sábado, 13 de febrero de 2010

Ode An die Freude

Estaba esperando el momento preciso para escribir un post acerca del cuarto movimiento de la gloriosa Novena Sinfonía de Beethoven, y por fin ha llegado.

El otro día me decidí a ver Violines en el cielo. No quería hacerlo porque la relacionaba con alguien que me cae muy gordo, pero decidí que eso no me afectara más y me lancé al cine más cercano al trabajo para verla. Desde que empezó la película no pude hacer otra cosa más que sonreír y llorar, sobre todo porque en la primera escena sale una orquesta interpretando este movimiento de la sinfonía. De entrada fue muy raro ver a varios japoneses cantando en alemán, pero poco a poco me dejé llevar por la música y todo se me olvidó.

Últimamente no había disfrutado tanto una película, no me habían conmovido tanto unas escenas que en esencia son muy simples, ni me habían cautivado los personajes de un filme al punto de derramar lágrimas (que me encanta). Todo lo que sucede en la trama tiene una razón de ser, no hay nada que sobre ni que falte; si tuviera que darle a algo el calificativo de "perfecto", definitivamente se lo daría a esta película. Cuando la vi, no pude evitar acordarme de A., de Juan y de Sofi, mis queridos amigos a los que hace mucho no veo.


A A. siempre le gustó ese tipo de películas, y al estar en esa sala de cine, aunque no llevaba compañía, tuve la sensación de que él estuvo ahí, conmigo, viendo lo que yo veía y, por qué no, sintiendo cosas similares a las que yo sentía. Ese pensamiento, ese sentir, guió mi mente hacia dos personas muy importantes en mi vida: Juan y Sofi, grandes amigos, amadísimos maestros de la vida, de la simpleza y de la verdad. Gracias a ellos, a su ejemplo y a sus enseñanzas es que he llegado a ser como soy; gracias a ellos descubrí que para llegar al cielo primero tienes que darte una vuelta por el infierno, por TU infierno, pues el camino escabroso es el que te prepara para llegar al paraíso, al ser en toda su extensión, a descubrir que Dios es y está en nosotros mismos. Me conmovió mucho pensar en estas tres personas que me han enseñado tanto, me conmovió pensar en las cosas que, si nos viéramos, diríamos acerca de la película, y me conmovió recordar las cenas, las risas, los momentos de consuelo y de palabras sabias que curan cualquier mal.


A continuación, dos videos y la letra de la parte coral del movimiento. Disfruten la música y regocíjense con las letras del maestro Schiller:


Ludwig van Beethoven - Symphony No. 9 Ode An die Freude (parte 1)



Ludwig van Beethoven - Symphony No. 9 Ode An die Freude (parte 2)


O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!

Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

Chor

Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein,
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer´s nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!

Chor

Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur,
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.

Küsse gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod.
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.

Tenor Solo & Chorus

Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächtgen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig wie ein Held zum Siegen.

Chorus

Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuss der ganzen Welt!
Brüder - überm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.

Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such ihn überm Sternenzelt,
Über Sternen muss er wohnen.


En español:

¡Oh amigos, cesad esos ásperos cantos!
¡Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría!
Alegría, alegría!

¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.

Solo de Cuarteto de voces y Coro

Quien logró el golpe de suerte,
de ser el amigo de un amigo.
Quien ha conquistado una noble mujer
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
pueda llamar suya siquiera un alma.
Pero quien jamás lo ha podido,
¡que se aparte llorando de nuestro grupo!

Solo de Cuarteto y Coro

Se derrama la alegría para los seres
por todos los senos de la Naturaleza.
todos los buenos, todos los malos,
siguen su camino de rosas.

Ella nos dio los besos y la vid,
y un amigo probado hasta la muerte;
Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
y el querubín está ante Dios.

Solo de Tenor y Coro Masculino

Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria.

Chorus

¡Abrazaos Millones de seres!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
debe habitar un Padre amante.

¿Os prosternáis, Millones de seres?
¿Mundo presientes al Creador?
¡Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!


Cuando salí del cine, tenía ganas de llorar. En el camino hacia el metro, seguía sintiendo ganas de llorar. De repente, supe que el llanto que quería salir de mí no era de tristeza, sino de alegría, de esa alegría que te llena el corazón y el alma, de esa alegría que te abre los ojos y te demuestra lo hermosa que es la vida.

