domingo, 2 de mayo de 2010

The power of goodbye

Tuve una pelea muy fuerte con A.; creo que después de tantos años, ahora sí ha llegado el final. Dije muchas cosas que no me agradaron, y la rabia habló por mí, pero lo peor del asunto es que ahora me veo sin mi mejor amigo, sin la única persona que me aceptaba y me entendía como soy, aunque mi cariño por él no radicaba en eso, iba más allá de su aceptación y del hecho de ser incondicional, es una persona que me enseñó muchas cosas y a la que le debo gran parte de mi manera de ser, de pensar y de afrontar la vida, le debo gran parte de lo que soy.

En este momento, siento como si se me hubiera muerto alguien, sin embargo (y afortunadamente) él no está muerto, sigue vivo y eso es lo más doloroso, pues cuando una persona fallece, se tiene la certeza de que no se le volverá a ver, de que está en un lugar mejor, pero en este caso duele más porque es una pérdida que pude haber evitado, duele porque sé que está ahí, en algún lugar, y que si no lo vuelvo a ver fue a causa de mi ceguera, de las cosas estúpidas que dije e hice, de todo lo que eché a perder, todo lo que eché por la borda.

Sé que le hice daño y que, como una hoja de papel que se arruga, él nunca volverá a su forma original porque he dejado una marca, una marca desagradable provocada por esta situación y por la cual no creo recibir perdón. Es muy difícil tratar a una persona a la que quieres mucho, pues tiendes a equivocarte todo el tiempo, actúas de forma equivocada por ese cariño, quieres mantenerlo pero haces todo al revés y, por ende, te sale todo al revés. Esta ocasión dudo mucho recibir perdón, mi actitud fue la gota que derramó un vaso que estaba en su límite, y es muy doloroso verse sola, encontrarse sin esa persona que lo era todo y tener que lidiar con la terrible realidad de saber que todo fue tu culpa, que nunca mediste tus palabras y ese hecho terminó con una amistad invaluable, con lo mejor que tenías en tu vida.

Nuestra relación de pareja terminó hace mucho, pero se había transformado en una gran amistad, tal como lo he planteado en otras entradas de este blog, sin embargo, por todos mis errores, por todas mis actitudes y mis palabras, esa amistad se ha ido y se ha transformado en algo que no me gusta, se ha convertido en un gran vacío y en una enorme pena que será difícil de superar. La canción que le da título a este post fue la primera que me vino a la mente después de repasar todos los hechos, pues habla del adiós, del dolor, de las heridas que uno causa sin querer y para las cuales ya no hay ningún remedio, en cierta manera refleja cómo me siento, el vacío y la frustración de saber que pude haber hecho bien las cosas y no elegí ese camino, sino todo lo contrario, porque al buscar algo bueno, al empeñarme en alimentar un cariño y cultivar una amistad entrañable, hice tonterías muy grandes por las cuales estoy pagando un precio muy alto.

A continuación, el video y la letra de la canción:


Madonna - The power of goodbye


Your heart is not open, so I must go
The spell has been broken...I loved you so
Freedom comes when you learn to let go
Creation comes when you learn to say no

You were my lesson I had to learn
I was your fortress you had to burn
Pain is a warning that something's wrong
I pray to God that it won't be long
Do ya wanna go higher?

There's nothing left to try
There's no place left to hide
There's no greater power than the power of goodbye

Your heart is not open, so I must go
The spell has been broken...I loved you so
You were my lesson I had to learn
I was your fortress

There's nothing left to lose
There's no more heart to bruise
There's no greater power than the power of goodbye

Learn to say goodbye
I yearn to say goodbye

There's nothing left to try
There's no more places to hide
There's no greater power than the power of goodbye
There's nothing left to lose
There's no more heart to bruise
There's no greater power than the power of goodbye


Poder decir adiós, tal como reza la canción de Gustavo Cerati, es crecer, pero en el ínter hay que sentir dolor y arrepentimiento, hay que sufrir para entender los errores y todo lo que se hizo mal. Decir adiós, también, es difícil, sobre todo porque uno no quiere irse, y es más difícil cuando se está consciente de que ese adiós fue a causa nuestra y de nadie más, sin embargo, como dice la melodía de Madonna, hay que aprender a hacerlo aunque nos tome mucho tiempo y haya muchas lágrimas en lo que se llega a ello.

Probablemente nada de lo que diga hará que A. vuelva a ser mi amigo y que las cosas sean como antes, y lo más seguro es que no vuelva a saber nada de él porque lo hice llegar a su límite y las personas simplemente pierden la paciencia, pero tengo que llorar mi pérdida y afrontar la realidad, por más dura que ésta sea, para no seguir cometiendo los mismos errores, tengo que sufrir por lo que perdí para aprender a valorar lo que encuentre en un futuro, y tengo que hacerme a la idea de que todo tiene un final, y consolarme recordando lo bueno, lo hermoso que fue tener a alguien como él en mi vida y saber que fue una realidad, que no me lo contaron, que lo viví pero, sobre todo, que lo arruiné, porque sólo de mis errores podré crear nuevas oportunidades y una realidad distinta de la que vivo ahora.

Perdóname, A., desde lo más profundo de mi corazón te pido perdón por todo lo que hice y por lo que no hice, pues fueron las cosas que no hice las que terminaron con lo que existía, fue lo que lo no hice lo que terminó por matar todo lo bueno que tenía, fue eso que no hice lo que provocó que lo perdiera todo. En esa pelea dije cosas que no me gustaron y que no te gustaron, y acabé por colmarte la paciencia, tanto, que me pediste que te dejara en paz y dijiste que yo siempre pensaba lo que quería pensar... y sí, siempre lo hago, pero he pagado un precio muy alto. Tu paz y pensar como yo quiera es lo peor que me pudo suceder, ambas cosas se convirtieron en mi ruina y acabaron por hundirme aun más.

No sé qué vaya a pasar, no sé si volvamos a hablarnos o a vernos, pero sí sé que quiero que seas feliz y que sepas que siempre te voy a querer y siempre tendrás un lugar muy especial en mi vida y en mi corazón, y que eso nunca, nunca cambiará.

Lau dixit.

No hay comentarios: