbre y siento preocupación por los que se quedaron, por los que tienen una gran pena dentro de sí, que son quienes se enfrentan a un panorama más duro, porque el amadísimo abuelo, donde se encuentre, indudablemente se ha entregado a la paz y la eternidad, y su sufrimiento se ha transformado en descanso divino.

Hace algunas semanas, en una de las tantas noches en las que voy a correr, tuve una experiencia con la canción que le da título a este post. Andaba en uno de los caminos empinados del parque y sonó esta melodía. Dirigí la mirada al piso y lo primero que vi fue mi sombra, y aunque no era nada fuera de lo común observar mi silueta, me extrañó que hubiera tanta luz; en el cielo brillaba una luna llena hermosa, blanca como nunca, con un resplandor del que jamás fui testigo. Las estrellas le hacían compañía, su luminosidad estaba a la par de la del astro y en conjunto ofrecían el mejor de los espectáculos, cuyo complemento era The Prettiest Star, una melodía que resultaba perfecta para lo que yo estaba presenciando.

Mientras me regocijaba con toda esa belleza, miré hacia otro lado y vi que alguien andaba en bicicleta y de repente ya no estaba. También vi a algunas personas que iban caminando y en un instante desaparecieron, y fue cuando caí en la cuenta de que no estaba sola, de que las estrellas más hermosas son todas esas personas que se han ido y que se manifiestan con su luz, y esa noche se reflejaban sobre la tierra y me fue posible verlas transformadas en espíritus que vinieron de visita por un instante, como si quisieran hacernos saber que siempre están ahí, a nuestro lado, cuidando nuestros pasos, dándonos su amor en formas que no podemos comprender todavía, en formas que nuestros ojos no alcanzan a percibir.

A continuación, el video y la letra de la canción:


David Bowie y Marc Bolan - The Prettiest Star


Cold fire, you've got everything but cold fire
You will be my rest and peace child
I moved up to take a place near you

So tired, it's the sky that makes you feel tried
It's a trick to make you see wide
It can all but break your heat in pieces

Staying back in your memory
Are the movies in the past
How you moved is all it takes
To sing a song of when I loved
The Prettiest Star

One day though it might as well be someday
You and I will rise up all the way
All because of what you are
The Prettiest Star

Staying back in your memory
Are the movies in the past
How you moved is all it takes
To sing a song of when I loved
The Prettiest Star

One day though it might as well be someday
You and I will rise up all the way
All because of what you are
The Prettiest Star


Seguramente el abuelito de mi amigo nunca supo quién era David Bowie, y mucho menos conoció esta canción, pero lo maravilloso de la música es que podemos adaptarla a lo que vivimos y sentimos en cada momento, y creo que yo no podía elegir mejor melodía que ésta. Cada una de las estrellas más hermosas que se observan en el cielo es un alma, el alma de alguien que nos dejó pero que sigue presente con su luz que alumbra nuestro camino y guía nuestros pasos, y aunque de día no percibimos esa luz, está ahí, mezclada con el aire que respiramos, convertida en algo omnipresente, en el amor celestial, en la fuerza que nos impulsa, que forma parte de lo que somos.

No tuve el gusto de conocerlo, abuelo Vite, pero sé que ahora usted es una hermosa estrella, una estrella nueva que permanecerá en el cielo mientras el mundo siga siendo mundo, y que cada día estará ahí, cuidando de su familia, de las personas a las que se les adelantó, de esas almas que lloran su ausencia y que poco a poco se sobrepondrán, porque llegará un día en el que usted se manifieste de diferente manera, llegará un día en el que descubran, con la mayor de las dichas, que usted sigue ahí, por y para ellos.

Eternidad y miles de bendiciones para usted, que se ha ido. Paz y consuelo para los que se han quedado.

Lau dixit.

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