Alguien me dijo una vez que la vida no es bella ni justa, y que el equilibrio no existe. Otra persona me dijo que si existiera un Dios, no sucederían tantas desgracias y todos tendríamos todo por igual. Yo no estoy aquí para decirle a la gente qué creer y qué no, porque cada quien tiene su proceso y una manera particular de sobrellevar su propio infierno, pero sí puedo decir que la vida es hermosa, es sorprendente y, lo mejor de todo, no importa cuánto nos equivoquemos, siempre trae consigo oportunidades para cambiar lo que no nos gusta, perpetuar aquello que sí nos gusta y aprovechar todo lo que encontremos en el camino. No creo que sea adecuado culpar a Dios o tacharlo de injusto por lo malo que sucede, y mucho menos tratar de probar su existencia o inexistencia con base en las calamidades que aquejan al mundo, porque nadie es responsable de todo ello más que nosotros mismos. Si el mundo mejora o empeora, no será por una fuerza invisible y cargada de venganza o de castigo, será porque nosotros y sólo nosotros hemos contribuido a ello.

Yo no voy a decirle a nadie que tiene que sonreír todo el tiempo, o que sea conformista, o que acepte todo sin razonarlo primero; no, no lo haré y nunca lo he hecho. Nada de lo que he dicho antes ni de lo que digo ahora es una ley. Muchas veces este blog se ha confundido con un breviario de optimismo y enseñanzas acerca de la vida, y me da pena que así suceda, porque en estos posts sólo hablo de mi proceso y de todo lo que voy encontrándome cuando me adentro en mis infiernos, realmente no pretendo enseñarle nada a nadie porque no soy la persona indicada para hacerlo.

La persona que mencioné al inicio de esta entrada, aquella que me cae gorda, me dijo que el título en español de esta película es una estupidez, que porque el personaje principal toca el cello, no el violín. Después de la hermosura de la que fui testigo, después del gran mensaje que recibí, no puedo pensar en esas imprecisiones y mucho menos darles importancia. A mí me da igual si toca el cello, el trombón, los platillos, el piano o lo que sea, a mí lo que me interesa es lo que las acciones y los diálogos de ese personaje generan en mí, el mensaje que transmiten y el hecho de que hayan cambiado mi vida, porque literalmente la cambiaron. Creo que es un desperdicio de tiempo y de energía estar enojándose con las personas que le ponen los títulos en español a las películas, porque es gente que ni conoces ni te ha hecho nada, y a fin de cuentas, no sé si para los demás, pero al menos para mí ese aspecto no es fundamental ni indispensable para captar el sentido de la película.

Volviendo a la gloriosa de Beethoven, creo que me gusta porque cada vez que la escucho me siento aferrada a la vida, y cuando corro y suena en el ipod, me da energías y como por arte de magia se me olvida el dolor y el cansancio y todo lo que me pueda estar preocupando o molestando en ese momento. También, cuando la escucho, recuerdo la historia de su compositor, del gran Ludwig, quien a pesar de haber perdido su herramienta más importante para componer, nos regaló una creación sublime, adornada con las palabras de un gran poeta, lo que me recuerda que dentro de cada ser humano descansa una fuerza incontenible y transformadora, y que sólo es cuestión de decidirse y dejar de responsabilizar a otros seres por lo que sucede en el mundo y por todo lo malo que pueda existir para empezar a usarla, para lograr las cosas que según algunos son responsabilidad de alguien más. Esta melodía realmente me pone los pies sobre la tierra, me quita lo enojona, lo soberbia y lo quejiche, y me recuerda que la vida es algo excelso, tanto, que no vale la pena desperdiciarla en cosas que no me ayudan ni me benefician en nada; sin embargo, de ahora en adelante esta sinfonía no sólo tendrá ese significado, también será un recordatorio de toda la belleza de la que fui testigo ese viernes en el cine, esa noche en la que no estuve sola, en la que la esencia de mis queridos A., Juan y Sofi me hizo compañía.

Lau dixit.

P.S. Sí, no se me olvida Alex, de Naranja Mecánica. Cuando vi la película, me sorprendieron los contrastes, pero a fin de cuentas es algo que sucede. Me sorprendió el hecho de que este joven pudiera ser tan violento e insensible, y ablandarse y sensibilizarse al oír la novena de Beethoven, que era lo único real que tenía en la vida; quizá por eso amaba tanto esta música y le dolió muchísimo que la usaran para un experimento tan cruel como aquel en el que participó. Con esto vuelvo a comprobar lo importante que es la música para todos, aun para aquellos a los que llamamos "monstruos".

1 comentario:

ARTURKAISER dijo...

Buenísima tu entrada haciendo referencia a la novena de Beethoven. Buscaba algo acerca de ella y lo encontré contigo. Pienso que es la mejor melodía de la historia. Un saludo y gracias.