domingo, 11 de abril de 2010

Blackbird

You were only waiting for this moment to arise...

Paul McCartney


El jueves pasado sentí antojo de nieve de limón. Se me hizo tarde para ir a correr, así que decidí que pasaría por ella después de hacer ejercicio, y sólo llegué a la casa a ponerme el pants y los tenis, y me fui al parque.

Cuando voy a correr en la noche y necesito a comprar algo, siempre paso a la Comer, porque cierra hasta las once. El jueves hice lo mismo: terminé de correr, enfrié los músculos, tomé el camino de siempre pero me desvié una cuadra para ir al súper. Al salir de la tienda cometí el error de regresarme por el lado oscuro y solitario de la avenida; de pronto sentí que alguien me alcanzó por atrás y agarró mi cuello entre sus brazos para inmovilizarme y me paralicé. En ese instante sólo esperé lo peor.

Esta persona obviamente me pidió mi dinero, sin embargo yo no traía mucho, únicamente 50 pesos, pero eso no le impidió aprovecharse de la situación y me manoseó, me tocó de una manera sumamente desagradable y me hizo sentir como si yo no valiera nada y cualquiera pudiera venir a hacer de mí lo que quisiera. Obviamente no se compara a una agresión mayor, pero sentí que en ese momento se violaba mi integridad, mi valor como persona y mi espíritu, sentí que fui abusada y reducida a nada.

El tipo no me quería soltar porque venía una persona a lo lejos, yo trataba de zafarme a como diera lugar, pero este hombre me estrujaba más fuerte a la vez que seguía tocándome y restregándome sus partes; tuve que ponerme a llorar en insistir mucho para que lo hiciera, pero de todas maneras a esta persona no le quedó otra opción, porque un chico venía caminando del otro lado. Cuando me sentí liberada, me eché a correr, no sin antes cerciorarme de que nadie venía siguiéndome, y una vez en casa le conté a mi hermana lo sucedido; ella se sintió tanto o más indignada que yo, sin embargo, ante lo que ya pasó no se puede hacer nada más que olvidarlo si así lo amerita, y es precisamente lo que pensé en ese momento.

Después de lo acontecido ando muy paranoica y no puedo evitar acordarme y sentir desagrado por lo que me pasó, sin embargo, tampoco puedo quedarme en eso, estancarme porque a un tipo se le ocurrió abusar de mi persona, más bien debo tratar de superarlo y entender que son cosas que pasan, y que por más lastimada que esté, por más herida, debo salir adelante, porque la vida sigue y, como dice la canción que le da título a este post, debo aprender a volar aunque mis alas estén rotas y debo aprender a ver aunque mis ojos estén hundidos, porque es en los momentos más difíciles en los que uno aprende a ser libre.

A continuación, el video y la letra de la canción:



The Beatles - Blackbird


Blackbird singing in the dead of night
Take these broken wings and learn to fly
All your life
You were only waiting for this moment to arise
Blackbird singing in the dead of night
Take these sunken eyes and learn to see
All your life
You were only waiting for this moment to be free
Blackbird fly, blackbird fly
Into the light of the dark black night
Blackbird fly, blackbird fly
Into the light of the dark black night
Blackbird singing in the dead of night
Take these broken wings and learn to fly
All your life
You were only waiting for this moment to arise
You were only waiting for this moment to arise
You were only waiting for this moment to arise


No soy la primera persona a la que le pasa algo así, ni soy la única, ni la última. No sé cuál es la manera de reaccionar ante un suceso semejante, pero sí sé que es mejor seguir adelante y superar las cosas, pues no debo dejar que un tipo que ni conozco me arruine la existencia por algo que hizo, por un error que cometió. No le guardo rencor a pesar de todo, pues así como me atacó a mí pudo haber atacado a cualquier otra persona, yo sólo fui una circunstancia de la que él sacó provecho, y ante eso no puedo hacer nada más que seguir viviendo y olvidar todo poco a poco.

La paranoia y el malestar siguen, pero van disminuyendo. Esos minutos desagradables fueron mi momento para aprender a ser fuerte, desplegar las alas aunque estén rotas y levantar el vuelo, tal como dice la canción; también fue mi momento para perdonar y volver a tener presente que en esta vida nada es personal, y que no fue culpa mía ni de nadie, sólo fue algo que tenía que suceder y que tal como dijo Rashí, el erudito, debo recibir y aceptar con simpleza para seguir adelante.

Lau dixit.

No hay comentarios: