lunes, 19 de abril de 2010

Corazón delator



Hay algo oculto en cada sensación...

Gustavo Cerati


Estás en tu cuarto, acostada, viendo el techo que en el día es blanco y esa gran lámpara de papel que sabes que deberías cambiar pero no lo haces, te da lo mismo que siga ahí, como eso que sientes, porque al igual que con la lámpara, conoces su existencia pero no su razón de ser.

Pones música, tal como lo haces todas las noches desde hace unos meses, y tratas de no pensar en nada, sólo te concentras en que tus ojos se cierren y concilies el sueño, sin embargo no sucede, permanecen abiertos y tu mente sigue trabajando y analizando todo lo que crees que nunca vas a comprender. Por un momento piensas que el insomnio se debe a la luz que traspasa la cortina y que choca con tus cobertores, con tus sábanas y con tu rostro, pero desechas inmediatamente tu teoría porque en ese cuarto iluminado aun en la noche has dormido durante largo tiempo, y nunca te habías visto impedida para cerrar los ojos.

En medio de tus cavilaciones y la insistente luz que entra por el ventanal, sientes la mirada de la mujer del cuadro que está justo arriba de tu cabeza, que te reta y te recuerda que ella representa todo lo que nunca serás; se sonríe, quiere que le digas lo que estás pensando pero no lo harás, ella no puede ayudarte, ella está más allá de todo eso y no tiene idea de lo que sientes ni de nada de lo que sucede contigo. Te acuestas de lado para que no te siga molestando, pues a fin de cuentas es una imagen, sólo es un papel con rostro al que quieres darle vida y emociones, y es mejor que la ignores, porque de otra manera te volverás loca. De repente se escucha una canción conocida, unos acordes familiares, una letra que en otro tiempo no habrías tomado mucho en cuenta, pero que de repente cobra sentido y caes en la cuenta de que habla exactamente de lo que te está pasando, de eso que no puedes describir y que tampoco puedes contarle a nadie, pues de cualquier manera no lo entendería.

La canción es la que se escucha en el siguiente video, y la letra aparece justo después:



Soda Stereo - Corazón delator

Un señuelo,
hay algo oculto en cada sensación ,
ella parece sospechar,
parece descubrir en mi
debilidad
los vestigios de una hoguera
oh, mi corazón se vuelve delator,
traicionándome...

Por descuido
fui víctima de todo alguna vez,
ella lo puede percibir,
ya nada puede impedir en mi
fragilidad,
es el curso de las cosas
oh, mi corazón se vuelve delator,
se abren mis esposas...

Un suave látigo,
una premonición,
dibujan llagas en las manos
un dulce pálpito,
la clave íntima,
se van cayendo de mis labios...

Un señuelo,
hay algo oculto en cada sensación,
ella parece sospechar,
parece descubrir en mí
que aquel amor
es como un océano de fuego
oh, mi corazón se vuelve delator,
la fiebre volverá de nuevo...

Un suave látigo,
una premonición,
dibujan llagas en las manos,
un dulce pálpito,
la clave íntima
se van cayendo de mis labios...
como un mantra,
de mis labios,
de mis labios...


Sigues con los ojos abiertos y de repente sientes las mejillas húmedas por las lágrimas que brotan sin parar, sin que te dieras cuenta y sin que tuvieras intenciones de llorar. Sabes que tu corazón también es delator y temes que alguien note ese fuego que te quema por dentro y que no te deja en paz, temes que alguien descubra eso que sientes, ese secreto que has guardado celosamente; no quieres que nadie sepa algo que sólo tú entiendes, sin embargo, varias veces te has traicionado, has hecho que los demás sospechen y temes que en cualquier momento todo se descubra y quedes vulnerable.

Nunca te has permitido ser débil y jamás te has permitido llorar en público a menos que sea inevitable, pero sabes que la debilidad y el llanto son necesarios, y en ese momento en el que no tienes más compañía que la dama del cuadro, el rayo de luna que traspasa la cortina y la lámpara de papel, te permites lo que sea, te das cuenta de que las lágrimas involuntarias no lo son del todo y que está bien no poder explicarte algunas cosas, pues aunque no haya palabras para hacerlo, en el fondo sabes bien de qué se trata.

El temor de que tu corazón te delate sigue ahí, pero seguirás haciendo lo que mejor te sale, y dirás que no tienes nada y que todo está bien, aunque en alguna noche el llanto te traicione y no te quede más remedio que dejarlo fluir ante los seres inanimados de tu cuarto, porque ellos no pensarán que eres débil, estás loca o te comportas como una sentimental irremediable, sólo sabrán que, cuando suceda, alguna canción lo habrá provocado, y que, ante las cosas que no se pueden comprender, algunos no hacen nada, algunos ríen y algunos simplemente lloran.

Lau dixit.

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